Conciliador y trabajador incansable
Principio de los 90. Éramos un poco más jóvenes y bastante menos escépticos. La noche se estiraba en la casa sevillana del pintor Emilio Díaz Cantelar, hablando de lo divino y de lo humano, hasta que Gerardo decidió darle un giro inesperado. Bajo a su coche, abrió su maletero y subió con su guitarra; en esos tiempos siempre le acompañaba a todas partes. Se sentó y empezó a tocarla de tal forma que nos dejó a todos boquiabiertos. No se podía pedir más: buena compañía, música y el cálido clima de los cuadros de Emilio.
Quizá esa mágica noche resume lo que era Gerardo: un magnífico conversador, culto y refinado, con un fino sentido del humor y un inconmensurable gusto por la vida, características que compartía con añorados nombres de la química de aquellos tiempos como Manolo Ruiz de Elvira, Diego de la Villa o Jaime Prieto, profesionales que le dieron un giro a la percepción que hasta el momento se tenía de este sector.
Andaba yo por los 25 cuando Gerardo y Juan Manuel Díaz Cabrera me llamaron. Inés Romero se incorporaba a Canal Sur, dejando vacante su puesto de encargada de Comunicación de AIQB. Allí entré con mi bagaje profesional en esta materia y, no cabe duda, fueron años de esfuerzo y de ilusión, de muchas alegrías, de diversión y, por supuesto, también de algunas, pocas, frustraciones. Todo al lado de Gerardo, mi gerente, mi compañero y amigo. Conseguimos, con el inestimable apoyo del presidente, Díaz Cabrera, introducir al sector químico onubense en un modelo más comprometido con la vida cultural, deportiva y social de los municipios que lo acogen.
Tras unos años al frente de la Gerencia de AIQB¸ Gerardo, con esa movilidad tan propia de las mentes más preclaras, decidió que tenía que buscar nuevas metas y se marchó a Tioxide. A partir de ahí, en ni un solo momento de todos estos años se ha interrumpido nuestra comunicación. Precisamente fue este último viernes cuando hablé con él sobre el Parque Científico Tecnológico de Huelva, un tema en el que siempre eran bienvenidos sus consejos.
Es extraño pensar que ya no volveré a deleitarme con sus afilados y divertidos comentarios sobre nuestra Huelva. Me queda la satisfacción de pensar que se ha ido haciendo lo que le gustaba, que creo que realmente es lo ha hecho durante toda su vida.
Gerardo tenía algo de inconformista, de aventurero y qué mejor para despedirle que unas palabras del gran explorador Percy Fawcett:
"La vida es corta y el mundo ancho.
Sólo somos una onda en la gran charca de la vida.
Disfruta de la vida tanto como puedas
y eso te ayudará a llegar más lejos".
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