Cepsa La Rábida logra su mínimo histórico de emisiones globales a la atmósfera

La refinería La Rábida de Cepsa Huelva cumplió el 98% de sus objetivos medioambientales en 2012, ejercicio en el que procesó un 10% más de toneladas de crudo tras ampliar su capacidad, tal y como se desprende de la Memoria Medioambiental que por decimosexto año consecutivo acaba de presentar la compañía.

El documento, en el que se detallan los objetivos, logros e inversiones realizados en este campo durante el pasado año, fue presentado ayer por el director de la refinería, Rafael Martínez-Cañavate, quien destacó que, pese al récord de producción (casi 9 millones de toneladas), el complejo petroquímico mejoró los principales parámetros ambientales.

Sobre todo en lo que a emisiones globales a la atmósfera se refiere: las concentraciones medias anuales fueron inferiores a los límites que fija la Autorización Ambiental Integrada (AAI), con reducciones sobre las de 2011 en la mayoría de los casos, de modo que, según valoró Martínez Cañavate, en general el objetivo de reducción de emisiones se alcanzó en un 100%, repitiendo el mejor resultado de la serie histórica.

Desde un enfoque burbuja, que considera la existencia de una única chimenea virtual para el conjunto de la refinería en lo que a emisiones al aire de refiere, los valores oscilaron entre el 11% y el 23% de los límites permitidos. En comparación con 2011, se obtuvo una reducción del 7% en dióxido de azufre (SO2) y del 1% en óxidos de nitrógeno (NOx), mientras que las partículas aumentaron un 2%. De esta forma, la refinería se situó en el valor más bajo de emisiones globales de su historia.

Cepsa La Rábida logró también su mínimo histórico de emisiones totales de SO2 en función del volumen de crudo procesado: 0,27 kilogramos por cada tonelada de crudo frente a los 0,34 de 2011. En la evolución desde 2000, la reducción fue del 87% como consecuencia de la progresiva disminución del consumo de fueloil a favor de combustibles gaseosos con menor contenido en azufre.

En cuanto al balance de dióxido de carbono (CO2), el año se cerró con superhábit de derechos de emisión. Así, el conjunto de la factoría de Palos de la Frontera (Refinería y Gepesa) emitió 846.603 toneladas menos de CO2 que las que le correspondía por los derechos anuales asignados.

Debido a las paradas por mantenimiento de plantas y unidades, que fueron más numerosas (destaca la de la planta de FCC y las operaciones de mantenimiento de limpieza de tanques), se generó una mayor cantidad de residuos. Así, se gestionaron 5.298 toneladas frente a las 4.609 del año anterior.

La cantidad total de residuos peligrosos gestionados en 2012 se incrementó en un 27% respecto a la de 2011. El año pasado se produjeron 4.485 toneladas frente a las 3.518 del año anterior y también destacó el incremento de lodos (el lodo con hidrocarburo pasó de 204,7 toneladas a 806,3) y las tierras contaminadas (722,5 toneladas en 2012 frente a 446,1 en 2011).

En el lado opuesto se situó el asfalto residual, que bajó de forma considerable (de 629 toneladas a 84,1). No obstante, se gestionó un 45% menos de residuos inertes debido a la menor producción de lodos del tratamiento biológico y de filtración de agua bruta.

En todo caso, la ratio de residuos generados por cada tonelada de crudo procesado fue inferior a la de 2011, un dato positivo si se tiene en cuenta el mencionado incremento de más de 900.000 toneladas en el volumen de crudo: 0,50 kilogramos de residuos peligrosos por cada tonelada de crudo procesado (en 2011 fueron 0,44), unos 0,09 kilogramos de residuos no peligrosos por cada tonelada de crudo procesado (en 2011 fueron 0,14) y 0,25 kilogramos de residuos reutilizados o reciclados por cada tonelada de crudo procesado frente e a los 0,15 del año anterior.

El Sistema Integrado de Gestión Ambiental de la refinería La Rábida recomienda el reciclado y reutilización de los residuos como alternativa deseable y, en este apartado, la memoria especifica que en 2012 se reciclaron o reutilizaron 1.782 toneladas de residuos, un 52% más que en 2011 (1.169), principalmente por los escombros y la chatarra derivada de los trabajos de la parada. En cambio, se produjo una disminución del cartón y del papel generado, así como de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

La refinería envió a sus diferentes gestores de residuos 24 toneladas de envases, 5 toneladas de pilas y baterías y 0,6 toneladas de disolvente para recuperación de material o reciclaje.

Desde 2006, la refinería determina su índice de eficiencia energética, que engloba todos los consumos energéticos como gas natural, energía eléctrica, fuel, etcétera. La mejora del índice ha sido constante y la incidencia de ampliación finalizada en 2010 positiva gracias al alto nivel de eficiencia de las nuevas instalaciones. La media en 2012 fue de 86,5, unos 15 puntos mejor que en 2010 y 35,4 puntos mejor que en 2006. No obstante, se produjo un retroceso respecto a 2011 como consecuencia de la parada de mantenimiento en una de las plantas de cogeneración.