Boxeo callejero
Las múltiples incursiones del cine en el boxeo menos ortodoxo o la dura pelea a puñetazo limpio, han sido muy frecuentes para bien y para mal, desde El hombre tranquilo (1952), de John Ford, por recordar una de las más memorables entre las antiguas, hasta una de las más recientes, dignas de consideración, como El club de la lucha (1999), de David Fincher. Pero podríamos rememorar pasajes más o menos antológicos de La leyenda del indomable (1967), de Stuart Rosenberg; Duros de pelar (1978), de James Fargo; Gangsters de Nueva York (2002), de Martin Scorsese y, si me aprietan, cualquier secuencia de Matrix Revolutions (2003), de los hermanos Andy y Larry Wachowski. Pero hay más.
Memorias de Queens (2006), de Dito Montiel, director de la película que hoy nos ocupa, supuso la revelación del actor Channing Tatum, que en esta ocasión encarna al joven Shawn de Alabama, que llega a Nueva York con la noche y el día, como se suele decir. Sobrevive de mala manera vendiendo ropa y objetos falsificados por la calle. Entre ellos libros falsos de Harry Potter. Un día se topa con un timador profesional, Harvey Boarden. Tal conocimiento le permite introducirse en el mundo del boxeo en peleas callejeras donde los más pudientes apuestan sin piedad por púgiles que lo arriesgan todo. Shawn acaba convirtiéndose en un ídolo de esta modalidad. La dedicación a esta actividad le va mostrando artimañas y experiencia para deshacerse pronto e implacablemente de sus duros oponentes. Pero no será fácil salir de esta oscura práctica boxística.
Si con Memorias de Queens, sorprendió a la crítica en Sundance, hasta el punto de ganar el Premio a la Mejor Película del Festival, Dito Montiel, aquí apuesta de nuevo por Channing Tatum como protagonista en una historia de superación personal en la que, entre pelea y pelea, se nos presenta la relación personal entre los dos personajes principales: el boxeador y su mentor. No falta la presencia de una mujer en la historia -"cherchez la femme"-, que interpretada por la joven Zulay Henao, complementa el relato con un romance amoroso. Entre el drama y la acción a veces extremadamente dura y violenta, por lo que a los enfrentamientos boxísticos, se refiere, el realizador, juega la baza de los personajes que tratan de evadirse de un ambiente que les resulta adverso e ingrato.
Es meritoria la buena intención de la realización. Pero a veces ésta no alcanza el grado de lo pretendido, y más de uno puede pensar que se apresuró excesivamente a la hora de alabar la opera prima de Dito Montiel. La trama no siempre ofrece la credibilidad que requiere un drama de esta envergadura, ilustrado musicalmente en muchas ocasiones con temas de "hip hop" de corte actual alternado con otros clásicos que animan la banda sonora del film. Las actuaciones voluntariosas de Channing Tatum y Zulay Henao, superan en este caso a la de un más desdibujado Terrence Howard, el protagonista de la inolvidable Crash (2004), de Paul Haggis, del que esperábamos sinceramente mucho más y que no acaba de definir bien su personaje. Ésta historia de boxeo callejero puede interesar a los amantes del drama y la acción a todo trance.
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