Kalpana Kochhar: "La cooperación es una inversión a largo plazo"

La directora de Políticas de Desarrollo y Finanzas de la Fundación Gates en la Fundación Gates Kalpana Kochhar.
La directora de Políticas de Desarrollo y Finanzas de la Fundación Gates en la Fundación Gates Kalpana Kochhar. / José Ángel García
M. Lasida

18 de julio 2025 - 06:59

Participante en la Cumbre sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU celebrada en Sevilla, donde el antaño primer donante, EEUU, ni siquiera ha enviado a una delegación, Kalpana Kochhar, directora de Políticas de Desarrollo y Finanzas de la Fundación Gates, prefiere mostrarse optimista con el porvenir. Kochhar subraya el reciente anuncio de Bill Gates de combatir la mortalidad infantil en el mundo mediante una donación histórica.

Pregunta.–¿Han echado de menos la presencia de Estados Unidos en la cumbre de la ONU en Sevilla?

Respuesta.–Ha faltado el país donante más grande del mundo. Ha sido desafortunado, pero me anima que los demás hayan venido para intentar seguir un sistema exitoso durante décadas. Es difícil imaginar que hace sólo 25 ó 30 años moría el doble de mujeres en el parto y el doble de niños antes de cumplir un año. Todo ha cambiado ahora.

P.–¿No está el nuevo orden mundial cada vez más desordenado?

R.–Hay muchas más tensiones geopolíticas. Aquí, en Europa, van por casi cinco años de guerra en Ucrania. Esta situación lo hace más complicado para los países en desarrollo, que necesitan una economía global estable y en crecimiento.

P.–Vacunas y educación para los niños del mundo, investigación para enfermedades como el SIDA, la tuberculosis o la malaria eran ideales que fueron haciéndose realidad. De repente, sin embargo, hay más y más personas en contra de aquellos valores. ¿Qué ha pasado?

R.–Creo que han cambiado los problemas estructurales de los países avanzados: las poblaciones están envejeciendo, la deuda fiscal sube... Son problemas y limitaciones reales. Porque hace apenas diez años que establecimos juntos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

P.–Pero hay gobiernos que repentinamente son reticentes a contribuir al desarrollo.

R.–Tenemos que seguir apelando a las personas y por eso nuestro copresidente Bill Gates anunció hace un mes la donación de la mayor parte de su riqueza para combatir la mortalidad infantil. Es difícil encontrar a alguien que diga que no le importa la muerte de los niños, ¿no? Somos una gran fundación filantrópica pero un actor pequeño en el escenario global y esperamos seguir haciendo lo que podamos.

P.–¿Cuál es el papel de instituciones como la Fundación Gates?

R.–No podemos reemplazar a los gobiernos. Nuestro papel es asumir riesgos, cosa que los gobiernos no pueden hacer con el dinero de los contribuyentes por razones obvias. Podemos fallar, pero cuando acertamos logramos cosas como el desarrollo de las vacunas. Nadie prestaba atención a las enfermedades del sur global y garantizamos unas sumas a los laboratorios para investigar y producir vacunas para millones de niños. En agricultura hemos hecho cosas similares. Pero necesitamos a socios gubernamentales para llevar las innovaciones a mayor escala.

P.–¿Es la cooperación una inversión?

R.–Es una inversión a largo plazo. Piense en Asia hace dos o tres décadas. Había países muy pobres, incluido India, donde nací. Esos países crecieron, redujeron la pobreza y ahora están en el camino de convertirse en países de renta media gracias al comercio abierto y gracias también a la generosidad de los donantes. Ahora India le da la bienvenida a todas las personas.

P.–¿No debería ser lo natural?

R.–Es la solidaridad global aunque, en otro nivel, es el interés de cada país de tener una economía global fuerte y estable por razones como la seguridad, migración, comercio, hacer frente a poblaciones envejecidas. Mire un país como Japón, donde las poblaciones están envejeciendo y necesitan trabajadores de otros países para trabajar. Si no, con el tiempo, sus economías se harían más pequeñas.

P.–Los programas humanitarios han disminuido un tercio los fondos. ¿Cuál es el plan?

R.–Tenemos que ser capaces de hacer tanto o incluso más con tal vez menos dinero. La Fundación Gates ha estado hablando desde hace un año sobre ser inteligentes a la hora de asignar el dinero.

P.–Y además sin la aportación de Estados Unidos.

R.–No es fácil. No creo que haya un actor que cubra el vacío pero hay nuevos donantes en Oriente Medio y Asia. Estamos trabajando para que crezca la filantropía en diferentes países, también en el sector privado, donde hay muchos actores que quieren hacer inversiones de impacto, que parte de su agenda financie cosas con impacto social, ambiental, climático... Con creatividad pueden atraerse esos recursos. Y la buena noticia es que hay gente interesada en invertir que antes no lo hacía.

P.–¿Y cuál es el papel de un diminuto país situado en el extremo occidental de un gran continente llamado Eurasia?

R.–Dadas las tensiones actuales, con la retirada de muchos grandes donantes, incluso el papel de países pequeños puede ser muy relevante. Que el Gobierno de España haya anunciado antes que nadie el aumento de su contribución al Fondo Mundial para combatir el SIDA, la tuberculosis y la malaria es una señal muy positiva. Porque EEUU no fue el primero en recortar. Hubo recortes antes y eso estaba empezando a generar una espiral negativa. Es esperanzador que países pequeños como España o Luxemburgo hayan dado un paso.

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