Esta vez se lo prometieron y sí lo cumplieron. Ayer fue el día en que los vecinos de la barriada de Cardeñas pudieron recoger la llave de sus nuevas viviendas. Atrás quedan siete años de espera y lo peor, de una espera que en bastantes ocasiones se vistió de tensión y que jugó con la desesperación de estas personas.

El lugar elegido fue el Área de Rehabilitación Concertada 'Marismas del Odiel', un edificio municipal desde el que se ve las nuevas construcciones. Desde las 9 de la mañana y con cita personal, fue pasando la mayoría de los 106 vecinos que tienen derecho a su nueva vivienda. Se calcula que de esos 106, ayer cogieron sus llaves más de 90 y el resto lo hará hoy o esta semana a lo más tardar.

Repartidos en cuatro despachos, los inquilinos eran atendidos. Se les hacía firmar un acta de entrega y a continuación se les remitía a Aguas de Huelva y Endesa para formalizar los contratos de agua y luz. Para lo primero, se habilitó una oficina en ese mismo edificio para facilitar los trámites a estos vecinos que se encontraban más que satisfechos tras tanta espera. La entrega de las viviendas les llega en un momento en el que consideran casi insostenible seguir en sus casas antiguas por las malas condiciones que allí se van acentuando implacablemente.

Josefa Ruiz es una de las propietarias. Le gusta la vivienda que le han adjudicado aunque le parece pequeña si le compara con la que ha sido su hogar durante más de 40 años. Eso como uno de puede imaginar con facilidad, provoca sentimientos encontrados en Josefa y su familia: la alegría por ir a una casa en condiciones y la tristeza de dejar más de media vida: "Nos costó mucho hacer esa casa. Mi marido era carpintero de ribera y la levantó. Esa casa era nuestra vida". Josefa se va a una casa de 50 metros cuadrados. Esto supone casi la mitad de la superficie en la que ha estado viviendo hasta ahora por lo que piensa que tendrá que desprenderse de la mitad de los muebles que tiene cuando venga el camión de la mudanza, lo que espera que se produzca la próxima semana.

Las casas para estos 106 vecinos son de 2 o de 3 dormitorios y están provistas de un patio interior y una marquesina.

Amalia Moreno es otra de las propietarias de estas nuevas viviendas. Tanto ella como el resto han tenido la oportunidad de ver las casas con anterioridad y comprobar su estado. Aun así tienen un mes para dar constancia de si tienen algún defecto o necesitan algún arreglo. Amalia comenta que la situación que estaban viviendo no daba más de sí ya que la vivienda estaba en unas condiciones cada vez más adversas, con unas grietas cada vez también, mayores ya que se trata de edificaciones sin cimientos.

Josefa García estaba formalizando ya el contrato con Aguas de Huelva tras haber recogido su llave. Muestra su satisfacción que comparte con el resto de sus vecinos. Comenta que "hay algunas cosillas que he visto en la casa que tienen que arreglarse" y señala que "nos han dado un mes para ir mudando los muebles".

Atrás parece haber quedado un proceso que en muchos casos se convirtió en amargo y que incide de manera directa en la vida de cualquier persona, como es la vivienda.

Desde un punto de vista político, el delegado provincial de Vivienda, Gabriel Cruz, valoró ayer que la entrega de las llaves se ha realizado "en las condiciones y fechas prometidas" e indicó que los vecinos ya pueden hacer uso de sus viviendas, así como que "está pendiente el pago de dos millones de euros de depósito por parte del Ayuntamiento para las escrituras".