Más de 15.000 onubenses están diagnosticados de asma y otros 35.000 podrían padecerlo y no saberlo
El hospital Infanta Elena llama a no normalizar síntomas como la tos o la dificultad para respirar porque el asma es una enfermedad reversible si se coge a tiempo
Casos como el de Pablo Díaz, un joven que pasó de no poder correr a ser socorrista, o el de Coral Rosado que, con 75 años le faltaba el aire al toser y ahora anda cinco o seis kilómetros al día, evidencian la importancia del diagnóstico precoz y de los tratamientos
Era toser y faltarle el aire. Coral Rosado, vecina de 75 años de Bollullos Par del Condado, comenzó a sufrir hace algo más de una década problemas respiratorios que le limitaban la vida. Tanto que, según reconoce a este periódico, "dejé de ir a los conciertos, a las misas e incluso al bar porque, si tenía un ataque, probablemente tendría problemas para controlarlo". Fue entonces cuando comenzó varios tratamientos, pero ninguno resultó exitoso. Tal era su impotencia que Coral asegura que quería "tirar la toalla porque era un sinvivir".
Coral tenía asma y no lo sabía, y no fue diagnosticada hasta tener una avanzada edad. Gracias al hospital Infanta Elena pudo saber por qué "me faltaba el aire cada dos por tres" y serían los fármacos biológicos los que finalmente supondrían una solución para su patología. Poco tiempo después, "puedo hacerme por las tardes cinco o seis kilómetros andando", reconoce esta onubense, incapaz de esconder su agradecimiento a los profesionales de Neumología del centro hospitalario. Eso sí, Coral Rosado pudo acceder a estos fármacos porque los mismos son aptos para pacientes de asma grave y "con un perfil muy concreto", advierte el especialista y responsable de la consulta de Asma Grave, Adriano Asuero, quien explica que estos fármacos "son de alto impacto, de ahí que no todo el mundo pueda ser candidato a ello".
Esta paciente es uno de los, aproximadamente, 16.000 que puede haber en Huelva -el diagnóstico certero de asma es del 3%-, provincia que "entra dentro del estándar de la prevalencia en España", sostiene Asuero. La misma no es una cifra cerrada, en tanto que "no existe un número concreto al no haber una definición de asma global", advierte el especialista, quien entiende que la prevalencia real "es desconocida" -presumiblemente, es mayor a la documentada, pues a nivel europeo hablan de cifras de prevalencia de hasta el 10%-. Lo que sí ofrecen los estudios hasta la fecha es que "la patología está aumentando a nivel global, así como que es más frecuente en los países occidentales y menos en los países en vías de desarrollo"; lo que viene dado por, entre otros factores, "un mejor acceso a programas de calidad y salud que traten el asma bronquial y por la relación directa entre asma y alergia -las poblaciones más desarrolladas también están experimentando un incremento de los trastornos de alergias-". Tal es la relación que guardan asma y alergia, que "el 50% de los asmáticos padecen alguna alergia", resume Asuero.
Atendiendo al referido porcentaje del 10% de prevalencia, el mismo supondría que poco más de 50.000 onubenses podrían padecer asma, ya sea moderado o grave, por lo que si son unos 16.000 los que sí están diagnosticados, podría deducirse que otros 37.000 podrían padecerlo y no saberlo.
Precisamente, uno de los pacientes que convive con asma y alergia, Pablo Díaz, pone de manifiesto a este periódico el uso que hacía "a diario" del aerosol pero, sobre todo, "en primavera y otoño por las alergias". Afortunadamente, este joven onubense de 17 años ha pasado de hacer uso del mismo cada día a, "como muchísimo, dos o tres veces a la semana en tiempo de alergia". Su vida cambió por completo desde que el hospital Infanta Elena comenzó a trabajar en su mejoría, "algo impensable para mí porque ya me había acostumbrado a no poder correr porque me asfixiaba". De hecho, "casi no podía jugar a volley o baloncesto y estaba resignado a ello", recuerda, al tiempo que destaca que en septiembre cumplió su sueño de tener el título de socorrista gracias "a que he podido mejorar muchísimo".
Más de 4.000 espirometrías al año
Entre las pruebas diagnósticas que se utilizan para el diagnóstico y seguimiento del asma en el servicio de Neumología del hospital Infanta Elena se encuentran la espirometría (4.132 realizadas durante el año 2024 y 600 hasta el 31 de marzo de 2025); la espirometría postbroncodilatador (1.068 durante 2024 y 298 hasta el 31/03/25) y el test de óxido nítrico exhalado (FENO) (con 866 durante el año 2024 y 255 hasta el 31/03/2025).
Tanto Coral como Pablo son dos de los onubenses que presentan un diagnóstico de asma, "una enfermedad que tiene un importante infradiagnóstico", explica el neumólogo del Infanta Elena, quien sostiene que la misma es de "difícil definición a nivel clínico porque no se diagnostica a partir de un parámetro medible, como sí pudiera pasar con la diabetes, por ejemplo. El asma no tiene una prueba que te dice si el paciente es o no asmático, sino que necesitamos la combinación de síntomas compatibles -tos, dificultad para respirar, opresión en el pecho...- junto a una obstrucción variable al flujo aéreo que se mide mediante una espirometría". La variabilidad "entre presentación, disponibilidad de pruebas funcionales y número de pruebas que hay que hacer para diagnosticar la enfermedad nos indica que podríamos tener entre un 20% y un 70% de casos sin diagnosticar, donde figuran aquellos pendientes de estudio o los pacientes complicados de catalogar que igualmente pueden estar siendo tratados de otras enfermedades".
