Canto de tenor cuando abre el pico
Unos 400 ejemplares se dan cita en el Concurso Monográfico de Canto Timbrado Español de Cartayal popular Unos 60 criadores midieron sus cantos en la localidad costera.
El timbrado español es una raza de canarios de canto seleccionada especialmente en función de sus facultades canoras y sin considerar aspectos como el color, el tamaño o la forma. Se trata de la raza más directamente vinculada con el canario silvestre (serinus canarius canarius) originario de islas como las Canarias, las Azores o Madeira.
Y es que los numerosos criadores con que cuenta esta especie en España intentan conseguir que el timbrado se mantenga cerca del modelo de canto del canario silvestre, potenciando sus innatas facultades y tratando de eliminar sus defectos. Esta cercanía con el canario silvestre condiciona la apariencia del timbrado, de menor tamaño que otras razas y de morfología similar a la de sus ancestros salvajes. También su plumaje, generalmente verde o manchado de verde y amarillo, aunque es posible encontrar timbrados completamente amarillos, grises, blancos y canelas.
Fue domesticado por su llamativo canto y desde el principio surgieron numerosos criadores españoles. A buen seguro, aquellos primeros canarios criados en cautividad tenían un canto muy cercano al actual timbrado. Pese a ello, fue ésta en 1962 la última raza de canto oficialmente reconocida por la Confederación Ornitológica Mundial. Así, se puede afirmar que el timbrado español, también conocido como el gran tenor, es a la vez la más antigua y moderna de las razas de canto.
A esta pequeña ave le dan personalidad sus timbres y su capacidad de improvisar variados repertorios de notas alegres, metálicas y vibrantes. La fama que ha alcanzado en España se va extendiendo por todo el mundo de forma merecida por las cualidades de su melodiosa pero enérgica voz, siendo a día de hoy uno de los pájaros cantores por su elaborada selección genética, que le hacen mantener su base genuina, enriqueciéndola con sus notas de adorno, conocidas como floreos.
El origen de esta especie se remonta a la introducción del canario silvestre en España entre los siglos XIV y XV. Su principal atractivo era su canto, siendo de suponer que su selección se centraría desde el inicio de su cría en cautividad. Mucho se ha avanzado desde entonces y numerosos han sido los Códigos de Canto y Planillas de Enjuiciamiento que se han sucedido como muestra inequívoca del arraigo e interés despertado por el timbrado español en España.
Para corroborarlo, la Asociación Ornitológica El Castillo de Cartaya organizó el pasado fin de semana, por delegación de la Federación Española de Canarios de Canto, el IV Concurso Monográfico de Canto Timbrado Español. Se trata de una cita consolidada en la que un año más se dieron cita los mejores tenores de Andalucía. En total, unos 400 timbrados pertenecientes a unos 60 criadores midieron sus cantos en esta localidad costera.
Del éxito de la cita da fe el presidente de ACO El Castillo, Antonio León, que mostró su enorme satisfacción no sólo por la cantidad de ejemplares participantes sino, sobre todo, por la calidad de sus cantos. La consolidación del concurso, en el que colaboran el Consistorio y numerosas entidades privadas, también se pone de manifiesto por la participación de dos jueces, uno de ellos miembro de la Organización Mundial de Jueces. Jueces cuya misión no ha sido otra que enjuiciar el trino de estos pequeños animales, así como valorar y puntuar el canto de sus notas negativas según su rascada, estridencia o nasalidad; y positivas según su timbre, variaciones rodadas, timbre de agua, cascabel, floreo, floreo lento, campana, cloqueo, castañuela, variaciones conjuntas, agua lenta, agua semiligada, parcial positivo o impresión.
Es todo un espectro sonoro de armonías, tonos y musicalidad en el que destacó el timbrado de Francisco Cordero (Sociedad el Camarón de Coria del Río), que con 92 puntos fue el que obtuvo la máxima puntuación. Hilario Rodríguez (UCTE Sevilla) repitió victoria siendo por segundo año consecutivo el criador que presentó el mejor equipo de 7 ejemplares, consiguiendo 629 puntos. Por equipos de 4 ejemplares, el vencedor fue también Hilario Rodríguez con 362 puntos. El onubense mejor clasificado fue el cartayero Antonio León (ACO El Castillo), que se hizo con la segunda posición en esta misma categoría con 358 puntos. En categoría individual, el ganador fue Antonio Toledo (UCTE Sevilla), con 91 puntos. El segundo puesto fue para el mismo, también con 91 puntos, mientras que el tercero fue a parar a manos de Francisco Cordero (El Camarón), con idéntica puntuación.
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