Más de diez mil millas y tres meses de viaje, el recorrido de la mitad del globo terráqueo, separan al Galeón Andalucía de España. La expedición acunada por la Fundación Nao Victoria arribó ayer a su destino final, la Exposición Universal de Shanghai, para enarbolar la bandera de Andalucía y continuar con la labor embajadora de la tierra que lo vio partir.

El galeón fue construido en Varaderos Palmás de Punta Umbría y lleva en su interior muebles de Valverde. Réplica de los que surcaban los mares en el siglo XVII, a finales de febrero salió de Huelva para comenzar su viaje.

En su derrota, el Galeón ha navegado por el Mar Mediterráneo, cruzado el Canal de Suez, el Mar Rojo, atravesado el océano Indico y surcado el Mar de la China antes de remontar el caudaloso río Yantgsé para alcanzar Shanghai. A su vez, han sido varios los puertos internacionales donde el navío ha recalado -Malta, Israel, Egipto, Sudán, Omán, Sri Lanka, Singapur y ahora China-, creando una enorme expectación a su llegada que se tornaba en admiración y conocimiento de Andalucía a su partida.

Con sus formas históricas y tributo a la navegación antigua, el Galeón Andalucía es una imagen exacta de las embarcaciones españolas que entre el siglo XVII y principios del XIX enlazaron Occidente y Oriente, propiciando una revolución comercial y cultural. Es por ello que la etapa más emotiva, por su reencuentro con la Historia, ha sido el paso por aguas de Filipinas y llegada a China.

Pero justo antes de revivir algunas líneas de los libros, el Galeón Andalucía emprendía el camino por la legendaria ruta de las Especias -antigua demarcación portuguesa y vetada a la Corona española-, empezando por Sri Lanka y después por el Estrecho de Malaca, entre Malasia e Indonesia. Con este paso, el galeón recordaba los exóticos productos que serían cargados más al Este en Manila, el puerto español de Filipinas que sirvió de nexo entre Oriente, América y España.

Los comerciantes chinos partían desde Shanghai y Macao en sus champanes, repletas de mercancías que descargar en Manila. Y de ahí, ya en galeones, los abanicos, biombos, mantones, especias, porcelanas, y un sinfín de novedosos artículos llegaban a América por el pacífico, a España a través del Atlántico, y de ahí al resto de Europa.

El Galeón Andalucía toma el testigo en ese camino, pero adaptado a los intereses comerciales del siglo XXI. Una buena baza para reiniciar el comercio con Oriente es, sin duda, la exportación de la imagen, industrias, gastronomía y cultura de Andalucía. Y que mejor escenario que la exposición Universal de Shanghai, donde el navío andaluz permanecerá expuesto durante dos meses, propiciando, según resalta la Fundación Nao Victoria, el intercambio cultural y comercial entre Oriente y Occidente.

La tripulación que ha llevado a cabo esta gesta por mar, formada por hombres y mujeres andaluces principalmente, ha vivido infinitud de experiencias en la travesía, un rito iniciático para lo que abordarán en China durante los dos meses atracados en el muelle internacional de Shanghai. Algunas de ellas se recogen en estas páginas.