Aguja y dedal ante la crisis

Dicen que la necesidad agudiza el ingenio. Un dicho que en Cartaya están poniendo en práctica las mujeres que componen la asociación de amas de casa 'Reina Sofía' a través de un populoso taller de corte y confección en el que cerca de 40 mujeres llevan todo el año no sólo aprendiendo a confeccionarse sus propios trajes de flamenca, sino también de chaqueta o incluso las prendas más variadas para los más pequeños de la casa.

Y es que según comenta la profesora del taller, Rosario Bendala, que lleva ya bastantes años al mando del mismo "aunque nunca con tantas alumnas como ahora", mientras el coste total de un traje de flamenca puede rondar actualmente los 600 ó 700 euros, o incluso más "según lo que cada una se quiera gastar", comprando la tela "se te puede quedar en tan sólo 20 euros si se opta por un retal barato y si tú eres la que confeccionas tu propio traje". No obstante, y según señala también Bendala, aún siendo estas cifras los máximos extremos "porque después empezamos a añadirle a la tela distintos encajes y vivos que encarecen el precio final del traje, sí es cierto que el ahorro sigue siendo considerable porque en realidad lo que se paga por un traje es la mano de obra".

Por todo ello, y según ha detallado la presidenta de la asociación, Mª Dolores Franco, "este año el taller de corte y confección está a tope" y de la sede de la misma o Casa de la Mujer de Cartaya, "han salido este año más trajes que nunca porque hay cerca de 40 alumnas y algunas incluso se han confeccionado este año hasta dos trajes".

Y tal es la sofisticación de este taller de costura que tanto su monitora como las propias alumnas están 'al loro' de las últimas tendencias en cuanto a moda flamenca. Es por ello por lo que, según Bendala, "este año hemos recorrido algunas de las muestras más importantes de la provincia para hacernos eco de la moda flamenca de esta temporada, que iba a pasar por un enorme colorido en los trajes aunque con el predominio de los tonos morados y respetando uno de los colores de siempre como es el rojo, por los talles bajos, o por el estilo canastero".

Otro dato llamativo, según Bendala, es que cada año se inscriben en el taller más mujeres jóvenes, "llegando al extremo que este año tengo hasta una alumna de 15 años que está encantada con lo que está aprendiendo". En este sentido, para la monitora, una de las razones que explican este hecho es que a las jóvenes, cuando se casan, les hace mucha ilusión elaborar las prendas para sus propios bebés.

Por otra parte, para Bendala no hay que ser una modista de primera para elaborar un traje de flamenca "aunque como en todos los oficios, hay que partir de una base y tener unos conocimientos mínimos de costura". Y precisamente ése es el objetivo de este taller cartayero. Para ello, lo primero es enseñar a las alumnas a tomar medidas y a realizar patronaje antes de comenzar con lo que realmente es la costura y la confección.

Finalmente, para estas aproximadamente 40 cartayeras que se reúnen varias veces a la semana con motivo de este taller, otra de sus grandes ventajas al margen de la económica o la del aprendizaje de un oficio son "los buenos ratos que pasamos juntas". En este sentido, y según confiesan casi todas "esto es una especie de terapia grupal excelente porque antes de entrar por las puertas de la Casa de la Mujer de Cartaya para asistir a las clases, nos proponemos todas de forma firme, y de hecho lo hacemos, dejar nuestras preocupaciones diarias y personales en la puerta".

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