El comandante de aviación Franco, el capitán de artillería Ruiz de Alda, el teniente de navío Durán y el soldado mecánico Rada, forman parte de la galería de hombres vinculados para la historia con la provincia de Huelva. Su mérito fue cruzar por vez primera en hidroavión las aguas del Océano Atlántico desde La Rábida. Ramón Franco, en Del Palos al Plata, cuenta la génesis del vuelo. Quería realizar un raid aéreo que diera a conocer el valor de la aviación española fuera de las fronteras, y al mismo tiempo sirviera "para ganar honra y prestigio para España".

La ciudad de Huelva había sido adelantada en Andalucía en ver por primera vez una avioneta surcar su cielo. Aquel espectáculo aéreo constituyó un acto que contó con el entusiasmo de todos. El 1 de septiembre de 1911 se produjo el primer vuelo, en las Marismas del Polvorín. Georges Leforestier fue el protagonista, que realizó un segundo vuelo el día 4 y falleció nada más despegar. El sentido americanista de Huelva llevó a José Marchena Colombo, presidente de la Real Sociedad Colombina Onubense, a conseguir que aquel vuelo del Plus Ultra se iniciara desde el río Tinto, lo mismo que Colón.

Los pilotos llegaron a La Rábida en la mañana del día 20 de enero de 1926. Tuvieron la posibilidad de visitarla de manera privada, sin toda la multitud que luego les abrumaría: "En su soledad se embarga nuestro ánimo y se conforta nuestro espíritu de la fe". Reconocieron los pilotos que "la salida del puerto de Palos significa para nosotros la necesidad de triunfar, porque el triunfo lleva consigo recordar al mundo entero que fue España la que descubrió América". En la víspera todo fueron agasajos en Huelva y durante la noche, "las calles de Palos parecen una romería". Allí pernoctaron. Acudió gente de todas partes. La misa, al amanecer, se realizó en el altar de la Virgen de los Milagros, donde oró Colón al partir. Ramón Francio y Ruiz de Alda reconocieron que aquello "parecía un mitin, por estar la iglesia llena de público que vociferaba y de donde la salida era tan difícil que nos dispersamos los tripulantes del Plus Ultra".

Tal era la cantidad de vehículos que habían copado todo el paraje de La Rábida que tuvieron que ir a pie hasta el puerto. Iban a desayunar en una finca camino del puerto, pero sólo Ramón Franco consiguió llegar, "los demás se quedaron con el desayuno en las nubes y subieron al hidroavión en ayunas". Debieron esperar a las cuatro del a tarde, que era la hora de llegada a Las Palmas, donde también fueron recibidos con todos los honores.

Eran las 07:55, todo comenzó. "Al despegar hizo Franco un viraje muy inclinado sobre el monumento a Colón (así llamado la columna de La Rábida) y pasó rozando la Punta del Sebo para despedirse del pueblo de Huelva que estaba en su totalidad en ese lugar".

La provincia vivió enfervorecida la partida exaltando el espíritu americanista.