Brasería El Campesino Andaluz

Vista general del salón la noche de la inauguración. Como se aprecia el lleno fue total y la aceptación máxima a los productos que se ofrecieron. La calidad de los mariscos, las carnes y la chacina resultó elogiada por todos.
Vista general del salón la noche de la inauguración. Como se aprecia el lleno fue total y la aceptación máxima a los productos que se ofrecieron. La calidad de los mariscos, las carnes y la chacina resultó elogiada por todos.

04 de diciembre 2010 - 01:00

El pasado día 1 se inauguró en el polígono Romeralejo (frente a Urende), la brasería 'El Campesino Andaluz', un restaurante que está llamado a ser todo un éxito. El criterio de la dirección es ofrecer la máxima calidad a un precio tan ajustado que el beneficio individual sea escaso pero termine siendo rentable al hacer un gran volúmen de ventas, por lograr atraer a numerosos comensales. Prefieren ganar muchos pocos a escasos muchos.

Para ello cuentan con un espacioso local, con capacidad para unas 350 personas, y con un equipo de trabajo numeroso, como se pudo comprobar durante la inauguración.

Al contrario de lo que pueda parecer, querer ganar poco en cada cliente no significa rebajar la calidad. La calidad es máxima como se pudo comprobar en los suculentos platos degustados durante la inauguración, en los que las gambas y los langostinos 'tigre' fueron ensalzados por todos, así como las chacinas y las carnes a la brasa (todos los productos ibéricos se compran en El Repilado) que se sirvieron. La clave, nos dicen en dirección, es ajustar los precios.

Esta política se ve claramente reflejada en los precios de los variados productos que ofrecen, porque aunque se denomina 'brasería' la oferta incluye guisos, ensaladas, fritos, revueltos, etc... Como ejemplo, señalemos un menú de 23 euros por persona que incluye entradas (para 4 personas), un plato individual a elegir entre diferentes carnes y pescados, un postre y toda la bebida (incluido el tinto de la casa) que se consuma en la comida.

Mientras celebrabámos la inauguración con un vaso de vino tinto, vimos a una persona que no paraba de entrar y salir de la cocina, luciendo colgada del cuello una condecoración que llamaba poderosamente la atención. Y la curiosidad nos pudo pidiendo a Paco, 'el de Bajamar', que nos contara su nueva actividad profesional. "La verdad es que ya había vendido todo y estaba tranquilo cuando me ofrecieron ésto, pero como no puedo parar, me convencieron. Me encanta este trabajo y tratar con la gente y aquí he venido como jefe de cocina y personal".

Paco Liáñez, que éste es su verdadero nombre, nos cuenta que la condecoración que luce es una de las ocho importantes que recibió (4 platos de oro y 4 diplomas), en su época al frente de Bajamar y La Marmita. "Fueron 33 años al frente de un restaurante-cervecería que ha sido emblemático en Huelva".

Finalmente nos contó que había nacido en Huelva capital, "en el barrio del Matadero, de donde han salido los toreros de Huelva. Yo entonces hacía de todo, desde limpiar trajes de luces con acetona y un cepillo, hasta hacer banderillas".

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