Historia menuda

La Casa de la Chanca de Huelva (I)

  • El célebre plano de Francisco Coello, fechado en 1870, nos enseña la ubicación de la Casa de la Chanca en la calle Las Bocas, no muy lejos de la lengua de la ría donde desembarcaban los atunes

La Casa de la Chanca es, sin duda, uno de los edificios más emblemáticos de Huelva y uno de los focos industriales más importantes a lo largo de los siglos, de la entonces villa. Pero, definamos, en primer lugar el significado etimológico de Chanca.

Llámase por esta denominación a unos espaciosos edificios que se levantaron en sitios próximos al mar en donde se utilizaba la materia prima abundante en las costas cercanas (atún, caballa, boquerón…) que era industrializada, para lo que se debía de disponer de abundante sal. Antes de darle el tratamiento adecuado, se ponía a la venta una parte considerable de la citada materia en pública subasta.

Casa de la Chanca han existido en todos los puertos (Huelva, Isla Cristina, Lepe…) y era tal su importancia que en Almería existe un barrio llamado de La Chanca, que ocupa el lugar de antiguo arrabal musulmán Al-Hawd.

En los siglos de la Edad Moderna y Contemporánea, los productos que salían de las Casas de La Chanca eran cazón seco, mojama (que no es otra cosa que el lomo del atún cubierto con sal gorda), anchoa… Pero vayamos a los orígenes de este trabajo. Entre todas las artes de pesca de las que las industrias del mar se valen para obtener sus rendimientos, destacase, por su antigüedad, por su técnica complicada y eficaz, tanto como por su organización esmerada y provechosa, la almadraba para la pesca del atún.

Este arte data de fechas remotas, allá por los siglos anteriores a Jesucristo. A través de los indicios arqueológicos, se sabe que en Huelva era una actividad que se desarrolló en la época del Imperio Romano.

Aunque no hay documentación que nos haga afirmar que se practicara el arte de la almadraba en Huelva durante la Edad Media, la lógica nos hace suponer que se desarrollaría esta técnica pesquera, incorporando las innovaciones que la han llevado, en su armazón y calamento, a ser actualmente un arte gigantesco, en proporciones de material y extensión jamás previsto en los cálculos de los hombres de mar.

En su obra titulada Historia Ilustrada. Brevísima Historia de la Antigua, y Noble villa de Huelva (1761), nos aclara don Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho, en su Capítulo X, dedicado al tráfico y comercio de la villa de Huelva, que en esta población había habido almadrabas:

"... Faltan las almadravas, han cerrado los armazones a los puertos de África, se ha estrechado el surtimiento de Portugal, y lo que más ha atrassado a aquella Villa, es averse cerrado su Puerto de cuarenta años a esta parte, con la Providencia que se dio, de que no se despachasse en aquella Aduana entrada de Géneros por Mar. Pero por un Ramo de Autos formado por la Justicia de aquella Villa el año 1590, para echar un repartimiento entre las embarcaciones, que actualmente existiessen en el Puerto, para guarecer la Costa de Moros, consta, que se hallaban en aquella Ría, 113 Barcos de Pesquería (sin otros, que andaban por la Mar, muchos Barcos luengos, llamados viageros, saetias, Fragatas y 11 Navíos, con la expressión de sus capitanes...".

La primera referencia que tenemos en nuestro Archivo sobre almadrabas situadas fuera de nuestra capital la encontramos en un Poder otorgado el 20 de abril de 1583 ante Juan Núñez (Folio innumerado, número 57) en el que Juan de Rivera recluta trece hombres para llevarlos a trabajar a la almadraba del sr. duque de Medina Sidonia: "Juan de Rivera, hombre de la mar, vezino desta villa y dixo que por quanto al señor Francisco Velázquez, vezino y regidor desta villa que presente estava por horden y mandado del Excmo. Sr. Duque mi señor, a buscado y hecho buscar en esta dicha villa gente para ir a servir a S. E. en los armazones de sus almadravas este presente año y la que dixo que se obligaba y obligó de partir desta villa con los dichos 13 hombres a la cibdad de Sanlúcar mañana miércoles por la mañana que se contarán 27 del presente mes y de allí seguirán la horden que se le mandase… hasta ponerlos en las dichas almadravas…".

