Paco Cepero: "Los políticos hablan de flamenco cuando les interesa, y nada más"

Paco Cepero | Músico y compositor

El guitarrista y compositor jerezano publica sus memorias, un volumen redactado por el médico y escritor Francisco Cuaresma y con el título de 'Paco Cepero. Repasando mi vida'

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El músico y compositor jerezano Paco Cepero.
El músico y compositor jerezano Paco Cepero. / LOLO VASCO/SGAE

Aquello de “a todos nos han cantado / en una noche de juerga / coplas que nos han matado” se podría aplicar a la guitarra y a las composiciones de Paco Cepero. Porque a todos nos han cantado, o todos nos hemos emocionado, con los sonidos negros de este músico y guitarrista jerezano que aprendió la técnica con paciencia y con trabajo. Hasta convertirse en el virtuoso que es hoy. Hasta formar parte de la historia del flamenco. La editorial Almuzara acaba de publicar su biografía, escrita por Francisco Cuaresma, médico y autor onubense que nos cuenta las diferentes notas que han compuesto la vida de Cepero.

Pregunta.¿De dónde surge la idea de esta biografía?

Respuesta.Todo surge de la propuesta de un amigo, Francisco Cuaresma. Él me anima a escribir mis memorias, aunque yo no me veía. Pero un día me dijo que él las escribía. Así que ahí ya no me lo pensé. Gracias a él está este libro en la calle. Su generosidad conmigo ha sido increíble.

P.A sus ochenta y tres años hace balance de su vida. ¿Cuál es la conclusión?

R.Mi conclusión es que todo lo que he hecho no ha sido en vano. Es como el refrán de quien siembra vientos, recoge tempestades. Pues yo he sembrado trabajo e ilusión. Creo que ahora estoy teniendo la recompensa.

P.Aquel chaval de Jerez, que se cuenta en las primeras páginas del libro, ¿imaginó que sería el guitarrista que hoy es?

R.Ni por la más remota idea. Aunque uno tiene siempre tuvo su ilusión.

P.¿Recuerda usted el momento en el que decide dedicarse a la guitarra?

R.A mí la guitarra me atrajo de siempre. Lo que pasó es que mi padre, como todos los padres, quiso que yo estudiara. Y la verdad es que no era yo mal estudiante. Antes de dedicarme a la guitarra estuve trabajando en una asesoría y después en la bodega de Palomino Vergara. Ahí yo ya recibía clases de guitarra, y clases de inglés. Lo cuento en el libro: para mi madre pagar 75 pesetas al mes por las clases de inglés le parecía productivo; pero pagar 75 por las clases de guitarra ya no le convencía tanto. Me decía: “¿La guitarra pa’qué?”. Mi padre sin embargo al final lo vio, y dijo: “Pues yo creo que esa va a ser nuestra salvación”. A toro pasado, mira, la ilusión aquella dio sus frutos.

P.En esas clases de guitarra usted destaca un nombre: Rafael del Águila.

R.Hombre, para mí Rafael del Águila fue muchísimo. Rafael del Águila fue el que me metió dentro la guitarra. Él me decía que yo tocaba mirando al pecho, pero que la guitarra había que sentirla en el estómago. Me enseñó un montón de obras clásicas, lo que me ayudó mucho a entender la música. Rafael del Águila ha sido mi maestro.

Ahora mismito en el flamenco todos tocan pareciéndose los unos a los otros. Yo para saber quién toca hoy le tengo que dar la vuelta al disco, y ver los créditos"

P.Le he leído que los gitanos de Jerez no apostaban mucho por usted…

R.(Risas). Bueno… Tú eres el que tienes que apostar por ti. Y demostrar.

P.Sí. Se lo decía por un comentario que nos hace en el libro: los gitanos de Jerez decían que usted no tenía compás. ¿Cómo es eso?

R.Es que no lo tenía. Yo compás no lo tenía. El compás se aprende. Lo digo en muchas entrevistas. Como se aprende solfeo o armonía. Lo que nadie te puede enseñar es a crear. Eso es algo que tienes que llevar dentro.

P.De esos guitarristas maestros, que de una manera u otra le enseñaron, pienso en Diego del Gastor como el principal, quizá.

