Zarzuela cambia el guión y marca el criterio

El comunicado de la Casa Real del martes pasado viene a llenar un vacío constitucional sobre la elección del candidato a la investidura

El Rey y Alberto Núñez Feijóo, este martes en la Zarzuela.
El Rey y Alberto Núñez Feijóo, este martes en la Zarzuela. / Chema Moya/Efe
J. M. Marqués Perales

26 de agosto 2023 - 06:00

Pedro Sánchez buscaba que su investidura fuera lo antes posible, la próxima semana, pero para ello necesitaba que Felipe VI le propusiera como candidato. El Rey finalizó el martes la ronda de consultas, y días antes ya se anunciaba desde el PSOE que no verían con malos ojos que Alberto Núñez Feijóo se presentase a una investidura fallida. Fuentes socialistas han indicado a este medio que ese cambio de opinión vino provocado porque ya se intuía que el Rey podía adoptar esa postura y no se deseaba poner en cuestión la decisión que fuera a tomar Zarzuela. Cabía la duda sobre la elección real, pero lo que no estaba previsto es que Feijóo pidiese tanto tiempo y que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se lo concediese.

Al Rey corresponde el encargo, pero es la presidenta del Congreso la que escoge la fecha, y en este caso Armengol y el propio PSOE no han querido tensionar más la situación con el PP. Sobre todo si se considera que Moncloa y Ferraz están seguros de que, tras el 29 de septiembre, Felipe VI le encargará a Pedro Sánchez la investidura. Tanto es así que tres personas de su confianza, los ministros Félix Bolaños y María Jesús Montero más Santos Cerdán, ya han iniciado las negociaciones para una investidura que podría celebrarse la segunda semana de octubre, aunque el miércoles 12 es festivo.

En su comparecencia ante los medios ese martes, un Feijóo visiblemente nervioso adelantó que él necesitaba tiempo, como poco comenzar las negociaciones mañana lunes, lo que llevó a retrasar la sesión de investidura hasta el 26 y 27 de septiembre para que, en caso de repetición, las elecciones no cayesen ni en Nochebuena ni en Nochevieja. Los planes iniciales de Sánchez se venían abajo. Algunos sostienen en el PSOE que es mejor así, porque al poner en marcha el reloj que marca los dos meses de plazo para la repetición electoral, Junts y ERC estarán más presionados, no podrán jugar a dilatar las conversaciones. Esto afecta, de modo especial, a Junts, porque el inmenso valor de sus siete escaños reside en la situación de empate entre los dos bloques. Nadie puede desaprovechar esa palanca aritmética.

Pero el martes aún dejó otra sorpresa, más trascendental: una aclaración de Zarzuela que viene a marcar un criterio para futuras elecciones generales.

Las tres consideraciones de la Casa Real

El comunicado que la Casa de su Majestad el Rey emitió sobre el encargo a Alberto Núñez Feijóo incluye tres "consideraciones" que vienen a enmendar un vacío de la Constitución y a elevar a rango de “costumbre”, con implicaciones en el Derecho, lo que antes había sido una “práctica habitual” . No es sólo una aclaración, a la que el Rey ni estaba obligado ni era necesaria, sino que supone un escrito de trascendencia constitucional de cara al futuro.

El vacío se origina porque la Constitución no establece un plazo entre la celebración de las elecciones generales y la primera sesión de investidura. En enero de 2016, el Rey propuso a Mariano Rajoy que presentase su investidura ante el Congreso, pero esté “declinó” el ofrecimiento, que fue el verbo que La Zarzuela dejó escrito en otro comunicado para enfado del aludido. Aquellas elecciones inauguraron una serie de legislaturas de resultados ajustados que podían desembocar en uno u otro presidente o en la repetición de los comicios, hecho que ha sucedido en dos ocasiones. Rajoy aseguró entonces que no se iba presentar a una investidura fallida para echar a andar el reloj de los plazos. Es decir, sólo para llenar ese vacío constitucional.

La "costumbre" consagra que si no hay una mayoría alternativa, el primero en ser propuesto será el líder del partido con más escaños

El comunicado del martes recuerda ese hecho al subrayar que “salvo en la XI Legislatura”, el candidato del grupo político con más escaños ha sido el primero en ser propuesto por el Rey como candidato a la Presidencia del Gobierno. En efecto, ese 2016 Felipe VI le encargó la investidura a Pedro Sánchez, líder del segundo partido, después de no lograr convencer a Mariano Rajoy, quien siempre ha defendido un poco a la gallega que no “declinó” porque no llegó a ofrecerse.

Desde la recuperación de la democracia, y salvo ese caso, el Rey siempre ha encargado la investidura en primer lugar al líder del partido más votado, y este uso habitual es el que se convierte ahora en “costumbre”, sustantivo que adquiere una fuerza consuetudinaria en este comunicado. El artículo 99 de la Constitución atribuye al Rey la competencia para proponer a un candidato a la Presidencia sin especificar qué criterios debe seguir más allá de los de una democracia parlamentaria.

Por tanto, el Rey encarga la investidura a Feijóo por ser quien tiene más escaños, pero –y esto es sustancial– después de constatarse que “no hay una mayoría suficiente que hiciera decaer esta costumbre”. Como ni Sánchez ni sus potenciales aliados atestiguaron que había un acuerdo, Felipe VI recurre al ganador, sortea el vacío, pone en marcha el reloj constitucional y deja este criterio para el futuro: si no hay una mayoría parlamentaria clara, el primero en presentarse ante el Congreso será quien posea más escaños.

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