juan josé domínguez. decano del colegio de abogados de huelva

"La Ciudad de la Justicia no es tan urgente; faltan más medios"

  • Defiende el papel de todos los que forman parte de la administración de Justicia por encima de todo

  • Pide más facilidades para un trabajo que considera clave para una sociedad más concienciada y sana

Lleva cada sumario en la cabeza. Dice que tiene 85 años, aunque no lo cree nadie. Su secreto, huir de lo políticamente correcto y "rezar una Salve al acostarme y otra al levantarme". Pegado a un cigarrillo eterno, tiene una mente abierta, inquieta, educada y ágil. Tiene a Huelva en cada palabra y combate ese complejo de esquina olvidada que achaca a que "nos movemos muy poco". Es la Justicia en Huelva y su capacidad de trabajo sorprende cada día a quienes trabajan a su lado.

-Acabamos de conocer la Memoria del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía donde Huelva no sale demasiado bien parada.

-La situación es insostenible.

-Especialmente en lo que se refiere a la ejecución de sentencias. ¿Cómo puede haber casi 30.000 sentencias sin ejecutar? No somos tantos.

-Se preocupan de lo inmediato y no se hace un seguimiento de los casos, por lo que se acumulan de manera indefinida. En lo penal, mucha gente después de ser condenada a una pena de cárcel, por ejemplo, es complicada su localización y eso aumenta el número de ejecutorias que no se cumplen.

-Es especialmente grave en el caso de los asuntos de violencia contra las mujeres.

-Casi no me atrevo a hablar de eso porque no es políticamente correcto. Pone en evidencia uno de los problemas claves a la hora de hablar de la Justicia en Huelva y es la falta absoluta de medios con los que cuenta.

-Otro de los asuntos que se destaca en la Memoria es que somos muy dados a llegar a los tribunales.

-Sí, demasiado.

-Para ustedes, los abogados, supongo que les vendrá bien.

-Bueno, como la gente luego no paga. Somos 1.100 letrados en la provincia; si la provincia tiene aproximadamente 450.000 habitantes, si quitamos a los ancianos y menores de edad que no pleitean, la ratio de letrados por número de habitantes es impresionante. Y luego está el asunto de la justicia gratuita que se come la mayor parte de la actividad del colegio y que está muy mal retribuida.

-Del que ustedes han protestado por la intención de Hacienda de cobrarles el IVA.

-El calendario de retribuciones lo cumplen, pero está muy mal pagado; son injustas y ridículas. Hay una comisión que forman la Consejería y el Consejo andaluz de Colegios de Abogados que reivindican la devolución del porcentaje de la retribución para la organización del turno de oficio que se nos quitó en su día. Hay una buena disposición por parte de la Consejería, pero luego Hacienda pone una cantidad de inconvenientes impresionantes.

-Y Hacienda siempre cobra.

-Siempre y excesivamente. Por ejemplo en el tema de las herencias. La prueba son la cantidad de renuncias que se producen. Además, hay una trampa y es que para determinar la plusvalía se produce una tasación muy por encima del valor real de los inmuebles. Ello, lleva a que es preferible renunciar a la herencia, porque Hacienda puede llevar al embargo de tus bienes, además de quitarte el que has heredado.

-Los jueces, al menos en materia penal que suelen ser las más complejas y extensas, dictan 300 sentencias al año.

-Son miles y miles de folios. Yo tuve uno que está pendiente del Supremo, me copaban el despacho casi completamente.

-Lo que no tengo tan claro es cuál es la solución al tema. ¿Más jueces?

-Sí claro. Más medios y también, aunque yo sea un analfabeto en cuestiones tecnológicas, que se generalice el uso de la comunicación telemática, la firma electrónica o las comunicaciones mediante el sistema Lexnet que te obliga a estar pendiente a diario, con lo que se convierte en una esclavitud más. De momento, hasta ahora no se nota demasiado.

-La teoría decía que se iba a eliminar el papel, pero luego ustedes tienen que imprimirlo.

-Claro, todos son papeles. En lugar de ir a por el taco, va con un pen drive, pero al llegar al despacho tiene que imprimirlo. Además, obliga a ser muy dependiente de ella y tiene algunas dificultades.

-Los procesos judiciales se alargan muchísimo, con lo que se vuelve a la cantinela de la lentitud de la Justicia.

-Sin discusión alguna. En todos los últimos casos que estamos viendo de la Fiscalía Anticorrupción, muchos de los delitos cometidos han prescrito, si no son de una gravedad muy alta. Se desarrolla el trabajo, se consumen miles de horas de trabajo de investigación de la Policía y de la Guardia Civil y luego no vale para nada. Es un disparate.

-Aunque el trabajo de investigación es, muchas veces, muy complejo por la cantidad de trabas que ponen para no ser descubiertos.

-Sin duda. La labor de los cuerpos de seguridad es muy constante tirar de un hilo que luego se convierte en un ovillo. Legítimamente sospechan de algo o de alguien; después citan a esa persona que ya tiene sobre sí la pena del Telediario.

-¿Se da esa pena tanto como dicen?

-La presunción de inocencia no ha desaparecido del ordenamiento jurídico, pero este tipo de causas donde se dilatan los procesos tanto tiempo, conducen a ella. A mi me llaman mañana a declarar como investigado, por ejemplo, en algo que ocurra en el Colegio de Abogados y me convierto en un golfo. Después me absolverán, pero nadie me dará una explicación suficiente, nadie me restituirá el honor perdido y seré toda la vida la persona que se llevó dinero del Colegio, o que protegió a un determinado letrado que cobró una comisión.