R.Sí. Y Melchor de Marchena. Son mis dos espejos. Los dos tocaban muy flamencos y con mucha personalidad. Lo que yo siempre he ido buscando es la personalidad. Que la gente me conociera por Paco Cepero. No por lo que hagan los demás, que es lo que está ocurriendo ahora. Ahora mismito en el flamenco todos tocan pareciéndose los unos a los otros. Yo para saber quién toca hoy le tengo que dar la vuelta al disco, y ver los créditos. Hoy también lo que se ha perdido es el sabor flamenco.

P.¿Y se ha perdido, o ha cambiado, el Jerez flamenco de su adolescencia comparado con el Jerez de hoy?

R.No, hombre. Aunque yo tuve la gran suerte de encontrarme con Tío Borrico, Terremoto, Sordera… Mira tú qué artistas. Ellos fueron los que me inculcaron el amor por el flamenco. Tuve la suerte de que los cimientos míos fueron muy buenos, muy buenos. Cuando tú aprendes de una base tan fuerte luego aguantas todo lo que te echen encima.

P.Le formulo la pregunta de otra manera: ¿hoy un chaval de quince años tiene más o menos oportunidades de aprender el flamenco que usted aprendió?

R.Tiene todas las facilidades del mundo, hombre. Para yo escuchar a Sabicas tenía que irme a casa de alguien que tuviera una radio para escuchar el programa de flamenco que ponían en Radio Jerez o en Radio Nacional de España. Hoy los chavales disponen de todo. Nosotros teníamos que aprender de oído, pero hoy se puede parar, reproducir, dale para delante, para atrás… a cualquier tema.

Cualquier persona, la más insignificante del mundo, te enseña algo"

P.Imagino noches de fiesta memorables en aquel tablao de Los Canasteros de Madrid.

R.Absolutamente memorables. A Los Canasteros le debo estar al lado de Manolo Caracol, que era mi compadre. También me permitió estar al lado de Arturo Pavón. Allí aprendí muchísimo. Muchísimo. Fue una época en la que Madrid era el centro neurálgico. Para hacerte figura tenías que irte a Madrid. Allí estaba el trabajo. Allí empecé con Bambino. Recuerdo a Enrique Morente. La Perla, La Paquera.

P.¿Y Camarón?

R.Viví una época muy bonita con Camarón. Yo viví sus comienzos. Me llevé muchos años tocándole. Es más, cuando fue a grabar con Paco de Lucía se ruborizó un poco. Me dijo que esperaba que yo no me enfadara porque él grabara con Paco. Yo le dijo que no, por supuesto. En aquella época el padre de Paco de Lucía estaba en el sello Philips, y llevó a grabar a Camarón. Yo nunca es que haya sido muy inteligente, pero sí he tenido listeza, y vi que aquello era una pareja irrepetible. Me lo vi venir.

P.En el libro confiesa usted que es quien mejor le ha tocado a Camarón.

R.No, no. Yo eso no lo confieso. Eso lo dijo él. Y lo decía también Paco de Lucía, eh. Lo decía todo el mundo. Camarón conmigo cantaba diferente. Usted no tiene más que ver los vídeos.

P.Admira usted a Pablo Neruda y a Rafael de León. O a Manuel Benítez Carrasco.

R.Lo dijo un gran poeta de Jerez, Antonio Gallardo, y me lo dijo Manolo Alejandro: el día que murió Rafael de León se fue nuestro patriarca. El que mejor ha escrito en dos minutos una historia se llama don Rafael de León. Después conocí personalmente a Manuel Benítez Carrasco, que era exquisito escribiendo. Le compuse música a algunas de sus canciones. Como: “Qué mansa pena me da / el puente siempre se queda / el río siempre se va”.

P.Pero en ese estilo sorprende el nombre de Pablo Neruda. Es un autor de otra órbita.

R.Es que las cosas bonitas son buenas siempre. También he leído a César Vallejo, cuando estaba prohibido en España. Pienso que cualquier persona, la más insignificante del mundo, te enseña algo. Lo que hay que hacer es captar lo que te ofrece la vida.

P.¿Cómo ve el actual panorama del flamenco?

R.El flamenco ahora mismo goza de muy buena salud. Pero me gustaría terminar diciendo que hay que ayudar a las peñas flamencas, que son las que están manteniendo en alto el flamenco. Y no se les está echando mucha cuenta. Hablo desde todos los colores políticos. Creo que al flamenco no se le da el sitio que se merece. Los políticos hablan de flamenco cuando les interesa, y nada más. Desde que los políticos se metieron en el flamenco van a acabar con él.

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