Huelva

Aires de libertad camino del Rocío

  • Un grupo de internos de la prisión onubense realiza su peregrinación a la aldea almonteña

La fuerte e insistente lluvia no impidió ayer que los internos del centro penitenciario de Huelva iniciaran su peregrinación al Rocío. Los presos llevaban meses esperando este momento, una oportunidad de disfrutar de una convivencia fuera de la prisión, en plena naturaleza, y vivir la experiencia de hacer a pie el camino a la aldea almonteña.

Son dieciocho los internos (quince hombres y tres mujeres) que comenzaron con mucha ilusión la primera parte del camino a pesar de las inclemencias meteorológicas. Junto a ellos van, como en años anteriores -ésta es la decimoséptima salida-, voluntarios y funcionarios de la cárcel onubense.

Sobre las siete y media de la mañana, la comitiva salió de la cárcel en dirección a San Juan del Puerto, donde, tras desayunar en el bar El Chaparral, los reclusos se dirigieron a la Iglesia Parroquial. Allí se cantó la Salve, interpretada a la guitarra por Manuel Correa, y en vez de una ofrenda floral al Simpecado de la Hermandad del Rocío de la localidad depositaron un cesto con alimentos. También realizaron una parada en la ermita de Los Remedios.

Manuel Correa lleva desde 2008 participando en esta iniciativa, cumpliendo "el deseo de mi hija, que fue la que empezó con esto". Todos los años compone unas sevillanas para la Hermandad de Moguer, "para que se sienta madrina nuestra", y alguna pieza para cantar en El Rocío, unas letras impregnadas de sentimiento. Éste es el primer año que hace el camino sin su esposa, Amparo, fallecida hace unos meses.

Ya en Moguer, la comitiva se encontró con la hermandad rociera y realizó una ofrenda a su Simpecado, tomando a continuación un refrigerio en la bodeguita Los Raposo. Desde hace unos nueve años, Manuel Raposo recibe a los peregrinos en su establecimiento, a los que atiende desinteresadamente, sirviéndoles bebidas y platos de jamón, caña de lomo y queso. Explicó que para él "esto es una antesala del Rocío, se va creando el ambiente" y aparte "se hace una buena labor, y mientras pueda lo seguiré haciendo", subrayando que "es algo que me llena de satisfacción".

Pablo Sánchez, uno de los educadores, comentó que, a pesar de la lluvia, los reclusos estaban "animados y contentos", a lo que añadió que ellos tenían claro que la salida se hacía, que el mal tiempo no lo iba a impedir. "En la novena edición llovió más y el camino fue fantástico, no se resfrió nadie y hubo menos ampollas en los pies".

Juan José, uno de los internos, manifestó que la experiencia le estaba resultando "mejor de lo que me esperaba, no es igual vivirlo a que te lo cuenten". En su caso, es la primera vez que realiza el camino al Rocío.

El director del centro penitenciario de Huelva, Alejandro Zulueta, se acercó hasta la bodeguita Los Raposo para pasar un rato con los peregrinos. De allí, la comitiva se dirigió a la asociación Abriendo puertas, camino de la ermita de Montemayor.

La noche la pasaron los peregrinos en la casa de la Hermandad del Rocío de Palos de la Frontera. Hoy llegarán a la aldea almonteña, donde se celebrará por la tarde una misa de despedida.

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