-Aunque sí que han destapado casos de corrupción que de otra forma hubieran estado ocultos.

-Algunas son muy evidentes, como la que se vive en Madrid que dices, menos mal que lo han hecho. En otras, por ejemplo, en la de Tráfico, la denominada trama de los carnés falsos, con una acusación de que se vendían carnés de conducir a conocidos narcotraficantes de la ciudad y provincia. Hubo hasta 60 declaraciones; han sido años con una mala situación anímica para los acusados. Terminó con una condena leve que no tendrá consecuencias penales, pero la sospecha sigue encima de la mesa sobre los acusados. Se ha recurrido al Supremo y todavía estamos esperando la resolución. La dilación en el procedimiento impidió a la instructora atender sus asuntos diarios.

-Hay una cosa que me llama la atención y es el nivel de los jueces en España. Son muy buenos.

-Son buenísimos. Son gente honrada, que quieren hacer su trabajo de la mejor manera posible. ¿Que se equivocan? Como todos lo hacemos, pero no lo hacen basados en la mala fe, sino en una interpretación libre del precepto legal que quieren aplicar. Tienen un muy buen nivel, estudiosos y con una gran implicación personal en los casos que llevan entre manos. Conozco a muchos de ellos que trabajan incluso en sus casas para adelantar lo más posible. Es encomiable, aunque hay excepciones también.

-Y se tienen que enfrentar a presiones impresionantes.

-Y con una cara dura increíble.

-Y contamos con que ahora somos todos abogados y entendemos de Justicia todos.

-Cuando yo empecé a ejercer, las leyes eran las que eran y se modificaban muy poco. Ahora nos enfrentamos a una auténtica diarrea legislativa.

-Esa es otra.

-Es horroroso. Ya no se puede ser abogado generalista y los que no tenemos edad para especializarnos lo tenemos difícil.

-¿En qué situación se encuentran los juzgados de la provincia?

-En Ayamonte, los compañeros que son cerca de un centenar, están denunciando el estado de los juzgados y el Colegio los apoya plenamente. Hay retrasos en La Palma e incluso en Moguer. Huelva funciona razonablemente bien.

-Los abogados tienen tan mala fama como los periodistas.

-Sin embargo en las encuestas sobre la apreciación de las profesiones, no salimos del todo mal parados.

-Ahí iba. ¿Esos asuntos de corrupción han servido para mejorarla?

-Por supuesto. Quienes montan estos tinglados suelen ser economistas muy profesionales que suelen terminar con su cliente en la cárcel. Y frente a ellos están los abogados.

-Supongo que le dará pánico, como a todos, poner la televisión y encontrarse un nuevo caso a diario y pensar a quién han pillado hoy.

-Es tremendo. Asusta. Dios quiera que se acabe. En la operación Lezo hay como 60.

-¿Y los abogados estrella?

-Son también compañeros y pertenecemos a otro tipo de ejercicio de la profesión, donde no se permitía la propaganda y no podemos acostumbrarnos a esas actuaciones que son absolutamente legales porque todos queremos ganar más clientes, pero se desciende a unos niveles que nos cuesta mucho trabajo comprender. No comulgo con ellos, aunque los respeto.

-¿Se lleva las manos a la cabeza por algunas cosas que escucha?

-A veces sí.

-¿Cómo se ha llegado a estos niveles de corrupción?

-Nunca hemos estado como ahora. Además, hay que pensar en todo lo que hay detrás.

-¿Han conseguido quitarse de encima esa fama de ser defensores de delincuentes que no se lo merece?

-Tenemos la obligación de hacerlo. Te dicen muchas veces eso de ¿cómo puedes defender a ese? Hay circunstancias incluso en los delitos flagrantes que obligan a su defensa y tenemos que hacerlo. Parece que nos hace cómplices.

-¿Ha defendido a alguien que sabía que era culpable?

-Siempre con matices. He defendido a gente que reconoce el delito, pero siempre estudiando todas las circunstancias.

-¿Se abusa de la prisión preventiva?

-Tal vez en alguna ocasión, pero la gente pide muy alegremente lo de que vayan a la cárcel y tienen que darse cuenta que la privación de libertad es una cosa muy grave y el contacto con individuos que no son muy recomendables. No se hace por capricho ni por ejemplarizar, por ejemplo con Isabel Pantoja y hay que analizarlo mucho porque la decisión es justa y legal, pero cabe hacerse la pregunta: ¿porqué se hace conmigo y no con otros?

-Lo que sí se abusa es el secreto del sumario.

-Provoca una indefensión absoluta de los clientes.

-Se hace para evitar filtraciones, pero no funciona.

-A veces yo incluso me sorprendo de las cosas que saben los periodistas y no nosotros porque la posibilidad de llevar a cabo nuestro trabajo se ve muy mermada.

-¿Cómo ve la posibilidad de crear la Ciudad de la Justicia?

-Yo no lo veré. Hay cosas más necesarias, como aumentar el número de jueces y juzgados. En Huelva no existe esa dispersión tan agobiante. La veré desde otro mundo y asistiré desde el cielo a su inauguración.

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