Desde la refinería Cepsa se ratificó en la tarde de ayer la evolución "hiperpositiva" del percance de la fuga de crudo, aunque la empresa mantendría durante todo el fin de semana o el tiempo que fuera necesario, retenes para poder dar respuesta a cualquier contingencia que surgiera.

El portavoz de la refinería La Rábida explicó que la compañía ha movilizado un centenar de operarios desde que activaran su plan de emergencia, lo que sucedió justo desde el momento en que se tuvo constancia del problema que tuvo su origen en la línea submarina que enlaza la monoboya y la refinería.

Cepsa confirmó que desde el percance del pasado jueves, no se ha vuelto a realizar ninguna descarga de crudo. La empresa ha iniciado es un expediente informativo para saber las causas del suceso y vaticinó que la reparación se realizará en un plazo muy breve de tiempo. Tampoco quiso manifestarse sobre el anuncio de la Capitanía Marítima de que abrirá un expediente informativo e insistió en que "ahora lo importante es que no haya riesgo alguno y que se descubran las causas".

La monoboya se encuentra a unos 10 kilómetros de distancia de la refinería. Se encuentra ahí para dar respuesta adecuada al calado de los petroleros que no podrían adentrarse en el puerto onubense para realizar esa labor de descarga. Desde Cepsa también se agradeció el nivel de colaboración que ofrecieron todas las administraciones involucradas.

La fuga de crudo del jueves se produjo cuando descargaba el buque SCF Caucasus, de bandera de Liberia, que transportaba crudo Maya procedente de Tenerife y que había sido inspeccionado en siete ocasiones. Desde 2002 ha tenido cero deficiencias.

En octubre de 2005 se produjo otra fuga de la monoboya. En esta ocasión fue en la manguera que une los tanques de los petroleros con la boca de la monoboya. En esa ocasión fueron 600 las toneladas que se escaparon y que afectaron a la Flecha del Rompido.