Baño sin barreras en las playas de Huelva

Para muchos, independientemente de sus edades, que pueden oscilar entre los 9 y los 90 años, es el primer baño de su vida en la playa. Una sensación indescriptible tanto para ellos, como para quienes lo hacen posible cada verano: los voluntarios de Cruz Roja. Y todo gracias al programa Un baño sin barreras, que alcanza este verano su decimoquinta edición y que durante los meses de julio y agosto se desarrolla en la playa cartayera del Caño de la Culata (Nuevo Portil), y por primera vez, de forma experimental, en La Antilla (Lepe).

Se trata de una iniciativa que desarrolla el Ayuntamiento de Huelva en colaboración con el Consejo Local de la Discapacidad, Cruz Roja y, por segundo año consecutivo, la Fundación La Caixa, de la que ya se han beneficiado en estos quince años más de 3.000 personas con alguna discapacidad física, psíquica o sensorial. El año pasado fueron 160 y en esta ocasión, según señaló la coordinadora provincial de Cruz Roja en Huelva, Charo Miranda, "esperamos superar esa cifra" con el ánimo de "hacer felices a cuantas más personas mejor". Y es que según manifestó, se trata de "una experiencia maravillosa tanto para los voluntarios de Cruz Roja que la hacen posible y que ponen en ella todo su cariño y dedicación, como para los usuarios" ya que según prosiguió "disfrutan de una actividad muy natural para nosotros pero muy complicada para ellos".

A la puesta en marcha de la iniciativa también asistieron ayer el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, y el delegado de La Caixa en Andalucía Occidental, Ignacio Blasco, quienes coincidieron en subrayar su satisfacción por ayudar a hacer posible que el colectivo pueda disfrutar de un baño sin barreras, incidiendo en el hecho de facilitar el baño en la playa a personas a las que por sus propios medios les es muy complicado.

La actividad se desarrollará durante los meses de julio y agosto, todos los martes, miércoles y jueves, y aquellos usuarios que deseen participar sólo tienen que ponerse en contacto con Cruz Roja y solicitarlo. Así lo explicó Miranda, quien detalló que los voluntarios se encargan de recoger al usuario en su casa, de atenderlo en la playa, y de facilitarle el baño con la ayuda de algunos de los tres vehículos especiales con los que cuenta la ONG, llamados anfibuggy. "Vienen en grupos, los cuales tratamos que sean lo más homogéneos posibles para un mayor disfrute de la experiencia", apuntó la responsable de Cruz Roja en Huelva.

Otra forma de participar, indicó Miranda, es a través de algunas de las asociaciones o entidades onubenses con las que colabora la ONG, como es el caso, entre otras, de Aspapronias, Aspacehu, o las residencias de mayores Sanyres y María de Nazaret.

Por todo ello, el principal objetivo de la iniciativa es facilitar a personas con discapacidad una actividad "tan sencilla y habitual, pero tan complicada e inaccesible para ellos, como la de darse un baño o dar un paseo por la playa". Se ofrece así un servicio integral ya que incluye recogida en domicilio y transporte, para pasar una jornada completa de playa, con todo tipo de talleres y actividades de ocio y dinamización.

La actividad se centraliza en una carpa que Cruz Roja instala en la playa cartayera, junto a uno de los puestos de socorrismo, con el objeto de ofrecer un lugar de sombra y prestar una atención rápida, en caso de emergencia, a los usuarios. Dicha carpa está dotada de sillas y mesas, así como de material de ocio como juegos o aparatos de música, con el objetivo de ofrecerles no sólo actividades de desplazamiento y baño, sino también otras alternativas de ocio.

Pero sin duda el elemento central de la actividad es el anfibuggy, que posibilita que la persona discapacitada disfrute del baño con total seguridad, ya que es fácil de conducir y muy confortable y facilita el desplazamiento y la inmersión ya que flota. El vehículo dispone de tres ruedas para un mejor manejo por la playa, así como para la entrada en el agua.