Un belén dedicado al Año Platero y al 50 aniversario de la Cinta como Patrona
Un año más, el onubense Lorenzo Belda instala en su domicilio un artístico y cuidado nacimiento.
A Lorenzo Belda la afición por el belén le viene de familia, especialmente por su padre, y cuando se casó empezó a montar un nacimiento pequeño con su ayuda. Desde que veía en Sevilla los grandes belenes,sabía que era capaz de montar uno así, y desde hace cinco años lo hace en una habitación de su domicilio particular que cada mes de octubre deja de ser sala de juegos para acoger durante dos meses el montaje del espectacular nacimiento artesanal, si bien los preparativos arrancan en verano.
Según explica el artífice del belén, cada año busca superarse, adquiere nuevas figuras por internet, mejora sus conocimientos y técnicas y aborda una temática distinta, siempre relacionada con acontecimientos relevantes del año. Así, las construcciones, escenas y narración se crean en función de la misma.
En esta ocasión, el Año Platero y el 50 aniversario de la Cinta como Patrona de Huelva centran varios edificios del belén, como el Humilladero de la Cinta, la fachada del Santuario y el Instituto Rábida (es el castillo de Herodes), que tiene entre sus alumnos ilustres a Juan Ramón Jiménez.
Es más, hay una escena en la que se recrea Platero y yo, iluminándose un pastor que lee a unos niños el primer capítulo del libro, de cuya publicación se celebra este año el centenario, acompañado de un tierno burrito.
Precisamente sus rebuznos son los que abren la escena, que después se centra en la bajada de la Cinta desde el Santuario, al son de los campanilleros. Después arranca la narración del nacimiento, y las escenas se iluminan a medida que avanza el relato.
De forma celosa, Lorenzo guarda cada año el secreto sobre la temática del belén, lo que genera expectación entre sus allegados, que siempre insisten en la importancia de que la gente pueda disfrutar del singular belén, que no pasa desapercibido entre quienes lo visitan por sus dimensiones y su cuidada puesta en escena.
Si antiguamente los belenes se confeccionaban a base de madera y corcho, en esta ocasión el artífice ha apostado por la escayola, el material usado por los grandes belenistas a los que asegura admirar. Junto a la iluminación, el montaje de sonido cobra gran importancia. De esto se encarga su hijo, Pablo Belda, mientras que la fotografía corre a cuenta de su primo, Juan García.
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