En fechas posteriores hallamos industriales onubenses que instalan almadrabas en sitios cercanos a la capital y que reúnen, lógicamente, condiciones excepcionales para tal finalidad y siempre bajo la supervisión de los nobles, ya que las explotaciones "desde la raya de Portugal" hasta Tarifa eran monopolio de los Guzmán, señores de Tarifa que no dudaban en enfrentarse abiertamente a otros nobles de la región (Duque de Arcos) que intentaron tomar parte en aquel productivo negocio. Ya estas instalaciones emplean medios sofisticados para aquella época: las redes se hacen a mano, empleándose miles de kilos de cáñamo, de abacá y de esparto, al margen la cabullería, con grueso de 1,5 a 12 pulgadas y, sobre todo, se utilizan muchos hombres y barcazas y, sobre todo, se dispone de un almacén o chanca donde se traslada la riqueza del mar capturada para su venta y tratamiento. A través de la Escritura de arriendo de una almadraba otorgada el 9 de abril de 1749 ante José Francisco Camero (Folio 18, número 278), vamos a conocer la existencia de una Casa de la Chanca o chanca ubicada en Huelva. Pero como la citada Escritura tiene hasta trece condicionantes sólo nos remitimos a los interesados en la petición de armar una almadraba y a la condición quinta en la que queda citada la Casa: "Sepan como nos, Alonso Silvera y Joseph Bravo y don Antonio Díaz, vecinos que somos desta villa de Huelva, decimos que por quanto por el Excmo. Sr. Duque de Medinasidonia se nos ha concedido permiso para que armemos de nuestra cuenta la almadrava y arte de pescar atunes y otros pescados en el sitio y torre que llaman de Carboneros desta costa, conforme a los privilegios la Casa de S. E. por tiempo y espacio de cuatro años, que el primero es el presente y fenecerá ésta contraída la temporada del año que viene de 1752, se nos ha mandado que otorguemos la Escritura, ciertos y sabedores que somos….".

Y en la condición quinta de la Escritura de arriendo viene citada la existencia de la Casa de la Chanca que nos ocupa:

"… Quinta. Que el dicho pescado que se matare se ha de vender en pública almoneda, a la puerta de la chanca de dicha almadrava en la conformidad que se practica en las otras de S E…".

También es citada esta Casa en el célebre plano de Francisco Coello, fechado en 1870, y nos enseña su ubicación en la calle Las Bocas, no muy lejos de una lengua de la ría en donde desembarcaban los atunes y otras especies capturados en las almadrabas.

Dada la situación de la Casa Chanca, la calle Las Bocas se convirtió en una auténtica industria vinculada con su actividad. Así, en el siglo XVII tuvieron sus talleres de cordonería (Folio 83, número 334) Francisco Prieto, Gaspar Rodríguez (destruido el taller de este último en el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755. La venta del solar la efectuó siete años más tarde), Roque Rodríguez… Con respecto a la sal (material importantísimo en las chancas), el Alfolí o Salero de Huelva no se situaba muy lejos, exactamente en el inicio de la calle San José.

Si atendemos a otras chancas, el saladero instalado en la villa de Huelva debió tener dos plantas, estar compuesto por diversos corrales para la hacienda, una o dos extensas salas para preparar el pescado, secadero al aire libre y depósitos o almacenes de sal. Algunas chancas contaban con grandes piletas, instaladas en el inevitable patio, donde el pescado se sumergía en salmuera (sal en agua). Una de las puertas de las que constaba el edificio debió permitir el paso de carros que descargaban la sal y cargaban los productos preparados en la chanca.

La sal para la conservación del pescado y el transporte de la misma corría a cargo del Sr. Duque. Caso de que se hubiese pescado mucho, el egregio personaje estaba obligado a adquirir, a partir de las tres mil fanegas estipuladas en el contrato, la sal en otra salina que no fuera la suya propia.

En el expediente investigador que está instruyendo la Universidad de Huelva, y elevará ante la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, para que la demoledora piqueta de Huelva no continúe con su incesante actividad en nuestra ciudad, "se fecha la construcción de este edificio a finales del XVII o principios del XVIII, a instancias de la Casa Ducal de Medina Sidonia con el fin de comercializar y salar los atunes capturados por la Almadraba…".

Dado el largo período en el que la Casa Ducal se dedicó a la pesca del atún, pudo emplear las tres clases de almadrabas: Inicialmente, de vista; más tarde de monteleva y finalmente y sobre todo empleó las almadrabas de buche. En el término de nuestra capital sólo se utilizaron los dos primeros sistemas de pesca, siendo el último el que predomina en la actualidad en otros lares.

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