Huelva

Árboles con historia en el Parque Moret

La riqueza natural del Parque Moret está marcada por la gran diversidad de su flora. Desde el Aula de la Naturaleza, el Ayuntamiento de Huelva ha puesto en marcha un proyecto denominado El bosque encantado, que consiste en rutas guiadas y gratuitas por el Pulmón Verde en las que se muestran las especies vegetales más representativas de los ecosistemas existentes en el espacio público.

A lo largo de tres horas, dinamizadores del Parque Moret conducen a los visitantes en un recorrido entre eucaliptales, pinares y alcornocales, en el que no faltan los denominados árboles ornamentales y los frutales, una didáctica ruta en la que los participantes aprenden a medir árboles y a plantarlos, contribuyendo así a la reforestación del gran parque urbano.

La primera ruta se llevó a cabo ayer. Comenzó en el centro de recepción e interpretación del Parque Moret, la conocida como casa Garrido Perilló, una construcción de planta baja que data de 1893, donde Antonio Pino, uno de los dinamizadores, dio una pequeña charla sobre la fauna del pulmón verde, un espacio en el que habitan, entre otros, erizos, hurones, conejos y liebres y en el que se pueden ver aves como lechuzas, garzas, milano, águilas, buitres o abejarucos, para a continuación explicar el funcionamiento del pequeño vivero forestal existente junto al inmueble.

Camino de la primera parada, el eucaliptal, que cuenta con ejemplares de gran tamaño, los visitantes pudieron ver una bandada de cigüeñas sobrevolando el parque. Pino comentó que todos los intentos realizados hasta el momento para introducir otras especies en esta zona han sido en vano, los eucaliptos no les permiten crecer, sólo ha sobrevivido un pequeño palmito.

La ruta siguió por la parte alta del cabezo, la zona más seca, donde se encuentra el túmulo número 1, en cuyo entorno hay desde palatosas, una planta con usos medicinales, pasando por higueras, encinas, pinos y jara -en el parque existe una gran variedad de esta especie, que ha empezado a florecer-, hasta un rosal perruno y encinas catalanas.

A un lado del camino de la Sierpes -hay constancia de esta vía en documentos del siglo XVII-, ya en la vaguada de Zumalabe, se puede apreciar un bosque mediterráneo, con almendros en flor, pinos, zarzaparrilla (con extracto de sus raíces se realiza la bebida que lleva su nombre) y un árbol singular: un peral silvestre de gran porte, "quizás el más grande de la provincia", apunta el dinamizador. Éste se encuentra junto al eucalipto más grande del Parque Moret, que mide cerca de 16 metros de altura.

En la vaguada se ha acotado una zona para árboles frutales, y fuera de ella hay un naranjo con un injerto de limonero, que da naranjas y limones, otra de las curiosidades del parque.

En el mirador, la parte más alta, además de gamones, acebuches, retama blanca y un árbol de la pimienta, entre otras especies, hay un membrillero japonés. A unos metros se encuentra el vértice geodésico, construido en 1975.

La ruta prosiguió por el bosque de umbría, poblado de encinas, alcornoques y madroños, donde se recogieron bellotas, que después los visitantes plantaron utilizando tubos forestales. Cavaron un poco en la tierra, introdujeron el tubo y echaron varias bellotas. La próxima ruta tendrá lugar en febrero.

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