Balcones con sabor a patio
Geranios y gitanillas contribuyen a mejorar la estética de las calles y mejoran la calidad ambientall entre rejas Los exornos florales le otorgan a los balcones un olor de primavera que embriaga de color la ciudad de Huelva
A la ciudad que no se le ha dado patios, le han dado balcones. Y Huelva, en estos de los balcones se lleva la palma. Nada más hay que darse un paseo por su cada vez más inexistente casco antiguo de la ciudad para comprobar que dichos huecos abiertos al exterior, en las cada vez más existentes nuevas edificaciones, ganan por goleada a esos espacios cerrados y descubiertos de luz calada, bombardeados de macetas. Espacios comunes en ciudades como Sevilla, Córdoba, o Granada donde comprendieron, a tiempo, que alejar la especulación urbanística de sus cascos antiguos, les iba a reportar más riqueza a la larga, y no sólo económica, gracias al turismo, sino también una riqueza visual y ambiental que ningún balcón podrá igualar, aunque se intente con esmero.
Pero a lo hecho pecho. Fuera lamentaciones. Es hora de entrar en acción. En la manos de todos los onubenses está el cambiar la estética de la ciudad, y de una manera muy simple: colocando flores en sus balcones. Es más, con esta acción, se mejora a la vez la calidad ambiental de la capital, algo muy necesario como se imaginan.
Los profesionales del ramo recomiendan plantar petunias, buganvillas. No obstante, reconocen que la planta más típica y la que le da un sabor especial, más andaluz, a dichos espacios salientes, y por ende a las ciudades, son los geranios.
"Esta planta es muy dura, y no necesita de tanto cuidado: solamente un poco de agua y mucha luz", apunta Francisco Monís, desde su floristería de La Merced, a la vez que específica que existen los geranios zonales, muy utilizados en jardinería y que destacan por su abundante y duradera floración; y las gitanillas, o geranios de hojas de hiedra. "En esta las flores cuelgan, con lo que son más vistosas a la hora de colocarlas en los balcones".
Monís recomienda regar estas plantas dos veces por semana durante las estaciones más calurosas, y en épocas de lluvias, cada diez días. "Muchas veces es el exceso de agua lo que las termina quemando".
Aunque un balcón con geranio entra dentro de los cánones de la cultura andaluza, en la capital no es que abunden . Las claves por esta apatía floral las da a conocer Monís: "La juventud de hoy no quiere perder su tiempo cuidando una planta, porque por muy pocos cuidados que requiera un geranio, por ejemplo, hay que quitarles las hojas secas, regarlo, abonarlo, y cambiarle de arena de vez en cuando. Por otra parte, la calidad ambiental de la ciudad no es la más adecuada para que las plantas de exorno tengan una larga vida".
Sin embargo, remata Monís que si los onubenses vuelve por aficionarse a adornar sus balcones con flores, quizás se pueda mejorar esa añorada calidad ambiental.
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