En la tónica de los últimos años, la organización de la Jornadas Musulmano Cristianas incorpora actividades dinámicas y participativas. Más animación de calle por el recinto, actuaciones de dos grupos de música celta, mercadillo medieval, exposiciones, recreaciones históricas y actuaciones, sin olvidar la amplia oferta cultural que se iniciará mañana con las representaciones históricas que se llevan a cabo por los edificios y lugares de interés cultural del pueblo.

Las Jornadas se han convertido en el evento que reúne a más cantidad de visitantes dentro del amplio calendario festivo de la localidad. Cada año, Cistus Jara apuesta por introducir novedades que aumenten el atractivo de una celebración que recuerda el paso del dominio musulmán al cristiano en el siglo XIII.

Lejos de celebrar algún tipo de victoria militar, estas jornadas han apostado siempre por recordar los periodos de convivencia en paz de las distintas religiones que se profesaban en los reinos peninsulares. El rey Alfonso X el Sabio firmó un privilegio rodado en 1279 por el que concedía el señorío de Zalamea al arzobispado de Sevilla, hecho que marcaría el devenir histórico de la población.

La primera edición realizada en 2004 supuso un éxito en cuanto a participación, por lo que desde Cistus Jara se apostó por convertirlo en una celebración anual.

Ya está preparado todo el dispositivo para que los más de 10.000 visitantes que hay previsto que pasen esos días por Zalamea puedan disfrutar de las jornadas y del pueblo mismo como destino cultural y turístico. Hoy y mañana se espera la mayor afluencia de visitantes, que disfrutarán de las distintas actividades que se desarrollarán en el centro histórico, exposiciones en la Casa Cilla o las distintas representaciones y pasacalles por el entorno de la Iglesia de la Asunción, junto con los conciertos de música celta y medieval.

En el apartado musical, los gallegos Acibreira animarán el recinto con sus ritmos celtas. Este año, el grupo Albaluna traerá desde Portugal su fusión de la música medieval ibérica con los sonidos del rock progresivo y composiciones de influencia mediterránea y balcánica.

Fue una novedad ayer, en la jornada inaugural, la celebración de una Cena Medieval en el Paseo Redondo, donde unos ciento cincuenta comensales disfrutaron de un menú compuesto por tomates, parrillada de embutidos, pan preñado con huevos, caldereta de carne, sangría y frutas.

La cena estuvo presidida por los reyes de las jornadas y su séquito, la única condición para asistir era ir vestidos a la usanza medieval (cristiano o musulmán), un espectáculo en el que la disposición y decoración de las mesas, el menú, la ambientación y el entorno recrearon el ambiente de una comida en un castillo medieval.