Huelva

Artes marciales para combatir la violencia

  • La asociación Clara Campoamor y el Club Mushindo de Isla Cristina ponen en marcha un taller de defensa personal para víctimas de agresiones machistas y acoso escolar

Los participantes en la actividad de defensa personal, en el pabellón deportivo de Calañas.

Los participantes en la actividad de defensa personal, en el pabellón deportivo de Calañas. / M.G. (Calañas)

La defensa personal es un instrumento valioso para las personas que padecen cualquier tipo de violencia. Aprender la técnica es fundamental para plantar cara al agresor cuando se está en inferioridad de condiciones, sea uno víctima de la violencia machista o de acoso escolar. Bajo esta premisa, la Delegación en Andalucía de la asociación Clara Campoamor y el Club Mushindo de Isla Cristina se han aliado con el objetivo de ofrecer a mujeres y chavales de la provincia onubense las mejores estrategias para neutralizar a los violentos.

La primera de estas actividades se ha llevado a cabo recientemente en Calañas. Auspiciada por el Ayuntamiento de la localidad e inicialmente gratuita, en ella participó una veintena de interesados. Se repetirá la experiencia ante el éxito de la convocatoria.

“La defensa personal, física y psíquica puede salvarte y ayudarte a empezar una nueva vida llena de posibilidades”, puede leerse en el proyecto de este taller, que ya ha sido presentado a varios ayuntamientos onubenses y que, previsiblemente, ampliará sus fronteras a toda la región, a Extremadura e, incluso, al País Vasco.

Patricia Catalina y Gálvez en un momento del taller desarrollado en Calañas. Patricia Catalina y Gálvez en un momento del taller desarrollado en Calañas.

Patricia Catalina y Gálvez en un momento del taller desarrollado en Calañas. / M.G. (Calañas)

La delegada andaluza de Clara Campoamor, la letrada Patricia Catalina, destaca que el colectivo que defiende los derechos de mujeres y niños ha refrendado estos talleres porque son “maravillosos y han tenido una gran acogida”. Además, destaca que “la defensa personal se puede practicar a cualquier edad, se trata de conseguir una mente y un cuerpo fuertes para saber defenderse de cualquier ataque sorpresivo”.

Como experta en la materia, señala que las víctimas de violencia de género “suelen sufrir las agresiones en lugares cómodos, como su hogar o su coche”, en los que el atacante de turno puede pillarlas con el pie cambiado. Algo parecido pasa con los críos de los centros educativos. “Esta es una manera de darles esa capacidad de reacción para que eso no ocurra”, destaca Catalina.

Una de las maniobras de defensa personal aprendidas. Una de las maniobras de defensa personal aprendidas.

Una de las maniobras de defensa personal aprendidas. / M.G. (Calañas)

El director del Club Mushindo y maestro de este curso, Daniel Gálvez, manifiesta que “mucha gente me ha llamado porque sus hijos necesitan ayuda, no solo por sufrir acoso escolar, sino incluso violencia doméstica, que es la más grave porque no se ve”.

Este especialista en artes marciales, que cuenta con más de 30 años de experiencia en estas lides, es quien imparte el taller de tres horas de duración . “Lo importante no es ser agresivo ni tener mucha fuerza, sino saber cómo neutralizar al agresor y no huir ante su ataque: no es necesario tener fuerza bruta si sabes dónde darle, como en la nuez o los testículos en el caso de los hombres”, precisa.

La propia Patricia Catalina también interviene en el taller, dando a los participantes el asesoramiento jurídico y las claves psicosociales pertinentes para hacer frente a estas amenazas.  “La prevención de la violencia es uno de los principales objetivos”, añade la representante de Clara Campoamor.

Un instante de la actividad, en Calañas. Un instante de la actividad, en Calañas.

Un instante de la actividad, en Calañas. / M.G. (Calañas)

Ambos destacan en el proyecto que “no es necesario tener un cuerpo atlético” para desarrollar la disciplina de autodefensa, la cuestión es saber cómo “evitar golpes, empujar para evitar la agresión y aprender maniobras esquivas”.

La idea es que esta iniciativa tenga una continuidad periódica en cada una de las localidades en las que se imparta, puesto que es este el mejor modo de afianzar la técnica e ir consolidando los conocimientos adquiridos. La meta, cómo no, es que las víctimas recuperen su autoestima y se sientan más fuertes y seguras ante sus agresores.

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