Cartaya elige sus mejores caldos
Una treintena de bodegueros presentan sus vinos en un concurso al que aportan casi 600 litrosl certamen José Antonio Ambrosio Gómez gana el concurso, organizado por el Ayuntamiento
Sobre tres veteranos bodegueros locales -Fernando Vázquez Quintero El de la Olla, Manuel Pérez Bendala y Fernando Díaz González- recayó la enorme responsabilidad de elegir los mejores caldos de Cartaya dentro del marco del primer concurso-degustación de mosto Ciudad de Cartaya. Una novedosa iniciativa organizada por el Consistorio de la localidad que reunió en la plaza Redonda del municipio a varios centenares de aficionados al pisado tradicional de la uva, así como a una treintena de bodegueros, que tuvieron que aportar una arroba (16,6 litros) de vino para participar en el concurso.
Al final, 7 rosados y 23 blancos, todos elaborados en el municipio, formaron parte de un concurso donde fueron seleccionados como mejores caldos del año. El vencedor fue José Antonio Ambrosio Gómez, seguido de Juan Cárdenas Macías (segundo premio) y de Juan Escobar Álvarez (tercer premio).
Además, todo el que se acercó tuvo la oportunidad de degustar algunos de los caldos gracias a los aproximadamente 600 litros que como precio de la inscripción aportaron los participantes.
El objetivo de la iniciativa no fue otro que recuperar la singular tradición de la elaboración artesanal del vino, aunque no a nivel industrial y sí con una orientación más lúdica, ya que los numerosos bodegueros y aficionados a la elaboración de caldos a partir de sus propias uvas, que en los últimos años han proliferado en el pueblo, tuvieron la oportunidad de mostrar su mosto, así como de participar en el singular concurso.
Y es que muchos aún recuerdan cuando hasta hace ahora 20 ó 25 años, numerosas bodegas y lagares, o zampuzos, como popularmente se los conocía, salpicaban distintos puntos del callejero cartayero. Era el caso por ejemplo de La Casita Blanca, en La Parada; La Joya, en la calle Alcalde Guillermo Pérez; Pepe Rey, en la calleja del Campo; la bodega de Cárdenas, en la calle Flor; Mealla, en la plaza Corral Concejo, Bendala y Camilo, en la calle Gavia; o el Borrero, en la barriada del Real, además de otras que se repartían por calles como la avenida de la Feria o Lepe.
A ellas acudían tradicionalmente los cartayeros hasta hace dos décadas, con una botella en las manos, a comprar diariamente el vino a granel, y en torno a ellas se producía cada mes de septiembre una importante actividad con motivo de la vendimia, el pisado de la uva, y la posterior elaboración del vino. Prácticamente todas han desaparecido ya que con la llegada del regadío, productos como la fresa o la naranja han sustituido a la vid y el resto de cultivos de secano que tradicionalmente habían dado fama a Cartaya como las almendras o los higos.
De esta forma, y según el propio Ayuntamiento, se ha querido "volver a las raíces bodegueras de la localidad, que en gran medida se han perdido, y promover esta actividad entre los más jóvenes".
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