EL ROCIO

El ‘quite’ que la Virgen del Rocío hizo al torero ‘El Gallo’

Exvoto del torero Rafael Gómez Ortega, ‘El Gallo’.

Exvoto del torero Rafael Gómez Ortega, ‘El Gallo’. / Hermandad Matriz Almonte

La devoción a la Virgen del Rocío cuenta con varios siglos de historia y prueba de ello es que los orígenes de la Hermandad Matriz de Almonte hay que buscarlos a finales del siglo XVI, como consecuencia de la importancia que iba cobrando la devoción a Nuestra Señora de las Rocinas. Desde entonces es imposible calcular el número de personas que han profesado su fe y han mostrado su fervor y devoción a la Blanca Paloma. Igualmente es incalculable el número de milagros que se le han atribuido a la Virgen del Rocío, ya que a lo largo de todos estos siglos han sido muchos los rocieros que han agradecido la intercesión de la Blanca Paloma.

Tal es así, que la propia Hermandad Matriz de Almonte cuenta en su web que en la anterior Ermita del Rocío, demolida en 1963 para la construcción del actual Santuario, había un espacio, conocido como ‘Sala o Cuarto de Los Milagros’, a la cual se accedía por ‘La puerta del Sol’, situado aproximadamente en el mismo lugar en el que hoy se encuentra la capilla penitencial.

En esta sala se exhibía una importante cantidad de exvotos, pinturas de ingenua ejecución de pequeño formato, en el que se representa el momento del suceso e invocación de la mediación de la Virgen del Rocío. “Ésta era la manera de dejar memoria de gratitud a la Virgen del Rocío por parte de las personas que se habían visto favorecidas por alguna gracia especial en situaciones de peligro, ya fuera por enfermedades, accidentes u otros motivos”, cuenta la Hermandad Matriz de Almonte.

Entre estos exvotos figura el de un torero al que la Virgen del Rocío salvó la vida. Se trata de Rafael Gómez Ortega, ‘El Gallo’. El diestro fue embestido por un toro de la ganadería de Moreno Santamaría en Algeciras, en junio de 1914. El astado lo embistió en el pecho y le partió el esternón. “El torero, devoto de la Santísima Virgen del Rocío, al que encomendó este trance, salvó milagrosamente su vida y como consecuencia de ello le regaló a la Virgen un cuadro en el que aparece convaleciente en la cama y con la mirada puesta en un cuadro de ella. En este cuadro había unas letras macizas en oro que decían: OTORGA LO IMPOSIBLE”, apunta la hermandad.

Tras el derribo de la antigua ermita los exvotos fueron devueltos a los interesados, descendientes en la mayoría de los casos, y se destruyeron aquellos que se encontraban en mal estado de conservación. Actualmente, la colección está formada por algo más de 75 piezas.

 

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