El Rocío 2019

Juan Ignacio Reales: “Son mayoría los que de fuera del mundo rociero vienen todo el año”

  • “La dimensión de la devoción ha aumentado y el santuario es referente de peregrinación internacional”

  • “Almonte lo comparte todo pero la procesión en un espacio privativo suyo”

Juan Ignacio Reales en el patio de la casa de hermandad en Almonte.

Juan Ignacio Reales en el patio de la casa de hermandad en Almonte. / Nedd

Juan Ignacio Reales Espina cumple en esta romería sus ocho años al frente de la Hermandad Matriz y concluye así sus dos mandatos como presidente y dejará paso a una nueva junta de gobierno. Hace balance de este tiempo en el que se ha vivido la mayor proyección externa del Rocío. Una romería que también tomó conciencia de la procesión por la rotura del varal. Se despide en la Romería del Centenario y de apertura de un nuevo Año Jubilar.

-Tras ocho años de gestión, ¿qué balance hace de este tiempo al frente de la Hermandad Matriz?

-En conciencia estoy satisfecho porque hemos dado respuesta desde la junta de gobierno que he tenido el honor de presidir, a los retos que El Rocío nos presentaba en este tiempo de principios del siglo XXI. Coincidieron momentos muy importantes, retos a los que había de dar respuesta. Como la romería se nos quedaba pequeña al empezar el sábado, si queríamos que siguiera creciendo con más hermandades teníamos que adelantar el comienzo de la romería un día. Hemos tenido que realizar actuaciones importantes relativas a la procesión de la Virgen, reformas en el paso. Con dos grandes momentos en los que creo hemos sabido dar repuesta acertada, el bicentenario del Rocío Chico y el Centenario de la Coronación Canónica. Pudimos vivir una venida de la Virgen verdaderamente bellísima hace siete años. Y tuvimos también la suerte de conocer el primer Año Jubilar en el 2012, que fue un respaldo muy importante para la devoción a la Virgen. Hemos puesto en orden y permitido que muchas personas puedan disfrutar del patrimonio histórico artístico de la Hermandad Matriz y de ahí el realizar un Museo del Rocío, y a través de él llegar a la Virgen. Está funcionando con notable éxito de visitas de numerosísimas de personas de todas partes.

-El Rocío también ha crecido en devoción...

-De lo que podía estar más satisfecho es que El Rocío se ha abierto mucho en estos años, el santuario se ha convertido en lugar de acogida, vienen grupos de muy diversas procedencias. En la actualidad ya son mayoría los que vienen de fuera del mundo propio del Rocío, de hermandades de penitencia, de gloria de otros pueblos, colectivos profesionales, colegios... El Rocío ha abierto sus puertas y el santuario se ha convertido en un referente de peregrinación internacionales, a ello también ha contribuido que nosotros como Hermandad Matriz hemos salido a muchos sitios como puede ser el ejemplo en Huelva del Rocío del Amor, en Córdoba El Rocío de la fe con nuestro Simpecado que por vez primera salía del pueblo. Son momentos muy bonitos de los que tengo muy buenos recuerdos porque han contribuido a ese sentido de apertura de la Hermandad Matriz del movimiento rociero a otras muchas realidades en la Iglesia del mundo de la religiosidad popular.

–Esta es una tarea de servicio a la Virgen del Rocío y al pueblo de Almonte, ¿cómo se siente?

-Sobre todo muy agradecido. Ante todo el sentimiento que tengo es de gratitud, primero a la Virgen. Siempre tengo una visión providencial para todas estas cosas, Ella de alguna forma puso en mis manos la responsabilidad de dirigir esta hermandad y el movimiento mariano rociero. Mi pueblo y mis hermanos confiaron en mí eligiéndome como presidente en estas dos ocasiones. Para una persona que es almonteño, que es rociero, es lo más grande.

–¿Cómo ha avanzado la devoción del Rocío en el reconocimiento devocional, nacional e internacional?

–El Rocío antes ya era muy grande, la devoción rociera estaba muy extendida, pero creo que ahora ha avanzado mucho y en esto ayudó notablemente el Año Jubilar en 2012-3. Al Rocío han venido muchas personas que no son del mundo rociero, no son de hermandades del Rocío, son de penitencia de Huelva o Sevilla que al menos una vez al año peregrinan con sus hermanos. Acude gente de muchísimos países porque al igual que tienen como referencia Fátima, Lourdes... ya también cuentan con El Rocío. Todo el mundo sabe y siente que la Virgen del Rocío tiene un atractivo especial, que está por encima y trasciende a las devociones particulares que cada uno tiene, la Virgen de su pueblo con su patrona, o la imagen de su cofradía. Tiene un atractivo especial, pienso que está tocada por el dedo de Dios.

–El Papa San Juan Pablo II decía que hay que purificar el polvo del camino.

–Su visita y su mensaje constituyeron un respaldo fundamental para la devoción, acabó con mucha leyenda negra que todavía consideraba esto como manifestación de religiosidad popular y que esta es una religiosidad de segunda. Es verdad que también nos dio un mensaje y una orientación muy válida, de mucha actualidad para acabar con cosas que de alguna forma son unos obstáculos en el camino y que hay que purificar. El sentido pleno que tiene es que tomemos a la Virgen como modelo de vida cristiana, como ejemplo y nos dejemos llevar por Ella hasta el Pastorcito.

-¿Cómo califica la romería de este año?

-Es la Romería del Centenario. Está marcada principalmente por la culminación de todo un año de celebración y, por el momento central el 8 de junio de celebración de estos cien años. Una procesión que estará marcada por algunos elementos externos y estéticos en la propia imagen de la Virgen, las nuevas coronas, el traje, las bambalinas. Esta romería sirve de puerta y antesala a un Año Jubilar. Es, por tanto, una romería jubilar, porque ya se puede ganar el jubileo y sirve de víspera a otro gran evento que es la venida de la Virgen a Almonte.

