El Banco de España, llamado a convertirse en Museo Arqueológico, vuelve a la primera plana de la polémica política tras el cambio de Gobierno en Andalucía. Y lo hace con las obras de demolición interior en marcha (comenzaron el pasado 10 de enero para prolongarse durante cuatro meses).

Porque el nuevo viceconsejero de Cultura y Patrimonio de la Consejería que dirige la popular Patricia del Pozo, el onubense Alejandro Romero, dejó claro ayer que no conoce el proyecto de reforma, por lo que su objetivo pasa por evaluarlo por si es susceptible de mejoras: “Lo primero que tenemos que ver es el proyecto porque creo que no lo conoce nadie. Mi intención es verlo y empezar una etapa de diálogo con todos los sectores para aunar posibilidades y hacer el mejor proyecto para que sea un gran museo”, aseguró.

A pesar de las palabras del viceconsejero, el proyecto de reforma puede consultarse en la página web de la Junta de Andalucía desde marzo de 2018 (de hecho, este periódico ofreció un amplia información sobre el mismo el 1 de abril del pasado año). Sin embargo, es cierto que tanto el grupo municipal del PP como los de IU, Mesa de la Ría y Participa pusieron el grito en el cielo cuando el pasado año no fueron invitados al acto de presentación del proyecto, a cargo del entonces consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, y del alcalde capitalino, Gabriel Cruz, a quien reprocharon su “deslealtad”.

Y es que estas formaciones de la oposición en el Ayuntamiento de la capital lamentaron entonces que el regidor, en lo que tildaron de afán de protagonismo, “se saltase el acuerdo plenario que pedía que la Asociación de Amigos del Museo (AMO), todos los grupos políticos del Consistorio y las administraciones implicadas participaran en la presentación del proyecto”, según aseguraron en un comunicado conjunto.

Casi un año después, ahora la nueva Junta asumirá o modificará ese proyecto una vez que conozca el plan museológico, el museográfico y el plan de obras, según precisó Romero ayer. Un anuncio de posible modificación que contrasta con la constante exigencia del PP onubense de que las obras comenzasen cuanto antes para que no peligrasen los fondos Feder con los que se financian las obras, y que tienen vigencia hasta 2020.

De lo que no tiene dudas la Consejería, según puntualizó Romero, es del uso que tendrá el inmueble, que será el Arqueológico de Huelva. Es más, el viceconsejero garantizó ayer que la conversión del Banco de España en Arqueológico sigue siendo, tras el cambio de Gobierno de la Junta de Andalucía, un “proyecto estrella” de la Administración autonómica.

Así las cosas, habrá que ver si la evaluación del proyecto de reforma ralentiza los trabajos, que comenzaron el pasado 10 de enero, tras la colocación en noviembre del cartel de obras de la Junta de Andalucía en la fachada. Desde entonces se han visto salir camiones del interior del edificio como parte de los trabajos que se realizan.

Estas labores de demolición interior, según la hoja de ruta de la anterior Consejería de Cultura, se desarrollarán a lo largo de cuatro meses, al objeto de que se configure el espacio en el que se proyecta el futuro Museo Arqueológico de la capital onubense. Las previsiones pasan por que este museo esté en funcionamiento en 2021.

Las obras tienen un plazo de ejecución de 24 meses y la inversión total de las mismas es de 12 millones de euros en los que se incluyen los 3,8 millones que pagó la Junta por la la adquisición del inmueble.