El CSI de las aguas dulces

Técnicos y agentes de Medio Ambiente de la delegación provincial estudian la calidad de los ríos a partir de sus peces Los datos certifican que el estado fluvial de Huelva es aceptable

Las estaciones de estudio están recogiendo datos en el interior del río durante 24 horas.
Las estaciones de estudio están recogiendo datos en el interior del río durante 24 horas.

La calidad del agua de los ríos y arroyos de la provincia es aceptable. Así lo certifica el trabajo de diagnóstico que están elaborando Miguel Garrido Mora, asesor técnico de geodiversidad y biodiversidad de la delegación provincial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Huelva, y su equipo formado por cinco técnicos y agentes del ramo. Apasionados y comprometidos con la conservación del entorno natural, estos onubenses se colocan con este proyecto a la vanguardia del estudio de los arroyos y de los ríos que discurren por la provincia. Son los CSI de las aguas dulces onubenses que empiezan a descubrir un nuevo universo fluvial muy desconocido por el gran público hasta el momento e, incluso, por gran parte de los profesionales del sector. Nuevas especies de peces únicas en todo el mundo, otras exóticas y sus efectos sobre el ecosistema son algunos de los descubrimientos que, para sorpresa de los investigadores, está arrojando este interesante proyecto medioambiental.

La aventura comenzó en el año 2013 entre las ilusiones de Miguel Garrido movido por su compromiso personal con el medio ambiente. Con el apoyo absoluto de la Consejería de Medio Ambiente, pero sin presupuesto propio, el proyecto transita ya por su segunda etapa consistente en la recogida y el análisis de los datos de una veintena de estaciones de estudio instaladas, en su mayoría y de momento, en la zona sur y centro de la provincia. Tras la de recogida de datos en los más de 2.000 kilómetros de superficie fluvial rastreada por las estaciones instaladas, el equipo interpreta ya las primeras conclusiones fehacientes.

La calidad del agua es aceptable pero varía dependiendo de la situación del río o arroyo en el conjunto de la geografía onubense. Aquellos más cercanos a las zonas agrícolas y a los mayores núcleos de población son los que muestran peor calidad de sus aguas. Por contra, la parte de la Sierra y su entorno presenta muchos mejores resultados aunque el estudio de los ríos de esta comarca comenzará a partir de ahora con una primera incursión, ya realizada y que está confirmando las buenas previsiones que se manejan en cuanto a la buena calidad del agua de los ríos y arroyos serranos.

Garrido explica la cuestión. Es fácil imaginar, desafortunadamente, cómo la acción del hombre juega en detrimento de la calidad del agua y, por tanto, del ecosistema fluvial sobre el que actúa. En este sentido, el daño más alarmante y, en principio insospechado, es la introducción en ríos y arroyos de especies exóticas. "Los amantes de la pesca compran especies exóticas que luchan al ser pescados y, por tanto, son más atractivas para ellos. Por eso las compran y las tiran al río para luego pescarlas sin ser conscientes del daño que están provocando". Garrido confirma que estas especies extranjeras pueden llegar a destruir el ecosistema local. "Son especies muy agresivas, carnívoras, de gran tamaño y que comen mucho". Para sorpresa de los investigadores se ha encontrado un ejemplar del pez gato en el río Guadiana. "Esta especie es originaria de Estados Unidos. Pensamos que ha llegado hasta el río onubense porque alguien lo ha tirado directamente o venido desde embalses extremeños introducidos, allí también, por el hombre".

Los ríos cercanos a las zonas de explotación agrícola también presentan malos resultados en cuanto a la calidad de sus aguas. "Tenemos que tener en cuenta que Huelva es la provincia en la que más llueve de toda España por metro cuadrado". El agua de lluvia arrastra hasta el río todo lo que encuentra a su paso. "Si el entorno del río es agrícola, el agua de lluvia arrastrará multitud de sustancias químicas que contaminan las aguas. Mientras más natural sea su entorno, más calidad presentará el agua del río". El ecuación es fácil y lógica. Y es que este proyecto transciende los límites de la responsabilidad medioambiental de la provincia. "A partir del estudio de la calidad de las aguas fluviales que estamos haciendo, podremos tener un mapa del estado de ríos y arroyos y, por tanto, trabajar mejor por su conservación". En la práctica, explica Miguel Garrido, "podemos asesorar si se propone construir alguna infraestructura en el entorno de los ríos. Por ejemplo, si sabemos que hay zonas de un determinado río en muy buen estado desde el punto de vista medioambiental, podremos modificar el lugar en el que instalar esa infraestructura desplazándola a tramos del río más degradados de forma que conservemos aquellas zonas en mejor estado". Las aplicaciones en la práctica de este estudio son múltiples y de una extraordinaria importancia para el entorno natural de la provincia y, por tanto, para la vida de los onubenses. Miguel Garrido subraya que todos estamos conectados a las aguas. "El agua de los ríos, de los embalses, es el agua que bebemos. Por supuesto, este agua pasa por un proceso de potabilización pero si su calidad no es buena, hay ciertos componentes que el proceso de tratamiento no elimina y que, por tanto, estamos consumiendo. Es decir, a más calidad del agua de los ríos, más calidad del agua que bebemos cada día".

El objetivo del proyecto es confeccionar un mapa de la calidad de las aguas fluviales pero el instrumento para ello puede resultar inesperado. Miguel Garrido y su equipo están usando a la fauna fluvial como el bioindicador de referencia. Los peces son la base del estudio. "Sabemos el tipo de agua que necesita cada especie para sobrevivir. Por tanto, si encontramos una especie que solo puede vivir con calidades altas de agua, esto nos indica que ese río goza de una buena calidad medioambiental". Esta es la clave del estudio, los peces, que certifican el estado de los ríos y que están conduciendo a los investigadores a hallazgos inesperados en cuanto a la fauna fluvial de la provincia.

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