Huelva despertó rociera, con el cohete rompiendo el silencio y un sol radiante en el cielo. A las 8:00 no se cabía en la Casa Hermandad del Rocío de Huelva para la misa de romeros. Devoción y emoción a la espera de ver salir a la carreta del Simpecado con destino al encuentro con la Blanca Paloma.
La llegada del cortejo de tamborileros anticipó el esperado momento.
Miles de onubenses se agolparon a las puertas para ver partir la carreta de Huelva.
Por la avenida de Galaroza, la solemnidad de la caballería onubense escoltó a su Simpecado con destino a la iglesia del Rocío, parada obligatoria de la Hermandad.
Tras la carreta, miles de onubenses siguieron paso a paso el recorrido por las calles de la ciudad.
La avenida Federacio Molina ofreció imágenes imborrables. Los caballistas abrieron el cortejo.
Sevillanas al paso de los rocieros con destino a las marismas almonteñas.
Uno de los momentos más emotivos y esperados de la jornada fue la ofrenda floral del alcalde en funciones, Gabriel Cruz, al Simpecado de Huelva junto al Monumento a la Virgen del Rocío a los sones de la salve rociera.
Y la despedida siempre imborrable en la Comandancia de Marina antes de enfilar el camino de las marismas en dirección a la Punta del Sebo.
Junto al muelle cargadero de Riotinto despidieron los onubenses a su Simpecado.
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