Libro autobiográfico

La pichula congelada de Enrique de Inglaterra y los celos de su padre, Carlos III

Isabel  de Inglaterra y los duques de Sussex, en un acto institucional antes de abandonar su agenda como miembros de la familia real.

Isabel de Inglaterra y los duques de Sussex, en un acto institucional antes de abandonar su agenda como miembros de la familia real. / Efe

Si Mario Vargas Llosa aludía a su personaje de ficción atormentado por un nuevo amor decepcionante, lamentando la decisión por haber pensado con "la pichula" en lugar de con la cabeza, símil de su atolladero con Isabel Preysler, Enrique de Inglaterra confiesa que sufrió tener su miembro viril "congelado" y sin sensibilidad, durante la boda de su hermano Guillermo, celebrada en 2011.

El "pene congelado" que confiesa haber tenido el duque de Sussex forma parte de su libro de memorias, En la sombra, que sale a la venta el próximo martes. No va a faltar de nada en ese volumen de reflexiones y autobiografía.  La congelación de las partes íntimas se produjo en una expedición al Polo Norte en la que participó en marzo de dicho año. Intervino en una travesía de carácter benéfico y estuvo  acompañado por cuatro militares gravemente heridos en la guerra de Afganistán.

Los duques de Sussex en la presentación de los Juegos Invictus en Dusseldorf Los duques de Sussex en la presentación de los Juegos Invictus en Dusseldorf

Los duques de Sussex en la presentación de los Juegos Invictus en Dusseldorf

De las gélidas experiencias polares Enrique se trajo partes de su cuerpo afectadas por congelación por lo que un mes después de su regreso aún tenían problemas, como el de la falta de sensibilidad en su miembro.  "Se me congeló el pene. Entonces, no quise hablar demasiado de ñe. Al volver a casa me di cuenta de que estaba congelado", narra en el libro.

Ese dolorido estado era el centro de preocupación durante la boda de su hermano Guillermo de Inglaterra, con el que ya tenía una difícil relación pese a las apariencia.  Durante la celebración nupcial, que afea en muchos aspectos, recuerda que estaba en la Abadía de Westminster pensando solo en las consecuencias que podría traer su pene insensible. El hijo menor admite que su familia estaba preocupada por las heridas que sufría en las orejas y en el rostro, pero se calló su mayor preocupación. El problema en la parte íntima se solventó con un tratamiento médico adecuado y una crema con la que pudo revitalizar los tejidos.

Carlos III en su despacho de Buckingham, en su primera foto Carlos III en su despacho de Buckingham, en su primera foto

Carlos III en su despacho de Buckingham, en su primera foto

Enriqe también señala en su volumen que su padre, el actual rey Carlos III, se mostraba muy celoso de sus nueras, Catalina y Meghan, ya que le robaban protagonismo y podían ser una amenaza para cumplir con su deseo de suceder a Isabel II.  Una de las maneras que tenía el actual monarca de disuadir maniobras de sus hijos era poner por delante el obstáculo económico, como cuando anunció que Meghan Markle dejaría la interpretación para vivir al lado de Enrique y casarse con él.

El duque de Sussex lamenta dichos argumentos de su padre ya que entiende que no hay problemas financieros en la familia como para impedir los proyectos de nadie. Pero entiende que la llegada de la actriz estadounidense venía a quitar presencia en los medios y en el cariño del pueblo al entonces príncipe de Gales. La sombra de Diana ha sobrevolado en todos estos años y Carlos III no ha querido que nadie vuelva a tener el protagonismo que su ex esposa fallecida tuvo.  Incluso Harry asegura que su padre siempre ha manejado todo lo posible la actividad de Guillermo y Catalina para que no le hicieran competencia en las portadas junto a Camila, que no fue bien recibida durante años por los hijos de Lady Di. 

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