El Festival de Cine Iberoamericano ha clausurado su 45 edición, no sin antes evidenciar su envergadura como evento indispensable para entretejer puentes con la cinematografía proveniente del otro lado del Atlántico.

Nuevamente la Casa Colón se engalanó para una noche que rebosaba cine. Ya desde el exterior del edificio, la alfombra roja dispuesta sobre las escaleras guiaba a los numerosos rostros conocidos que, ataviados con su más selecto vestuario, no quisieron perderse una de las citas más importantes para la unión de lazos entre la cultura española y la iberoamericana.

Ha sido una noche especial para la actriz Juana Acosta, que ha levantado el premio Ciudad de Huelva y se ha encontrado con la sorpresa de que fue su madre quien se lo entregaba. Atónita, ha expresado “su profundo respeto por un certamen que fortalece nuestra industria”. Pero también ha sido especial para el largometraje Canción sin nombre, ópera prima de Melina León que se ha alzado con el prestigioso Colón de Oro. La directora, que no ha podido personarse en la gala, ha emitido un vídeo en el que afirmaba dedicar el vídeo a “todos los latinoamericanos que luchan en las calles por una sociedad más justa”.

Los artistas han mostrado nuevamente su compromiso con la apuesta del cine iberoamericano y respaldaron uno de los certámenes de mayor edad del país. Desde el mundo de la interpretación, han brillado en los prolegómenos rostros como los de Clara Alvarado, Jon Garaño, Aitor Arregui o María Espejo, entre otros. Los mismos ha estado también acompañados por autoridades políticas y personalidades del ámbito institucional.

El hilo conductor de la gala ha vuelto a recaer en el periodista Manuel Jesús Montes y en la especializada en cine internacional Concha Ortiz, quienes han despedido un festival “que ha respirado mucho de la cultura latina”.

La ceremonia, amena y entretenida, ha hecho disfrutar a un público, que quedó cautivo con el sonido en directo de la cantaora Argentina y del músico cubano, ganador de varios Premios Grammy, Eliades Ochoa, que estuvo acompañado por el grupo Son de Cuba. Como si de un paralelismo con la idiosincrasia del Festival se tratase, los artistas han fusionado ambas culturas para construir una gala multicultural. La misma ha servido para reconocer a todo un compendio de cineastas que, con sus obras audiovisuales han presentado sus credenciales para triunfar en la industria cinematográfica.

Tras la gala, se ha procedido a la proyección del largometraje Lo que siento por tí (República Dominicana), con el que Raúl Camilo, que se estrenaba como director, quiso plasmar tres relatos familiares basados en hechos reales.