Que el mercado energético mundial está inmerso en una más que profunda transformación no escapa a nadie y, como era de esperar, tampoco a uno de los principales actores mundiales en el mismo. Así, el Informe de Gestión Integrado de Cepsa, dos de cuyos principales centros de producción se encuentran en la provincia de Huelva (la Refinería y la Química) se ha hecho eco del mismo. El consejero delegado de la compañía, Philippe Boisseau, señala en la presentación del mismo que “trabajamos en una ambiciosa estrategia que se presentará próximamente y que convertirá a Cepsa en un actor relevante de la transición energética”.

En el apartado del refino, con una capacidad de destilación global de 23,6 millones de toneladas al año, el 32% de la cual está instalada en España, el Informe concreta que La Rábida tiene una capacidad de refino de 11 millones de toneladas (en la planta de San Roque se llega a 12,6 millones), un ejercicio marcado por el cese de actividades con motivo de la paralización de la actividad como consecuencia de la pandemia. De hecho, el crudo destilado por Cepsa pasó de 1569 millones de barriles en 2019 a 138,4 el año pasado.

Entre los hitos fundamentales destacados en el documento, Cepsa señala la elaboración de un proyecto de concesión para la Autoridad Portuaria de Huelva, de cara a construir un nuevo poliducto en la refinería de La Rábida, en asociación con CLH (antigua Campsa, en la primera colaboración entre ambas empresas desde que se produjera su nacionalización) “que permitirá renovar la infraestructura existente y mejorar la capacidad logística”.Además, se puso en marcha la herramienta RTO (Real Time Optimization) en la refinería para optimizar su producción.

Otro de los hitos destacados por Cepsa señala que “la producción de electricidad se ha reducido en un 22% respecto a 2019, como consecuencia de la parada programada en la planta de cogeneración de La Rábida en el mes de enero y una menor actividad en el ciclo combinado”. De manera adicional “se ha visto afectado negativamente por un menor precio del pool energético (-29% respecto a diciembre de 2019) y el precio de la realización de la energía eléctrica (-20%).

Instalaciones de la Refinería de Cepsa en La Rábida.

Y es que el año ha sido especialmente complicado para todas las compañías energéticas y, por extensión también afectó directamente a Cepsa. Así, el documento consultado por Huelva Información, reconoce que el grupo “procedió a reducir la carga de las unidades de destilación de las refinerías (incluida la de Huelva). Posteriormente, con el objetivo de optimizar la operación en ambas, tras la realización en septiembre de las paradas de mantenimiento de dos de las unidades de la refinería de La Rábida, se ha decidido extenderlas temporalmente”.

La incorporación de tecnologías de reducción de emisiones, así como la elaboración de productos con el objetivo de responder a la demanda social de energía sostenible, llevó a establecer el procesamiento de varios lotes de benceno de origen renovable y circular en la planta de Palos para la producción de fenol de origen renovable.

Otra de las apuestas de Cepsa es la reducción en el consumo de agua. Para ello se introdujeron mejoras en los sistemas de tratamiento del vertido y del consumo que s añaden a la incorporación del agua procedente de los procesos de depuración de otras unidades como las torres de refrigeración en La Rábida, reduciendo la captación de agua de la red, con el objetivo de reducción global de un 13% respecto a los niveles de 2018.

Para reducir la carga contaminante de los vertidos, Cepsa adaptó la plata de tratamiento biológico de los mismos para reducir de manera considerable los contenidos de Carbono Orgánico Total y sólidos en suspensión, así como mejoras en el tratamiento de los residuos en La Rábida.

En lo que se refiere a los proveedores, Cepsa señala que el 49,32% de los mismos son españoles y concentran el 73,11% del gasto total gestionado por la unidad de compras. Los proveedores locales en las áreas donde están ubicados los centros de producción concentraron gran parte de ese volumen.

Por último, Cepsa reconoció dos incidencias a lo largo del año pasado. La primera de ellas fue “un antorchazo debido a un fallo eléctrico en Palos” que fue “gestionado correctamente. El segundo fue “un incendio en la torre de refrigeración de Palos”, del que también se informó tan pronto como se produjo y que se saldó sin consecuencias.

Instalaciones de la Refinería de Cepsa en La Rábida.