DJs femeninas, la cabina y la pista no es solo cuestión de hombres

Estamos ante la revolución femenina en la escena DJ. En una escena históricamente dominada por hombres, las mujeres están tomando la cabina y transformando no solo la pista de baile, sino también los paradigmas culturales de la industria musical.
Así lo demuestran las experiencias compartidas por Inmir, Carmen de la Fuente y Vilu Gontero en el marco de Desalia 2025, el festival de Ron Barceló donde conversaron sobre sus trayectorias, desafíos y conquistas en el mundo de la música y la fiesta..
Los comienzos de estas artistas revelan una constante: la ausencia de referentes femeninos. Carmen de la Fuente, por ejemplo, relata que su interés por pinchar surgió viendo a su hermano practicar con vinilos, aunque no se atrevió a lanzarse hasta 2020. “No tenía una referencia de mujer DJ. Para mí los DJs eran solo chicos”, cuenta. Esa carencia de modelos femeninos retrasó la decisión de muchas como ella. En el caso de la argentina Vilu Gontero, el clic llegó cuando vio por primera vez a una mujer en la cabina: “Me pareció tan lindo… Yo quería estar ahí, hacer eso. Fue una inspiración directa”.
Inmir recuerda que se inició en la noche como relaciones públicas y camarera, pero su atención siempre estaba en la cabina. “Yo quiero hacer que la gente baile”, pensaba, hasta que decidió probar por sí misma. Lo hizo junto a una amiga, lo que le dio confianza en un entorno que, en sus palabras, era aún más masculinizado que hoy.
Las tres coinciden en que el camino ha estado lleno de cuestionamientos: por parte de otros DJs, técnicos de sonido e incluso del público. “Tienes que demostrar siempre el doble, simplemente por ser mujer”, afirma Carmen. Este escrutinio se extiende también a la puesta en escena, donde la exigencia hacia las mujeres incluye no solo el talento, sino la estética, el carisma, la vestimenta y hasta la coreografía.
Vilu lo ilustra con un ejemplo elocuente: “Una artista mujer hace un show espectacular con bailarinas, luces, todo, y aún así la critican. A un hombre le basta con salir solo al escenario y nadie dice nada”.
Sin embargo, estas DJs no solo han resistido, sino que están redefiniendo el papel femenino en la escena. “Estamos generando nuevos referentes”, dice Vilu, feliz de ver cómo muchas chicas le escriben diciendo que, gracias a su ejemplo, ahora ellas también tienen acceso a discotecas donde antes no las dejaban pinchar. Se está creando comunidad entre mujeres, subraya, y eso es vital para avanzar.
A pesar de la exposición constante a críticas y presiones, estas artistas han conseguido consolidarse. Inmir compagina su rol como DJ y productora con su vocación de maestra de música, mientras que Carmen, nacida artísticamente en TikTok durante la pandemia, ha profesionalizado su pasión a través de la formación autodidacta. Vilu, por su parte, lleva su arte a nivel internacional, viajando por más de 14 países y adaptando su estilo musical a cada cultura sin perder la esencia.
También luchan desde dentro contra la hipersexualización tradicional del mundo nocturno. Carmen de la Fuete, por ejemplo, incluye en sus contratos la cláusula de que no haya gogós en bikini en sus shows: “Por respeto a la mujer”, afirma tajante. Aunque perciben avances, reconocen que aún queda camino por recorrer.
En un sector con un alto grado de intrusismo, donde se sigue escuchando el irónico “mi sobrino lo hace más barato", estas mujeres insisten en que el profesionalismo y la pasión son lo que realmente marcan la diferencia. “Cualquiera cree que puede ser DJ hasta que se sube a una cabina”, dice Carmen. Y no basta con una cara bonita o una marca en redes sociales. “Si lo haces desde el respeto y con formación, bienvenida seas. Pero si solo te aprovechas de tu imagen, estás restando años de trabajo”, añade Vilu.
En festivales como Desalia, donde la presencia femenina se ha igualado con la masculina, se vislumbra el futuro que estas DJs llevan años construyendo: una industria más equitativa, inclusiva y donde, por fin, el talento no tenga género.
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