Huelva

El ADN sitúa a los tres imputados en la escena del crimen de Matalascañas

  • El juez prorroga por otros dos años la situación de prisión preventiva de la mujer encausada

Los restos biológicos localizados en distintos elementos de la escena del crimen de Matalascañas, en el que perdió la vida brutalmente Pedro Pérez -un anciano madrileño de 77 años que vivía solo en su chalé- en mayo de 2015, ubican a las tres personas encausadas por homicidio y robo con violencia e intimidación, C.R.M., M.C. y O.G.L., en el lugar de los hechos el día de autos.

Así se hace constar en varios informes emitidos por el Servicio de Biología de la Guardia Civil y por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses que obran en la causa, a los que ha tenido acceso Huelva Información. La víctima, de 77 años, fue localizada en una de las habitaciones de la vivienda el 15 de mayo de 2015, dos días después de su asesinato. El anciano, viudo y que vivía solo en la parcela 90 del Sector I de Torre La Higuera, apareció atado de pies y manos y con evidentes signos de haber sufrido una muerte violenta.

El anciano aparece atado de pies y manos en su chalé del núcleo costero hace tres años

Los primeros resultados de los análisis genéticos de las evidencias recogidas por la Guardia Civil en el escenario del crimen sirvieron para imputar en el caso a C.R.M. en septiembre de 2015. Entonces ya se encontraba interno en el penal de La Ribera por su relación con otro robo con violencia e intimidación, el ocurrido el 4 de abril de 2015 en la calle Belén de Gibraleón. Los investigadores sospechan que fue presuntamente él, acompañado de otras tres personas, quien irrumpió en la casa olontense, amenazó a la pareja de ancianos propietaria de la vivienda con un cuchillo y golpeó a la mujer hasta romperle las costillas. "La forma de las ataduras y el modus operandi coincide en ambos casos", observa la Unidad Orgánica de la Policía Judicial en uno de los atestados que consta en las actuaciones.

El ADN de C.R.M. fue localizado en el mango de un cuchillo y en las ligaduras con las que los autores ataron de pies y manos a Pedro Pérez.

Poco después fue arrestado otro de sus presuntos compinches, M.C., quien ingresó en prisión el 30 de septiembre de 2015. Toxicología había encontrado muestras genéticas de otro hombre en el lugar de los hechos. Cuando el Laboratorio de Biología de la Guardia Civil introdujo el resultado en la base de datos de ADN, el cotejo ofreció la coincidencia con el de M.C., que ya estaba fichado por otro robo con fuerza en Valverde del Camino.

Solo unos días más tarde de su detención, el 9 de octubre de 2015, otro informe de los expertos de la Benemérita determinaba que los restos de sangre humana encontrados en una toalla naranja en la casa del asesinado pertenecían a O.G.L., quien no fue arrestada hasta febrero de 2016, cuando se la localizó en Madrid.

Ahora el titular del juzgado que instruye la causa, el número 3 de La Palma del Condado, ha prorrogado a la mujer su situación de prisión preventiva por otros dos años más.

Según indicaron las fuentes jurídicas consultadas por este periódico, el magistrado considera que existe riesgo de fuga y de alteración de pruebas, por lo que ha decidido ampliar la estancia provisional de esta mujer en la penitenciaría. A ello hay que añadir las circunstancias de que el procedimiento se encuentra todavía en periodo de instrucción y de que no existe de momento fecha de señalamiento para la celebración de la vista oral.

La inculpada rebasó el margen inicial previsto de dos años en prisión preventiva, comunicada y sin fianza el pasado febrero. Ahora el nuevo horizonte está en febrero de 2020, el máximo legal establecido antes de que haya una sentencia.

O.G.L. sigue así la senda de los otros dos hombres investigados y encarcelados por este escabroso asunto, C.R.M. y M.C., a los que el juez también prorrogó la situación de prisión preventiva el pasado año, a la espera de la celebración del juicio en la Audiencia de Huelva.

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