El Boca, detenido como presunto autor de una violación en Madrid
suceso Tres meses después de abandonar la cárcel, José Franco vuelve a ser arrestado
Una mujer denuncia a José Franco, asesino de la niña Ana Mª Jerez Cano, por agredirla sexualmente el miércoles tras amenazarla con un cuchillo junto a un albergue · Salió en libertad en abril, tras pasar 21 años en la cárcel
"No he hecho ninguna terapia porque no soy ningún violador y no me hace falta. A mí me han metido 20 años en la cárcel por la cara, por eso cojo un taxi y me voy como un ciudadano libre". Las palabras que José Franco de la Cruz, alias El Boca, pronunció el pasado 3 de abril al salir de la cárcel de Morón de Frontera -centro al que fue trasladado desde Herrera de La Mancha, donde estuvo los últimos 21 años- vuelven a la memoria y a formar parte de la actualidad más fatídica tres meses y unos días después.
El asesino y violador de la niña onubense Ana María Jerez Cano -que con una actitud desafiante se negó a pedir perdón a la familia de la menor al pisar la calle tras cumplir su condena- ha sido detenido en Madrid como presunto autor de una violación, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid en un comunicado.
Los hechos, tal y como precisó el Cuerpo policial, ocurrieron en la madrugada del pasado miércoles, día 11, cuando una mujer de 39 años denunció haber sido "abordada por El Boca" cuando se disponía a entrar en un albergue en el madrileño Distrito de Moncloa.
La víctima acudió a la Policía para poner en conocimiento de los agentes que cuando se disponía a entrar al albergue fue abordada por José Franco y allí, y bajo la amenaza de ser agredida con un cuchillo de monte que al parecer esgrimía el detenido, presuntamente sufrió la violación. Con carácter de urgencia, la víctima fue trasladada hasta las dependencias del Servicio de Atención a la Mujer, donde le recogieron la ropa a fin de encontrar posibles restos biológicos del agresor y efectuar las pruebas e indagaciones pertinentes.
La Policía, tal y como recogieron ayer las agencias, aseguró que de inmediato se puso en marcha un amplio dispositivo para la localización del presunto responsable de los hechos y, tras varias gestiones, tuvieron conocimiento de que, días antes, El Boca había sido arrestado por amenazar a las trabajadoras sociales del albergue, presumiblemente con el mismo cuchillo que utilizó en la agresión sexual. Pocas horas después, era localizado y detenido.
La intervención ha sido llevada a cabo por agentes del Servicio de Atención a la Mujer y de la comisaría de Moncloa-Aravaca, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
La salida de El Boca el pasado 3 de abril golpeó a la familia de la niña onubense, que no puede olvidar aquel fatídico 16 de febrero de 1991. Ana María tenía nueve años y para su madre, Adoración Jerez Cano, el tiempo se detuvo aquel día de Carnaval. Un día antes de que el asesino y violador de su hija saliera de la cárcel, ya advirtió que recurriría al Alto Tribunal después de que la Audiencia Provincial desestimara aplicar la doctrina Parot a su caso. Adoración Cano también solicitó -sin éxito- a la Audiencia de Huelva que hiciera extensible la orden de protección que pesaba sobre ella y su marido también a sus hijos y a su nieta.
Gloria Gómez, su abogada, presentó un recurso pero el 2 de mayo trascendió que la Audiencia lo rechazó, basándose, según indicó la letrada, en que la extensión de la orden supondría una restricción de los derechos de El Boca, ya que en la sentencia condenatoria se establecía una orden de alejamiento y prohibición de residir durante los seis años tras cumplir la condena en la ciudad donde residen los padres de la víctima, Huelva.
Seis días después de que El Boca saliera de la cárcel saltaron todas las alarmas: no compareció ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Huelva a las 12:00, cuando había sido citado para enojo de Adoración Cano, que criticó la falta de tacto en el procedimiento, ya que la comparecencia, en su opinión, debería haber sido solicitada en otro lugar, más aún existiendo una orden de alejamiento. La Audiencia emitió entonces una orden de búsqueda, localización y presentación ante el tribunal.
La Policía sabía que había pasado por Sevilla y Ciudad Real, y que con casi toda seguridad se había instalado en Madrid. Al final lo localizó en el distrito madrileño de Ciudad Lineal. La Audiencia emitió un exhorto a los juzgados de Plaza de Castilla para que José Franco no tuviera que viajar hasta Huelva y el Boca facilitó a la autoridad judicial dos direcciones postales en las que ser encontrado: el centro de acogida en el que fue hallado y la de un amigo.
Tras la comunicación del juzgado de guardia de Madrid, El Boca quedaba de nuevo en total libertad y podía, de esta forma, hacer su vida como un ciudadano más. Hasta la madrugada del pasado miércoles, cuando una mujer denunció ante la Policía Nacional haber sido presuntamente violada por él.
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