Huelva

Las Colonias acogió a La Cinta en su camino de vuelta al Conquero

  • La procesión de la Patrona de Huelva viene a ser el anuncio de la vuelta tras las vacaciones, las calles del itinerario se encontraban repletas de gente y en muchos balcones se le cantaron fandangos y plegarias

Septiembre tiene nombre de Cinta en Huelva, es el mes de la vuelta y el 8 de septiembre, festividad de la Patrona, es como si fuera esa jornada en la que abrimos en la ciudad el nuevo calendario. La vida vuelve tras el verano vacacional a pesar de que al del calendario aún le queden algunos días, aunque al final no sabemos muy bien en qué fecha estamos porque ayer cuando concluía la misa todo el mundo miraba para arriba hacia la espadaña y otros decían, no, no, si es que está lloviendo. Eran goterones, tan grandes como el calor que hacía luego por la tarde. Eso tiene este mes de septiembre, este veranillo del membrillo, como dirían los más antiguos. La ciudad, ayer abría el nuevo calendario que se adentra a un nuevo año, sólo esta semana será tiempo de reencuentro, de preparativos para que al otro lunes, el 15, los más pequeños vuelvan al cole y ese sí será la gran llamada de despertar de que el verano acabó y todo vuelve a empezar. Por eso Huelva ayer acudía como siempre a su Patrona, la Virgen de la Cinta, a la que gusta de tener ese encuentro cuando comienzan grandes proyectos y más en este de un nuevo año en lo real -otra cosa será el de las campanadas del día 31-D-.

Las campanadas las ponían ayer las espadañas gemelas de la barroca fachada mercedaria. Anunciaban a Huelva a eso de la siete de la tarde, que la Virgen de la Cinta volvía a estar en la calle, que esa estancia en la ciudad desde el pasado mes de agosto tocaba a su retorno. La Merced abría a Nuestra Señora de la Cinta ese camino hacia su santuario por la Vega Larga. El de ayer iba a ser un día especialmente de los barrios que viven a los pies de la Patrona, a la falda de ese cabezo hermoso que es El Conquero; en agosto fue por avenida de Manuel Siurot, entre los eucaliptos, aunque cada vez vayan quedando menos a pesar de que son robustos y están sanísimos. Ahora eran los barrios que viven entre los esteros del Odiel y el reguero aún correoso de la fuente vieja, que ofrece las entrañas mismas de los cabezos en forma de agua caudalosa. Y pasó la Señora por el primer barrio y fue el de la Barriada de la Navidad, este año dejó por un momento esa línea tradicional de la Merced hacia el Humilladero, para entrar por las calles de la Navidad, siguió luego por toda Las Colonias, con esquinas hermosas como la del presbítero Manuel López Vega y el sentido de su iglesia con sus hermandades.

La Merced despedía ayer así a la mejor de sus vecinas, que tuvo desde el día de la víspera de su festividad. Era una tarde ahora más popular, sólo la cruz alzada y los ciriales para marcar el camino, para que nadie olvide que esto aunque sin protocolo oficial de la jornada de ayer sí tiene el protocolo de un traslado y es fundamental saber que es un acto también religioso. Delante del paso su hermano mayor, Manuel Roméu Martín, acompañado de miembros de su junta de gobierno, porque el paso no camina nunca sólo, va siempre a su alrededor la junta de la hermandad que gobierna esta devoción. Manuel Roméu había dado las gracias a todos en el altar de la Merced, donde estaba acompañado por el presidente del cabildo, Juan Mairena Valdayo, y el párroco de la Merced, Daniel Varela. El presidente del cabildo tuvo palabras de petición a la Virgen de la Cinta, aludiendo a su advocación, en esa cinta que ata a todos los onubenses y pidió por todas las familias.

La cruz de las campanillas se ponía en el dintel alumbrada por los dos ciriales que anunciaban la inminente salida, la Banda de Música de las Mercedes de Bollullos no había llegado aun, un problema con el autocar le tenía retenida. Pero no importó, entre los cantos marianos salía a la calle la Patrona de los onubenses, con ese Dios te Salve que luego se uniría al de la marcha que iba interpretando la Banda de Música que se incorporó cuando el paso de plata había dejado el porche y avanzaba por el lateral de la plaza de la Merced. Un día el de ayer en el que hay que volver a destacar los muchísimos onubenses que se dieron cita en el entorno de la catedral. Fueron muchas ofrendas de flores, a la gente todavía le gusta llegar con su ramo el día de la procesión y ofrecérselo a la Señora de Huelva. También a las puertas de la Universidad de Huelva, en la Facultad de Empresariales, se le hacía una ofrenda de flores.

Ahora todo era el estar junto a la Virgen, desde los primeros compases en La Merced no se le dejaba ni un respiro para que el paso pudiera caminar. A José Ramón Romero le iba costando trabajo, aunque aquí se está acostumbrado a eso el ir poco a poco y animando a sus costaleros en esa nave marinera que va llena de fervor marinero que es el paso de la Virgen de la Cinta. Enfilaba así, con la Campanilleros al paseo de la Independencia, donde de balcón a balcón se tenía que ir deteniendo el paso por los fandangos y sevillanas que se le cantaban a la Patrona. Se iban escuchando cohetes que iría adentrando a La Cinta hacía los otros barrios, serían otras muchas plegarias, del Coro de Huelva, del Coro Antiguo de Emigrantes, la Peña de las Colonias, de la Peña Flamenca de Huelva en el Humilladero y allá en la recogida, junto a la Casa de Ejercicio se esperaba este año a la Peña Flamenca de la Soleá; junto a ellos otros muchos onubense que también quisieron cantarle a la Virgen.

Lo que va siendo una imagen, aunque atípica, del traslado de vuelta son los políticos repartiendo estampas de la Virgen de la Cinta. Primero fue el alcalde Pedro Rodríguez, ahora también se ha sumado la portavoz municipal del PSOE, Manuela Parralo.

En la Merced se esperaba que se encendieran las bombillas del alumbrado, aquí el último ponche en El Navajazo hasta las próximas Colombinas. Mientras Huelva volverá a despertarse día a día en El Conquero cercana siempre de la Patrona, la Virgen de la Cinta.

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