Apuntes de cabildo

Amargura de la Concepción

  • La Hermandad del Nazareno celebra hoy, a las 12:00, la solemne función a su titular

  • El Complejo Rafael acoge una comida a beneficio del nuevo manto

Uno de los días de triduo en honor a María Santísima de la Amargura.

Uno de los días de triduo en honor a María Santísima de la Amargura. / josué correa

La Amargura viene en este mes de noviembre a consolar los vacíos que se sienten todos los días del año pero, muy especialmente, en este mes de recuerdo de los que ya no están. De aquellos de los que aprendimos tanto y, viéndolo en esta Puerta del Mar desde el plano de las cofradías, de quienes forjaron como hombres y mujeres toda una devoción en torno a unas devociones y, por ello, crearon desde la autenticidad una hermandad, que está levantada en los pilares de la fe, la confraternidad, la dignidad y el honor.

La Amargura nos anunció esta semana con su besamanos a los pies del Señor, que se iluminó en estos días difíciles con la luz que desprende la Madre. Un besamanos es algo tan importante como presentarse ante Ella y poder mirarle la cara; luego, si eso fue posible, desde la grandeza del corazón besarle las manos.

El diseño del manto es de Rafael de Rueda y lo ejecuta el taller de Jesús Rosado

La Amargura es Señora de la Concepción y lo es de manera muy especial en esta semana que ahora se nos marcha con la solemne función principal de su triduo anual. Ahí está presidiendo el altar mayor de la parroquia de la Purísima Concepción. Quienes no pudieron verla estos días, acérquense hoy, merece la pena disfrutar de toda la hermosura y la belleza que ofrece en su altar de cultos.

Después de la misa solemne, de las 12:00, en la que oficia el párroco Diego Capado, los hermanos y devotos de María Santísima de la Amargura están convocados a un almuerzo de confraternidad promanto, que se celebrará en el Complejo Rafael.

El proyecto para completar los bordados del palio de la Amargura es una idea acariciada desde hace años por los hermanos del Nazareno, que se presentó en marzo de 2016 y cuyos primeros frutos se pudieron ver al principio de este año con el frontal de los faldones bordados.

Se trata de un proyecto en el que se sigue escrupulosamente como única referencia el estilo y corte juanmanuelino de la personales bambalinas del palio de María Santísima de la Amargura, diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, realizado en 1928. Una recuperación histórica del bordado que se debe a Francisco Javier González García. En el proceso actual se cuenta con diseño realizado por Rafael de Rueda Burrezo, que está ejecutando el taller de Jesús Rosado Borja.

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