Un Simpecado es una insignia o estandarte que abre la marcha de las procesiones o comitivas de peregrinos de las hermandades de la Virgen. Su nombre proviene del lema latino que recrea sine labe concepta, que quiere decir sin pecado concebida. Es, por tanto, una representación mariana cuyo nombre, de origen medieval, procede de los estandartes que portaban las procesiones religiosas.

Cada hermandad del Rocío cuenta con su propio Simpecado que porta durante el camino y presenta ante la Hermandad Matriz de Almonte, que también tiene el suyo propio. De hecho, el simpecado más antiguo de la Matriz está en el tesoro de la hermandad, en el santuario del Rocío.

En su última restauración, efectuada en los talleres de Santa Bárbara, se encontró inscrita en el interior la fecha ‘1724’, año en el que se realizó, según puede leerse en la página web de la Matriz. “La singular morfología del simpecado antiguo de la institución almonteña responde al estilo barroco de comienzos del XVIII. Su ejecución manifiesta una primorosa técnica, con vistosos bordados en oro y sedas de colores y abundante pedrería, distribuidos en torno a un eje central, donde se encuentra la Virgen del Rocío”, según informa la corporación.

La Matriz explica que “la representación de un pozo y una fuente a cada lado del simpecado, son alabanzas bíblicas asignadas a María”. Además, bajo la Virgen aparece el escudo de armas de Almonte, dispuesto en el pedestal y en la parte trasera, en lentejuela, se inscribe la leyenda: ‘Regina Roris / Ora pro nobis’. En 2009, la Hermandad Matriz decidió encargar al taller de Santa Bárbara de Sevilla, la reproducción exacta del Simpecado antiguo, que es el que hoy preside los principales cultos y actos de la Hermandad.

La corporación apunta que hubo un segundo simpecado verde realizado entre 1813 y 1823, “probablemente por Sor Mariana del Rocío, monja profesa del Convento de Dominicas de Almonte”, si bien se añade que pudo ser vendido a comienzos de la segunda década del siglo XX.

Más tarde, en 1914, la camarista, Ana Valladolid Moreno, regalaba un Simpecado  blanco a la Hermandad Matriz, que desaparece en el incendio de la Parroquia de Almonte en 1936. Otro simpecado, de color blanco, se estrenó el 20 de mayo de 1939, regalo de Carmen Fondevila, viuda de Julián Espinosa Escolar. Fue restaurado en 1994 por Felipe Manuel Fernández, que pasó el bordado a un nuevo tisú de plata y Javier Ánguas restauró la pintura. “Era la antigua insignia de camino”, recoge la hermandad.

Más tarde, el obrador de Esperanza Elena Caro bordó un simpecado en oro sobre terciopelo verde que preside una pintura de la Virgen del Rocío, firmada y fechada por Monis Mora, en 1968. Fue bendecido en 1970 y posteriormente restaurado y modificado por José Guillermo Carrasquilla. El que hasta 2019 ha sido el simpecado de camino, fue diseñado en 1983 por Pedro de la Rosa Fernández. Ese mismo año fue bordado en terciopelo rojo con aplicaciones en tisú y flores matizadas en sedas de colores. En el óvalo central se reproduce la pintura de la Virgen realizada por Santiago Martínez en 1948 para la Parroquia de Almonte.

Por último, en marzo de 2022, se bendijo un nuevo simpecado de camino confeccionado por el taller de bordados de la Hermandad Matriz. Su diseño, realizado por Joaquín López y Juan José Areal, del taller sevillano de Santa Bárbara, sigue el patrón del antiguo simpecado de camino, pero enriqueciéndolo con nuevos bordados que fueron realizados en el taller de la Hermandad Matriz.