Una vida en el barrio. Ese es la escala de tiempo que mejor define a los años que la asociación Nuevo Horizonte lleva presente en la vida de la barriada de Pérez Cubillas. "Cuando entramos, allá por el año 95, no había nadie trabajando en el barrio, por eso nos decidimos a intervenir", explica David Ibañez, coordinador del colectivo. "Ahora somos una gran red formada por la colaboración de muchas entidades de Huelva, desde Cáritas hasta la Hermandad de la Salud pasando por el Recre, todos están aportando su granito de arena para que la vida de los niños y jóvenes del barrio sea mejor", asegura Ibañez. Entre esa gran red, se encuentra la pieza fundamental, los voluntarios, "sin los cuales toda la labor que hacemos sería imposible", asegura el coordinador.  En total son alrededor de un centenar de personas que colaboran en que las actividades programadas por la asociación salgan adelante durante todo el año. "Solo paramos en Agosto y casi obligados", asegura David. 

"Lo más importante de esta gran cadena es que, con los años, son los propios niños y jóvenes del barrio quienes se ocupan de continuar la labor”, explica orgulloso David de la "gran comunidad" que han logrado crear a lo largo de más de dos décadas. 

Durante doce meses ininterrumpidos, la organización se ocupa de llevar a cabo numerosas actividades tanto de forma diaria como es el caso de los talleres de estudio dirigido o las clases de español para personas migrantes, como anuales y más espaciadas en el tiempo como el campamento de verano.

Alumnado dando clase de refuerzo en el aula de la Fundación

Además se está ampliando el ratio de edad de las personas con las que la asociación trabaja. Así, actualmente se han puesto en marcha talleres de orientación juvenil, donde se ofrecen charlas, entre otras sobre mejora de habilidades sociales. "Estos talleres buscan ofrecer apoyo más allá de las propias notas del instituto, impulsando su vocación laboral y además, como en el resto de los cursos, se sienten muy acompañados", afirma David Ibañez. 

Tal es la vocación de servicio del voluntariado que las actividades no pararon ni siquiera durante la pandemia. "Tuvimos que tirar de ingenio para hacerlo todo online y que los niños pudieran adaptarse", explica David. "Llegamos a hacer dos turnos de veinte niños cada uno en el campamento de verano en lugar de los cuarenta que habitualmente participan juntos". Antes que las medidas de distanciamiento se relajasen el campamento tuvo formato online, algo novedoso pero que "fue todo un acierto y de lo que estamos muy orgullosos", relata el educador. 

Precisamente este acompañamiento incluso en los momentos de máxima vulnerabilidad es parte de los valores que promueve la asociación, - desde hace un año integrada en la Fundación marista 'Marcelino Champagnat'- "nuestro objetivo es mantener unos valores de presencia y acompañamiento entre los jovenes, estar con ellos y estar entre ellos, inculcarles el amor hacia el trabajo y al resto de la comunidad", confirma el coordinador. "Nuestro trabajo y la gente que trabajamos en este proyecto no ha cambiado en nada con el cambio de entidad. Seguimos siendo los mismos y esperamos que cada vez sean más quienes se unan a nuestro equipo de voluntariados"