Arenas invita a los moderados a derribar el "búnker" del PSOE

El guión se cumplió a rajatabla, sin sobresaltos. Javier Arenas revalidó ayer la presidencia del Partido Popular de Andalucía con el 97,2% de los votos de los 983 compromisarios a sufragio. A su lado, Arenas mantendrá a su núcleo duro, con un grado de "renovación" de la Ejecutiva que afecta sólo a los segundos niveles de la estructura popular.

El congreso popular de Córdoba que concluirá hoy con la clausura del presidente del PP, Mariano Rajoy, no pasará a la historia por las novedades. Arenas se apoya en el "crecimiento" de su partido en las últimas elecciones municipales y autonómicas y en su capacidad para conseguir el reto con mayúsculas para los populares andaluces: la Presidencia de la Junta de Andalucía.

La ilusión del presidente del PP andaluz sería que en el próximo congreso regional dentro de cuatro años, las primeras filas estuvieran ocupadas por sus consejeros, "un equipo con el que salen por lo menos dos gobiernos mejores que los que tiene hoy el PSOE". Arenas ha diseñado un congreso cuyo principal propósito, como intentó en las pasadas elecciones, es concienciar de la necesidad de un cambio de gobierno en Andalucía tras 30 años de ejecutivos socialistas en 2012, 22 de ellos con Chaves como presidente, y para su consecución necesita ampliar el espectro de electores, la "mayoría moderada" como la definió ayer en su intervención previa a su proclamación como presidente.

"Tenemos que pasar página del actual Gobierno andaluz, que es un auténtico búnker, un muro de contención, un obstáculo para que Andalucía progrese", instó Arenas. La alusión no era gratuita: durante la Transición se denominó búnker a la parte más inmovilista del Régimen, el mismo con el que Arenas define ahora al Gobierno de Chaves.

No fue el único calificativo que dirigió a los "progres de boquilla" del PSOE "que se niegan a modificar la Ley Electoral para que gobiernen en los ayuntamientos la fuerza más votada". El PP hubiera conseguido así el pleno en las capitales de provincia andaluzas en 2007. Los moderados, decepcionados de la izquierda inclusive, llevarán a la Junta a los populares, según Arenas, "aquellos que viven sin prejuicios ni están condicionados por lo que pasó en su familia hace 60 años, sino que nos demandan a los políticos que resolvamos sus problemas y no se los creemos".

Para obtener la confianza, primero hay que presentarse. Arenas se definió como un andalucista español que ejemplificó con la defensa de las víctimas del terrorismo y su deseo de que De Juana Chaos vuelva a la cárcel. Las promesas de Chaves y sus medidas de Gobierno ocuparon la mayor parte de su estreno ante el plenario popular y como tema estrella, la falta de acuerdo entre los gobiernos socialistas para pactar la deuda histórica. "Chaves se pasó la legislatura pasada de vacaciones con el tema del Estatuto y ahora se carcajean de Andalucía", criticó.

La conciencia de los médicos que no quieran practicar abortos o la decisión de las familias sobre las personas en situación terminal no son tareas de un Gobierno autonómico para el presidente del PP-A, como la libertad de los padres para decidir sobre la educación de sus hijos. Así es como piensan los andaluces, consideró Arenas, para quien el PP representa hoy la "foto" de Andalucía. Como ejemplos, citó a varias personas anónimas presentes en la sala que, militantes o no, son de orígenes humildes y apoyan al partido.

No sólo en un congreso político, la imagen vale más que mil palabras. Más allá de los momentos en los que Arenas estuvo acompañado de su hijo Carlos, la foto perseguida fue con los agentes sociales y económicos el viernes o con el ex presidente de El Monte, Isidoro Beneroso, ayer, que abogó por la alternancia política en Andalucía. Menos llamativas resultaron las enmiendas aceptadas a las ponencias, el 92%, aunque no se dieron a conocer.