Andalucía es la región donde se aplican menos ventajas fiscales

A la hora de pagar impuestos no es lo mismo vivir en Andalucía o en Extremadura que en Madrid o en Castilla y León. La progresiva cesión a las comunidades autónomas de capacidad normativa y recaudatoria sobre determinados impuestos de ámbito estatal hace que los ciudadanos se vean sujetos a una presión fiscal muy diferente en función del lugar donde tiene fijada su residencia.

Un estudio del Registro de Economistas Asesores Fiscales (Reaf), órgano dependiente del Consejo General de Economistas, indica que los andaluces tributan muy por encima de la media española a la hora de abonar los impuestos de Donaciones y Sucesiones, IRPF, Actos Jurídicos Documentados y de Transmisiones Patrimoniales. Únicamente en el caso del Impuesto sobre el Patrimonio se puede afirmar que la Junta aplica una presión fiscal próxima a la media del conjunto de comunidades que participan en el régimen general.

En el caso del Impuesto de Sucesiones -cedido por el Estado en su totalidad a las comunidades- una familia con viuda y tres hijos con residencia fiscal en Andalucía debería abonar para recibir la herencia una cifra casi 900 veces mayor que una de Castilla y León, o que en el caso del IRPF -del que las comunidades autónomas tienen cedido un 33%, con capacidad para establecer deducciones- el pago puede ser hasta un 30% superior en la región andaluza respecto a la Comunidad Valenciana.