“Sigo molestando a los mismos de siempre con mi trabajo”
MABEL LOZANO | ESCRITORA, CINEASTA Y EXPERTA PANELISTA EN TRATA SEXUAL Y PROSTITUCIÓN
Con “pudor y vértigo” admite Mabel Lozano haberse enfrentado a Ava (Alrevés Editorial), debut en la novela sobre un tema que conoce muy bien, la lacra histórica de la violencia hacia las mujeres, y que ha sido reconocida con el Galardón Letras del Mediterráneo 2025. Ha empezado, además, a rodar para Movistar Plus+ la serie basada en su libro El proxeneta y escribe su primera película de ficción, que se rodará en 2026.
–Publica Ava, su primera novela, una historia que ganó el Goya a Mejor Cortometraje Documental 2024. ¿Por qué decide darle alas literarias?
–Ava viene de una historia real y yo hice un corto que dejaba muchísimos interrogantes, donde me basé mucho en la captación a través de las redes sociales, en que era una menor con una discapacidad intelectual debido también al ámbito del que venía. Y contaba que una vez que los proxenetas salen de las cárceles, las que entran metafóricamente son ellas. Pero en el corto no había hueco para hablar de estos proxenetas tan vanguardistas. La prostitución muta a gran velocidad, está en pisos escondidos y en internet, es prostitución 2.0.
–¿Qué le sigue moviendo para visibilizar el abuso?
–Lees Ava y te sorprendes de muchas cosas. Imagínate un chavalito de 18 o 20 años; sus ventanas son otras, no están en el mundo real ni en los medios generalistas. No hay que aleccionarles o darles collejas, sino crearles un pensamiento crítico. ¿Tú sabes que cuando subes un vídeo en línea nunca, jamás lo vas a recuperar? Ahora te parece un juego por el que te han dado 100 euros en OnlyFans, pero ¿cuándo tengas 30 años y quieras tener otra vida? Son nativos digitales y ven pornografía a lo bestia y la quieren practicar. Hay una vuelta de la demanda de sexo de pago.
–¿Es posible configurar nuevos modelos de masculinidad?
–¿Cómo llegamos a ellos? Lo más importante son los entornos familiares, donde no se educa en la sexualidad. En los colegios e institutos tampoco, se consume pornografía y resulta que las últimas manadas son de niños violando a niñas. Nadie les ha dicho que eso es violencia y poder y que la sexualidad tiene que ver con la empatía y el deseo compartido. Desde que tienen 12 o 13 años, todas las chicas reciben un bot de sugar daddy a través de un mensaje privado de Instagram. No estamos llegando a ellas para decirles que los bloqueen.
–¿La creación artística cambia conciencias?
–Sin duda. El arte incide en el imaginario, es una de las más potentes herramientas de transformación social. Pero yo hago cine documental y llega muchísimo menos que el de ficción. Por eso decido hacer Ava en una novela.
–En su pasado como modelo y presentadora, ¿vivió en sus carnes la cosificación femenina?
–Mientras hacía todo eso, yo no notaba absolutamente nada. Sentí el estigma y muchísimos prejuicios cuando di el salto a la dirección, desprecio también de muchos hombres a los que tú les mueves su tresillo. Hace 20 años hice un primer documental llamado Voces (contra la trata de mujeres). Nadie había hecho algo así y ni siquiera la trata era considerada un delito. Parecía que por mi físico yo no podía ser una mujer comprometida. Hoy sigo molestando a los mismos. En la violencia de género no hay dinero de por medio, todo el mundo está de acuerdo en que hay que erradicarla, pero en la prostitución se gana mucha pasta, vinculada también al narcotráfico.
–¿Qué ha aprendido de sus heroínas cotidianas?
–He encontrado grandes amigas y mujeres que inspiran. En Ava, a María la cuestionaba todo el mundo por su adopción, pero ella permaneció todo el rato sin juzgar. Somos lo que somos de pequeños, te marca la desafección, la violencia, reproducimos patrones aprendidos y los monstruos de la mochila salen y vienen a visitarnos, como a Ava.
–En el libro detalla el proceso que viven las mujeres que sufren trata y explotación. La revictimización queda patente.
–En sus entornos no pueden decir de dónde vienen, el estigma lo tienen ellas. Ava habla también de los jueces, que minusvaloran la trata y la prostitución porque son un reflejo de la ciudadanía.
–El Informe Juventud 2024 reflejó que un 13,2 % de chicas y 23,1% de chicos de entre 15 y 29 años consideraban la violencia de género “un invento ideológico”.
–Da un miedo que te mueres. Viene de los discursos radicales de la extrema derecha, que los chavales compran porque les parece moderno y antisistema. Los chavales no leen, están todo el día en internet. Falla la educación, no hay pensamiento crítico.
–La Ley contra la trata aún no ha iniciado su andadura parlamentaria.
–He colaborado como experta en esa ley. PP y PSOE se posicionan en la abolición de la prostitución y han gobernado en solitario, ¿por qué no lo hicieron? Porque no hay voluntad política y por ver si cabreamos al 50% de la población. Si el 38,5% de los varones españoles reconoce consumir sexo de pago, ¿qué son políticos, jueces, albañiles? No va de moral, sino de derechos fundamentales.
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