Toros

Colombinas 2022: Mariscal Ruiz, triunfador de una larga e intensa novillada en La Merced

  • A hombros por la Puerta Grande se fueron al final del festejo Mariscal, García Palacios y Carlos Tirado.

Mariscal Ruiz fue el triunfador final de este certamen que vino a llamarse Huelva es Torera. El se llevó el capote de paseo que donaba el gremio de picadores onubenses. El resultado de tal circunstancia lo denota el fallo de un jurado con sus respectivas puntuaciones y una suma. Así de aséptica es la cosa.

Otra cosa es que anoche cada uno de los que hicieran el paseíllo se sintieran triunfadores. En realidad lo eran. Estar en esa plaza con una tendido bien poblado de público y ser parte del cartel de unas Colombinas es algo que marca en el discurrir de la vida torera de cada uno. Viendo anoche la plaza se antoja que el esfuerzo ha merecido la pena. Que sentir ese pálpito torero en la noche de Huelva es importante. Lo demás queda en el plano secundario.

Menos secundario es el gesto que en el tercer novillo le regaló García Palacios a un hombre del toro de toda la vida. A un tipo que siempre se vistió de torero cuando hizo falta a quien fuese. Al modesto o al importante. Y en ese agradecimiento el novillero estuvo presto a que Jesús Carvajal se llevara la ovación, la penúltima ovación de su plaza porque las circunstancias de la vida demandan que el profesional se retire este año. Bonito detalle torero al que Huelva respondió.

Buena actuación frente a un novillo que no humillaba de entrada y al que poco a a poco fue haciendo. Se mostró con buen oficio Pablo Polo y estuvo atento toda la lidia para responder en quites. Valiente y por encima de las condiciones de un novillo al que terminó entendiendo bien. Por los dos pitones sacó este Polo partido de un animal al que terminó aguantando en el centro del ruedo. Dos largas cambiadas y mucha decisión a la hora de atacar con la espada forman parte de lo que hizo en el ruedo.

Apasionante la lucha entre Antonio Romero y el novillo, áspero y sin entrega de Pereda. Apasionante esa larga a portagayola; apasionante las dos siguientes sin mas terreno que la ilusión. Vital la lucha en plena faena por comerse lo que el sorteo le había dejado, sin amilanarse ante las volteretas. Entendiendo que allí estaba lo que había, no importaba nada más. Se la jugó con honestidad. La espada es una anécdota díscola en el remate.

¿Habrá algo más importante que poder brindarle a una abuela tu debut en Huelva?. Ese premio lo tuvo García Palacios, elevando esa montera mirando en el tendido a su abuela Pilar, la esposa de ese hombre generoso con los que llegaban de tapias a su casa ganadera como fue José Luis García-Palacios padre. Después el novillo soso y flojito se dejó torear y con la zurda fue donde García Palacios, que había lanceado con lucimiento el saludo capotero fundamentó una faena de menos a más hasta acabar encontrando esa llave de temple que el novillo agradeció por su medida fuerza. Estocada fulminante para formalizar un triunfo de dos orejas que buscó desde esa larga cambiada del comienzo.

El manso que le toco a Quique Toro fue de libro. Manual completo de lo que es un novillo huido y corretón por toda la plaza hasta que se paraba y el sanjuanero le intentaba meter entre pecho y espalda algún muletazo de trazo correcto. Poco a poco transcurrió esa lidia en la que sonaron dos avisos. La suerte y la vida. La suerte y el hacerte a la idea de lo que queda es mostrar determinación. Fea ocasión para tanta ilusión como llevaban ayer los actuantes y por ese buen oficio con el que el sanjuanero intentó ahormar al toro. 

Con entrega de principio a fin se mostró este Mariscal que no enseñó con brillantez ese buen aire familiar en banderillas. No se entendió con el por el derecho pero por el buen pitón izquierdo del animal le enjaretó lo mejor de su actuación que no fue poco porque las series surgían largas y enganchando al tendido. Entrega y acierto en este joven Mariscal que cortó rabo. Aplaudido el novillo en el arrastre.

Mauro Macandro anduvo decidido en una faena donde a partir de la tercera serie terminó acoplando su toreo a la nobleza que mostró el eral. Rajado pero con clase cuando acometía embestida el pitón izquierdo sirvió para mostrar parte de una faena donde hubo muletazos con sabor. Menos acierto al enterrar la espada que asomó y el posterior ciclo de descabellos.

Antonio Santana concretó lo mejorcito que se vio con el capote. En la muleta tardó en llegar el acople con el novillo muy al final de una faena que dejó detalles. Decisión a portagayola en el recibo capotero. Todo con ese afán del que empieza mostrado sin mesura. Atacó con bravura la estocada saliendo trompicado.

Carlos Tirado, después de recoger bien de capote al que cerró plaza fue construyendo poco a poco una faena que se vino arriba cuando acertó a dejarle la muleta en la cara y ligar una de las pocas series que le dejó ese punto picajoso de la embestida de un eral en continua huida por el ruedo. Buenas disposición del torero para aguantar esa embestida sin estilo. El oficio habrá de ir llegando porque por la izquierda dejó buen trazo el muletazo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios