Huelva

CSIF denuncia la "falta" de dotaciones y de material clínico en el centro de salud de Isla Chica

  • El sindicato asegura que existen "carencias" en el equipamiento que impiden que las consultas puedan funcionar "con las mínimas garantías asistenciales"

Centro de salud de Isla Chica.

Centro de salud de Isla Chica. / Josué Correa (Huelva)

El sindicato CSIF denuncia que el centro de salud de Isla Chica se ha inaugurado "sin la dotación necesaria para atender a una población de más de 20.000 usuarios". En este sentido, la central sindical asegura que que ha podido "contrastar la falta de dotaciones y de material clínico y de mobiliario en los equipamientos de las consultas".

El sindicato señala que estas carencias impiden, a día de hoy, que se pueda funcionar con las mínimas garantías asistenciales por lo que los profesionales “se ven asaltados continuamente por la falta de medios para poder desarrollar la labor a la que están entregados con un nivel de compromiso que no se ve reconocido por la dirección Gerencia de este distrito, despreocupada por dotar adecuadamente el centro de salud desde su apertura”, ha lamentado el responsable provincial de Sanidad de CSIF, César Cercadillo.

Estas deficiencias ya han sido denunciadas por el personal y han sido los representantes del sindicato los que han comprobado in situ los problemas de escasez de medios en este nuevo centro de salud de la capital.

Entre el material que falta para atender a los pacientes en las consultas se encuentran "los carros de curas, lámparas de exploración, carros para consultas, medidores de INR (coagulómetros), tensiómetros de pared, otoscopios portátiles, bancos de acceso a las camillas, cortinas de intimidad para los usuarios o papeleras en los baños (actualmente se utilizan cajas de cartón)".

A esta lista de material necesario para que se pueda funcionar con normalidad como centro asistencial de salud también hay que sumar otras "deficiencias" que se presentan como centro para la vacunación masiva sin cita contra la Covid-19. En este sentido, CSIF ha corroborado que no se contemplan las medidas colectivas de seguridad en prevención de riesgos laborales para los profesionales del Servicio de Atención al Usuario (SAU); “se ha dejado el mostrador desprovisto de mamparas protectoras, y tampoco se ha realizado la correspondiente señalización en el suelo para que los usuarios cumplan con las distancias de seguridad establecidas por los protocolos”, indica César Cercadillo.

Otro aspecto que CSIF ha querido denunciar son las" numerosas deficiencias estructurales de este centro en el acceso de las personas con movilidad reducida". “Lejos de eliminar las barreras arquitectónicas, se tiene cerrado el acceso para usuarios con sillas de ruedas o carritos motorizados, por lo que se ven obligados a transitar por la carretera del aparcamiento para poder entrar al centro”, explica el responsable de Sanidad de la central sindical. Además, la escalera de acceso a la parte alta del centro también se encuentra cerrada dificultando la entrada de los pacientes.

Estas condiciones son las que tiene que soportar los usuarios y los profesionales de Atención Primaria en este nuevo centro de salud de la capital y "que son extensibles a la mayoría de centros de la provincia". La escasez de medios unida a la falta de cobertura de algunas categorías profesionales y la presión asistencial por la Covid-19, “hacen imposible poder atender la demanda sanitaria en los centros de salud, lo que está provocando un aumento de las bajas por estrés laboral de profesionales, quienes no soportan más esta situación”, insiste Cercadillo.

En este sentido, la dirección Gerencia del Distrito Huelva Costa y Condado Campiña “no se ocupa de solucionar estos problemas que afectan directamente a la calidad asistencial, pero sí tiene tiempo para homenajear en actos públicos -como el de inauguración del centro de Isla Chica- a cargos intermedios que han pasado la mayor parte de su trayectoria laboral en puestos directivos”.

Por todo ello, desde CSIF se ha querido poner de relieve “las necesidades de los profesionales de la sanidad pública quienes tienen que desempeñar su trabajo con escasos medios y dotaciones para que los altos cargos del SAS y los políticos puedan ejecutar sus lavados de cara en público. Todo ello supone que la atención al paciente se vea degradada a cualquier precio”.

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