Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
Los días de celebraciones son siempre muy agradecidos y no lo iba a ser menos con la Virgen de las Angustias. Los hermanos de la Cofradía del Santo Entierro celebraban ayer el centenario de la incorporación de esta devoción que existía en la parroquia mayor de San Pedro en su cortejo procesional en 1916, con un afecto que le ha tenido vinculado durante este tiempo con la misma cercanía que a los otros dos titulares de la cofradía, la Soledad de María y el Cristo Yacente.
Una devoción que entonces no era nueva, pues cuando llega a ser parte de la cofradía venía estando al culto en San Pedro desde hacía más de trescientos años. Celebraciones, por tanto, que agradan en este mes de octubre que, a tan solo unos días de la Procesión Magna lógicamente traía recuerdos de lo vivido. La salida de ayer también estuvo magníficamente organizada, con un cortejo muy serio, propio de esta cofradía, en el que participaron un grupo de mujeres vestidas de mantilla tras la cruz de guía que abría el cortejo. La cofradía salió de la ermita de la Soledad por la plaza de las Angustias al callejón del Santo Entierro, para tener la primera visita a la parroquia mayor de San Pedro.
Hay que destacar que llamaron la atención las reformas emprendidas en el paso, que lo hacen mucho más grande y con mejor y mayor presencia en la calle, aun utilizando la talla originaria con un nuevo trabajo hecho ahora que le ha proporcionado una mayor amplitud, con una trabajadera más y un replanteamiento de la talla, realizado por Daniel Sánchez Vázquez, que es, además, el capataz del paso. El conjunto ha cambiado bastante, con su monte romántico y cruz alta con amplio sudario y artísticamente colocado. Lo que más llamó la atención es la propia imagen de la Virgen, que aparecía cubierta por un manto liso negro, que solo dejaba verle de su talla completa parte del pecherín, y lucía corona de plata. Alumbrado con los portentosos faroles de la Santa Cruz.
Sin duda un cambio que, junto la música que le acompañaba y que ya se vio en la pasada Semana Santa, indican de alguna forma los deseos de mejorar la presencia de Las Angustias en la calle por parte de la junta de gobierno que preside Javier Mesa, al que acompañaba Enrique Gaviño, teniente alcalde del Ayuntamiento de Huelva, así como el presidente del Consejo de Hermandades, Antonio González, y diversas hermandades.
La jornada tuvo también el contraste de la tarde por la zona alta de San Pedro y Santa Fe, para adentrarse ya de noche, con las luces cálidas del alumbrado, hacia la parroquia de la Inmaculada Concepción. Aquí se veían las muchas personas que le acompañaban en su recorrido extraordinario. Le esperaban las hermandades de la parroquia con el párroco Diego Capado. Hizo estación el paso y se le rezó la Salve a la Virgen de las Angustias. Continúo el paso su camino con sobriedad, acompañada las Angustias por la Banda de Música Nuestra Señora de la Cinta, con marchas escogidas y con el seco sonido del tambor que recordaba al Viernes Santo.
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