Juan Ramón Medina Precioso | Biólogo y escritor

"La madre naturaleza es una madre genocida"

El biólogo y escritor Juan Ramón Medina Precioso.

El biólogo y escritor Juan Ramón Medina Precioso. / Juan Carlos Muñoz

Reputado genetista, militante antifranquista, diputado andaluz de IU, consejero en un Gobierno del PP en Murcia... Con tantas vidas que contar, Juan Ramón Medina Precioso (Villaralto, Córdoba, 1947) prefiere definirse como escritor, tarea que aprovecha para indagar, entre otras cosas, en la espiritualidad y la figura de Cristo, aunque la genética sigue ocupando un notable espacio de su pensamiento. Su última publicación, Alfred Russel Wallace (Almuzara), repasa la vida de un naturalista que influyó en la teoría evolutiva de Charles Darwin.

–Merkel es físico y Rubalcaba era químico. ¿Es útil la ciencia para persuadir de una reforma fiscal?

–Las ciencias naturales dan una visión quizá más original que la de los abogados y economistas. Por cierto, el Papa es también licenciado en Química.

–Fue diputado de IU por Córdoba en la Cámara andaluza y años después consejero de Educación de un Gobierno del PP en Murcia. ¿Es química o alquimia?

–Desde el franquismo he seguido defendiendo los mismos principios de libertad y democracia. Ahora no me siento reflejado por los partidos que están a la izquierda del PSOE; no representan lo que representaban en la última etapa del franquismo. Más bien su objetivo es destruir el régimen del 78, como ellos dicen, y ese régimen, modestamente, es hijo mío. Soy un enano comparado con Guerra, González, Suárez, Carrillo... pero puse un granito de arena.

–Ha mencionado la libertad… ¿Le ha resultado un conflicto su especialidad en Genética con la idea del libre albedrío?

–El modo más sencillo de entender el libre albedrío, y que no entra en conflicto con la ciencia, es la capacidad de actuar sin coacciones externas. No me opuse al franquismo por motivaciones sociales, sino por amor a la libertad, porque me impedía ejercer el libre albedrío de leer determinados libros, ver determinadas películas... Otra cosa es el tema filosófico, en qué medida tenemos una voluntad libre no determinada por nuestra estructura corporal depende de las concepciones sobre la espiritualidad de cada uno.

–¿Cuál es la suya?

–Quienes creemos que no todo es materia y que hay un componente espiritual en la realidad podemos admitir el libre albedrío, que tampoco es absoluto, pues la persona viene condicionada por su cultura, su educación, sus condiciones económicas... Ni las personas están en el vacío sin verse influido por experiencias o ideas ni pensar que estás tan coaccionado o determinado.

–Nuestra información genética, como la de los virus, va cambiando a base de mutaciones y así es como evoluciona, ¿verdad?

–A largo plazo, las mutaciones son las únicas armas adaptativas de todas las especies. La evolución de las especies consiste en mutaciones aleatorias; unas son beneficiosas y otras, perjudiciales. Las beneficiosas prosperan en la población mediante la transmisión a la descendencia y las perjudiciales se van eliminando, planteado resumidamente. Ninguna especie tiene otro mecanismo de adaptación a largo plazo. De hecho, el 99% de las especies que han existido se han extinguido. Es la madre naturaleza, sí, pero es una madre genocida; destruye especies al mismo ritmo que las crea.

–Pero el humano dispone de más armas adaptativas, además de las mutaciones.

–En el caso del género homo, el desarrollo de la técnica ha influido mucho. Las especies del género homo, que apareció hace seis o siete millones de años, empiezan a usar lanzas y mazas y, sobre todo, una cosa que otros primates no emplean, que son instrumentos para hacer instrumentos.

–Eso da otra ventaja de adaptación.

–Es un paso más. Nos adaptamos al ambiente a través de la cultura, de la tecnología. En esta etapa de la historia está llegando a un grado máximo. Por las técnicas de edición genética, que nos permiten modificar nuestros genes. Somos la primera especie capaz de modificar su patrimonio genético no a través de mutaciones dirigidas por la selección natural sino por mutaciones determinadas por nosotros. Hemos escapado a la determinación de la naturaleza.

–¿Ciencia ficción?

–Era ciencia ficción hace 100 años, ya es una realidad. Ahora ya la discusión es más bien ética. Ya ha habido un chino que editó genéticamente a dos niñas para hacerlas resistentes al virus del sida.

–La ciencia, la tecnología... ¿Y dónde queda Dios?

–Donde cada uno quiera. Ahora, con el volcán en La Palma, muchos se preguntarán por qué. Dios, para muchas personas, es un consuelo. Dios es sobre todo amor, que decía San Juan.

–Será un provocador para sus colegas científicos...

–¿Ha demostrado la ciencia la existencia de Dios? No. ¿Es demostrable la existencia de Dios? En mi opinión, tampoco. Dios trasciende a los conceptos científicos. Ni lo afirma ni lo niega. Decía Pasteur que un poco de ciencia nos aleja de Dios y mucha ciencia nos acerca.

–Juan de Mairena dice en el Sermón de Chipiona que "Cristo fue un hombre que se hizo Dios para expiar en la cruz el pecado de la Divinidad".

–La visión de Cristo que yo tengo no está ligada al pecado original ni al infierno... Evangelio significa buena nueva. Lo que Cristo vino a anunciar al mundo es el Reino de los Cielos, vino a dar esperanza. Para mí lo importante de Dios es la ayuda a los demás, la caridad, el apoyo mutuo y la esperanza.

–Me cuentan que ha vivido episodios que pueden llamarse paranormales.

–Sí, algún fenómeno telepático y telequinético.

–… Será un provocador, insisto, para sus colegas científicos.

–Son capacidades de la mente, nada que requiera salirse de la ciencia aunque las leyes de la Física no puedan explicarlo. Pero es que la ley de la mecánica cuántica o la teoría de la relatividad tampoco cabían en la mente de un físico de finales del siglo XIX. Hay más magia en la mecánica cuántica que en todo lo paranormal. Un libro de mecánica cuántica resulta más increíble que alguien diciendo que ha vivido un fenómeno telepático.

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