Bordando sobre malla

El programa municipal Cultura en los Barrios oferta entre los vecinos de la capital el taller de 'bordado en malla'.

Bordando sobre malla
Bordando sobre malla
Vicente Ponce / Huelva

27 de mayo 2008 - 01:00

María Alonso ayuda a una de sus alumnas a montar la red sobre el bastidor. Sobre una figura rectangular, monitora y alumna ajustan dicha red sobre el marco de madera. Observando este primer paso, nadie diría que lo que ambas mujeres preparan es una base donde, posteriormente, bordar.

Entre bastidores, hilos, agujas, y trabajos ya rematados, nos adentramos en uno de los más laboriosos y desconocidos talleres del programa municipal Cultura en los Barrios: el de bordado en malla.

Una actividad muy arraigada en el Andévalo onubense desde hace siglos. "Antiguamente, las mujeres de los pueblos y aldeas de esta comarca se reunían cada noche en una casa distinta para realizar el ajuar de las jovencitas con este tipo de bordado y a la luz de los candiles. Y allí, daban la bienvenida a la madrugada. Como no había televisión y culebrones, así se entretenían", recuerda Isabel, una alumna de este taller, a quién le enseñó una tía a bordar sobre una red, siendo niña, y que gracias a una sobrina, la monitora, ha vuelto a recuperar este 'marinero' bordado.

"Por la Costa de Huelva no ha cuajado mucho este tipo de costura y es raro, ya que se inicia con el mismo proceso de elaboración que el de las redes de los marineros", explica María Alonso, la monitora que desde hace 10 años está al frente de este taller en 'Cultura en los Barrios'.

Al principio, dice que este taller no tenía mucha aceptación. "Era un tipo de bordado desconocido en la capital. No obstante, con el paso de los años, ha ido aumentando el número de alumnos, en parte, debido a la curiosidad que despertaba entre el público los trabajos presentados en las exposiciones de fin de curso".

Curiosidad que se ve reforzada cuando se presencia de soslayo el quehacer de esta alumnas entre bastidores. "Muchas personas nos ven desde fuera y entran a preguntar qué estamos haciendo. Lo bueno es que algunas de estas personas terminan enganchándose y saciando así su curiosidad", como le ocurrió a Juana, que en su dilatada vida nunca antes había oído hablar de él hasta hace un año "lo vi, probé y me gustó. Y aquí estoy", comenta mientras empieza un nuevo trabajo.

Bajo la supervisión de María Alonso, Juana teje la red o malla con una aguja lanzadera. "Según el trabajo que se vaya a realizar sobre ella, así de grande tejeremos los diferentes huecos que la conforman".

Una vez realizada, ya está lista para 'pescar' cualquier hilo y aguja que se atreva a bordarla, después de ser enmarcada, claro. "Se puede llevar a cabo todo lo que nos propongamos. Desde cortinas, colchas, mantelitos, tapetes, puntillas para juegos de cama o toalla. Lo típico de los ajuares de antes".

Sin embargo, este tipo de bordado no está reñido con la modernidad. Bolsos, mantones tipo Manila, camisas, camisetas fondos de relojes de pared, fular... "Existe una variedad de puntos, como el zurcido, el tranco, de jazmín... que por separado, o fusionándolos, dan un toque muy atractivo y llamativo a estos trabajos, cien por cien artesanales", apunta María Alonso, a la vez que no pierde detalle del quehacer de sus alumnas.

Carmina, Emilia, Manuela, Juana, Carmen, Isabel, entre otras, se afanan por terminar sus trabajos. Observando la plantilla a seguir, entre agujas y hilos, estas alumnas charlan de la vida, de sus cosas. "Estas dos horas fuera de casa son milagrosas. Además, aquí, aprendemos algo útil para enseñarle después a nuestras nietas".

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