Diario de un despistao

Carnaval en el Gran Teatro de Huelva frente a la Champions

Carnavaleros de pasacalles dirección a las tablas del Gran Teatro.

Carnavaleros de pasacalles dirección a las tablas del Gran Teatro. / Rafa del Barrio (Huelva)

PSG-Real Madrid, me dice mi hija, te vas al teatro habiendo este partidazo. No lo pensé porque si lo pienso, seguro que no hubiera ido. El partido de Champions ha hecho mella en la entrada del día. Me encontré a Ramón, uno de los figuras del teatro, poniendo en marcha una pantalla en el hall de entrada, me dio una alegría inmensa, primero por verlo pues este año sólo lo escucho mientras se montan los decorados en los descanso y segundo, porque creía que era para ver el partido.

Ramón, Pedro y compañía son lo mejor que hay en el teatro. Muchos dirán que es su trabajo, pero cuando disfrutas de tu trabajo salen las cosas así. La comparsa sevillana Ciudad Esmeralda abrió el telón. Mantuvieron el listón mostrado en preliminares.

Después llegó El cuarteto fantástico, os digo una cosa, si sé que van a hacer esto hubiera visto el partido, anda que no me acordé nada de mi hija. Ordinarios, bastos, sin gracia y podría seguir así y rellenar toda la columna, pero no lo voy a hacer, mejor me callo.

Los desataos aparecen en escena reventando las tablas, saben que este año la batalla es tremenda y no se quieren quedar atrás. Las letras son una parte muy importante del repertorio, pero no todo, por eso venden mucho mejor su cante. Gran pase.

Hoy por fin me he comido un lomo en la carpa, como de público la cosa esta cortita había sitio. Después del descanso, la comparsa Un mundo nuevo trae una letra de actualidad, eso es currar e imaginación, me dan un palo, yo creía que eran linces humanizados, por lo visto, no. Pido perdón por ello, pero tampoco me queda muy claro cuál es el tipo.

La murga #QuedateEnCasa volvió a gustar al personal, hoy bajaron el listón, ya lo dije, lo difícil no es llegar sino mantenerse.

La comparsa de Punta, Las intrépidas, cerró la noche, buen pase y demostraron que, poco a poco y dejando los nervios fuera, se puede llegar.

Mañana hablaré del pregón.

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