Del Papa Juan Pablo II a León XIV: Así fue la primera visita de un Pontífice a la Virgen del Rocío

Se cumplen 32 años de la llegada de Juan Pablo II a la aldea rociera, en un año en el que Roma ha estado muy presente en la romería

"Recordamos especialmente al que tanto hizo para hacer posible la visita del Sumo Pontífice, fallecido el pasado mes de febrero", rezaban desde la Hermandad Matriz de Almonte

El Papa León XIV sorprende con un mensaje a los rocieros en la Misa Pontifical: "Un saludo con afecto a los peregrinos que acuden ante la bienaventurada Virgen del Rocío"

Visita del Papa Juan Pablo II al Santuario de la Virgen del Rocío. / Hermandad Matriz de Almonte

El Rocío/El Rocío -que recién ha puesto fin a su romería de 2025- no solo ha sido lugar de culto de miles de peregrinos que se desplazan cada año hasta la aldea. Lo es también para la totalidad de la Iglesia, Roma y los Pontífices que se han ido sucediendo, y que han querido dejar su impronta en la esencia de la tradición rociera. La etiqueta de "universal" que el gran culto ha ido adquiriendo tiene una de sus semillas en aquella visita del Papa Juan Pablo II al Santuario, o en el cálido abrazo que León XIV enviaba este año a los miles de romeros, por sorpresa.

La visita del Papa Juan Pablo II al Rocío tenía lugar el 14 de junio de 1993. Sin duda, la fotografía marcó un hito en la historia de la devoción a la Virgen del Rocío y en la relación entre la Iglesia y Andalucía, España y por supuesto Huelva, para la que no fue nada fácil preparar el recibimiento. Era la primera vez que un Papa visitaba la aldea almonteña, algo que aún, 32 años después, enorgullece a la Hermandad Matriz de Almonte, que conmemora el aniversario del hito a través de sus redes sociales.

Motivo de alegría pero agridulce y nostálgico. Este año fallecía una de las personalidades que hicieron posible el recibimiento y la visita del Sumo Pontífice a Huelva. "Hoy recordamos especialmente al Rvdo. D. Juan Mairena Valdayo, el primero de la izquierda en la imagen; el que hizo tanto por hacerla posible, fallecido el pasado mes de febrero", recordaban desde la Matriz en su cuenta.

Don Juan Mairena Valdayo era una de las cabezas pensantes de la impecable organización de la llegada del Papa, cuyo dispositivo requirió de hasta nueve años de rigurosos preparativos. El que entonces era Vicario Judicial fue uno de los que posibilitó aquel instante en la historia rociera, cuando el Sumo Pontífice pronunció desde el balcón del santuario que mira a la marisma: "¡Qué todo el mundo sea rociero!". Una frase que ha pasado a la historia por su trascendencia para la devoción y fe rociera.

Fotografía de Juan Pablo II, al lado de la Patrona de Almonte el pasado año. / Hermandad Matriz de Almonte

El Papa aterrizó en helicóptero en la aldea poco después de las 18:00 de hace 32 años. Allí fue recibido por el obispo de Huelva, el alcalde de Almonte y el presidente de la Hermandad Matriz. Tras recorrer a pie las arenas, accedió al Santuario por la puerta que da a las marismas, donde se encontraba la imagen de la Virgen del Rocío, adornada con exorno floral y en su paso procesional. Oró durante varios minutos, ante el silencio y la atención de miles de peregrinos. Más tarde, bendijo uno a uno los Simpecados de las hermandades rocieras que se alineaban en el interior del Santuario, dirigiéndose a los presentes y pidiendo que perdurase el sentimiento rociero.

Francisco y León XIV, unidos para siempre a los rocieros y a Huelva

Más de tres décadas después, los rocieros han vuelto a escuchar la bendición de Roma desde la marisma. Esta vez, era el Papa León XIV el que enviaba un mensaje especial a los peregrinos del Rocío. A través de una carta y de una oración, expresaba su afecto a los devotos que acudieron ante la Virgen del Rocío y se unió espiritualmente a ellos en esta significativa celebración. Al culminar la celebración, los miles de devotos allí presentes pudieron escuchar la bendición del pontífice. "Su Santidad León XIV saluda con afecto a los peregrinos que acuden ante la bienaventurada Virgen del Rocío de Almonte, en Huelva, el Día de la Solemnidad de Pentecostés, y se une espiritualmente a ellos en esta significativa celebración, pidiendo al Señor que por intercesión de María Santísima derrame con abundancia los dones del Espíritu Santo sobre cuantos participan en esta tradicional peregrinación de fe y devoción", pronunciaba Salvador Aguilera, consultor del dicasterio para las iglesias orientales, llegado para la ocasión desde Roma.

Hermana Mayor, Presidente de la Hermandad de Emigrantes y el Papa Francisco en Roma, dos meses antes del fallecimiento del Sumo Pontífice. / Vatican Media

Tampoco El Rocío pasó desapercibido para el Papa Francisco. Dos meses antes de su fallecimiento, el Simpecado de la Hermandad de Emigrantes del Rocío de Huelva vivió el día dorado de su peregrinación extraordinaria en la Ciudad Eterna. El Papa Francisco bendijo al Simpecado de la Concha Peregrina en el Aula San Pablo VI del Vaticano, logrando que saltaran "las lágrimas de emoción" de los más de 200 peregrinos que presenciaron aquel momento y de los devotos que la seguían desde la provincia onubense. La Hermandad le imponía la Medalla, que luego se le regaló en señal de unión. El Papa también regalaba la mitra a la comitiva.

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