La amenaza de los cigarrillos electrónicos
Preguntado sobre el perfil de los pacientes asmáticos, Adriano Asuero sostiene que "tiene un componente poligénico importante que no es hereditario como tal, pero sí se puede transmitir la susceptibilidad de padecer asma". Igualmente, y aunque no hay una causa concreta, explica que tienen más riesgo de padecerlo "pacientes obesos" o las personas que fuman, dado que el consumo de tabaco acelera la aparición de síntomas compatibles con el asma.
"Aquí tenemos un problema importante, sobre todo, con los jóvenes", puntualiza el especialista sobre los cigarrillos electrónicos, cuya inclusión tan acelerada viene dada por "una amplia variedad de sabores agradables, por no desprender un humo molesto, por sus diseños atractivos y por su gran accesibilidad". En este sentido, el doctor Asuero subraya que los mismos tienen "sustancias potencialmente carcinógenas -como los TSNAs-, sobre todo, si el dispositivo tiene nicotina; así como carbonilo, compuestos orgánicos volátiles y metales, como el magnesio y el manganeso".
Una patología reversible con el diagnóstico temprano
El asma es una enfermedad cuyo diagnóstico precoz cambia por completo la perspectiva de la enfermedad a futuro. Un hecho que recalcan mucho los neumólogos porque hay enfermedades que cuando aparecen, lamentablemente, "la probabilidad de mejorarla no es tan alta como en los pacientes asmáticos". Por definición, sostiene el doctor, "el asma es una obstrucción pulmonar reversible, por lo que un tratamiento correcto puede revertirlo" y, aunque los pacientes tengan "una calidad de vida mermada, un diagnóstico a tiempo puede suponer un cambio muy importante, hasta el punto de poder subir escaleras, caminar o hacer ejercicio".
Precisamente, sobre el ejercicio físico, existe un método extendido que dice que los pacientes asmáticos no pueden hacer deporte. Todo lo contrario. "El ejercicio físico tiene un efecto beneficioso claro sobre el asma por su potencial antiinflamatorio, además de por existir una estrecha relación negativa entre asma y obesidad", explica un Adriano Asuero que insiste en que el sedentarismo "lo agrava", de ahí que "recomendemos entrenamiento muscular, aeróbico o de resistencia". "En los casos en que el ejercicio provoque crisis, una solución sencilla es usar un broncodilatador de rescate antes de comenzar, aunque también se puede optar por actividades que movilicen la musculatura respiratoria sin requerir tanto esfuerzo, como la natación, el yoga o el pilates", añade. En cualquier caso, hay que diferenciar entre el asma persistente moderado y el grave, aquel que, a pesar de optimizar el tratamiento, "implica crisis o ingresos hospitalarios".
Sobre los tratamientos, el neumólogo del hospital Infanta Elena indica que, fundamentalmente, son los broncodilatadores, es decir, "medicación que permiten la apertura de los bronquios porque la inflamación de los bronquios produce el cierre de los mismos". No obstante, cabe indicar que la dosis del mismo varía según el perfil del paciente y su control previo, de manera que "vamos ajustando la medicación en función de cómo evolucione su asma, ya que se trata de una enfermedad que debe estar controlada. El objetivo no es solo evitar crisis asmáticas, sino también garantizar una buena calidad de vida", resumen.
El asma no tiene una definición de curación como tal. Más bien de control y de reversibilidad de la función pulmonar. Al respecto, explica Asuero que "un paciente sin síntomas puede considerarse “curado” entre comillas, pero el asma nunca desaparece por completo y puede reaparecer si se suspende la medicación o se enfrenta a otros problemas de salud, como una infección respiratoria". Además, sostiene que en los últimos años han aparecido los fármacos biológicos, destinados al control del asma bronquial persistente grave, un subtipo que afecta aproximadamente al 5-10% de los asmáticos.
"Este tipo de asma representa un problema de salud serio, con muchas hospitalizaciones, crisis frecuentes y pérdida progresiva de función pulmonar", comenta, antes de indicar que los fármacos biológicos han supuesto una revolución: pacientes con muy mala calidad de vida han pasado a estar completamente controlados", como los casos anteriormente citados de Pablo Díaz o Coral Rosado.
El doctor recomienda a quienes crean que puedan tener asma "acudir a su médico" porque "no podemos normalizar síntomas como tos, fatiga o dificultad respiratoria". Para los pacientes ya diagnosticados, "insistimos en la importancia del ejercicio físico y en evitar el sobrepeso". Asimismo, en cuanto a la dieta, aunque no hay una recomendación específica, una alimentación rica en antioxidantes puede tener un efecto antiinflamatorio beneficioso".
El abordaje del asma ha evolucionado de forma favorable en los últimos años, ofreciendo a los pacientes herramientas nuevas para controlar una enfermedad que no tiene por qué condicionarles su día a día. Con un diagnóstico precoz, un tratamiento ajustado a cada perfil y el seguimiento adecuado, muchas personas asmáticas pueden afrontar sus vidas con plena autonomía.
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