-En lo devocional las hermandades siguen creciendo, ¿pero ocultará lo externo de la fiesta lo auténtico?

-Ese es el riesgo que está implícito en todo crecimiento de cualquier manifestación, por eso insisto siempre que el crecimiento a la devoción a la Virgen del Rocío no es malo, porque impedirlo sería de alguna forma tirarnos piedras a nuestro tejado. Lo que queremos es que la devoción crezca, que llegue a más gente. En ese crecimiento solo puede evitar ese riesgo que ciertamente existe si viene a través de las hermandades, porque son asociaciones públicas de fieles dentro de la iglesia.

-Vivió todo lo que supuso la rotura del varal del palio…

-Nada más entrar como presidente tuvimos que afrontar esa actuación, la primera y la más importante en estos ocho años. Aquí se pone de manifiesto una vez más como la Virgen abre camino y la providencia del Señor se manifiesta. No sabía por dónde tirar, era un hecho que nunca había ocurrido, pero la providencia nos pone en manos de una bellísima persona, magníficamente cualificada como es Antonio Ramírez y todo su equipo profesional. Ingeniero de Inespasa, una empresa dedicada a la aeronáutica, pero al mismo tiempo son muy rocieros y se pusieron al servicio nuestro para ayudarnos. Acometieron la reforma del paso y el arreglo del varal, también en colaboración con la Escuela de Ingeniería de Sevilla. Con el arreglo del varal aprovechamos casi al mismo tiempo para acometer otra actuación que ha sido determinante para ayudar en las procesiones que han venido después, como es la ampliación de las carruchas, para darle más altura, son las patas del paso. Eso ha ayudado mucho, porque la Virgen si viene al suelo no cae tanto como antes y, sobre todo, a la hora de levantarla es mucho más fácil, porque no hay que irse casi al suelo para levantarla. La empresa Inespasa continuó colaborando y son los que llevaron a cabo la actuación del año pasado de ampliación de la base del paso. La verdad que la rotura del varal fue un reto importante, muy difícil, pero creo que quedo felizmente solucionado y que la Virgen nos ayudó, nos puso en manos de los técnicos y las personas que pudieran ayudarnos en ese difícil reto.

–Se ha notado también la preocupación del pueblo de Almonte a la hora de llevar a la Virgen.

–La procesión es una responsabilidad que es principalmente del pueblo, no es de la hermandad. La hermandad es uno más como parte del pueblo y ayuda en lo que se nos pide, pero es verdad que es del pueblo. A raíz de la rotura del varal la hermandad y el pueblo tomamos conciencia de que algo había que cambiar y algo había que hacer. Las actuaciones nuestras no solo fueron en la línea del arreglo de lo material del varal. Sino que convocamos -y eso lo hemos venido haciendo a lo largo de todos estos años- a todo el pueblo, no solo a los hermanos sino a todo el pueblo, a múltiples reuniones para tomar conciencia de lo que había pasado y qué teníamos que hacer para intentar evitarlo en un futuro. Eso se ha notado y ha ayudado mejorando las procesiones de estos últimos años. El pueblo se ha unido, se ha puesto más de manifiesto el respeto que debemos tener entre nosotros mismos a la hora de llevar a la Virgen. Ser conscientes de que cuando se va a llevar a la Virgen no lo haces por ti mismo, no vamos a hacer un derecho nuestro, lo hacemos por Ella. El sentido es ir a ayudar a la procesión. Que sea la Virgen la que luzca. La ayuda de las hermandades también es importante, en el sentido de que han sido respetuosas de que si Almonte se abre en todo a todas ellas, al mundo rociero, el único espacio que sí pedimos que se respete como privativo es el de la procesión y eso las hermandades lo han sentido. Los rocieros en general lo entienden y comprenden que ese sí es el momento de Almonte y que la mejor forma que tiene de ayudar es dejar hacer a los almonteños. Ese trabajo, esa coordinación, esas múltiples reuniones que hemos tenido trabajando en los aspectos humanos de la procesión también ha ayudado mucho, por supuesto. Y se tomó conciencia de todo a raíz de la rotura del varal.

–Este también es un año de grandes estrenos.

-La Virgen no había lucido con tantas novedades con un ajuar totalmente nuevo, el traje completo, todo el terno, saya, manto y todo el ajuar de la Virgen además de una factura exquisita de la máxima calidad de las manos del bordador jerezano Fernando Calderón. Además de la corona de la Virgen, regalo de todo el movimiento rociero, y la del Pastorcito por la Hermandad Matriz. Lo bonito de estos estrenos además de su belleza estética y su valor artístico, primero es que son donaciones hechas a la Virgen, que son en definitiva expresión del amor y de la devoción tan extendida que la Virgen del Rocío tiene por toda España. Todo se ha hecho con aportaciones y donaciones particulares de devotos, tanto el manto como las coronas. Eso es lo más bonito, lo que justifica, lo que hay detrás.

–No hay que olvidar el gran entramado que mueve la romería de servicios públicos, ¿cómo es la relación de la Hermandad Matriz con el resto de instituciones?

-Muy buena, este año en el que me despedía de ellos, lo he agradecido. Siempre hay diferencias, hay cosas que como es lógico nos gustarían mejorar, en general estamos muy satisfecho con el esfuerzo que todas las administraciones ponen al servicio del Rocío y los devotos de la Virgen. Además de una manera ejemplar, no es fácil que se coordinen bien administraciones distintas, nacional, autonómica, local y de partidos políticos de distinto signo. Esto solo se ve aquí, en El Rocío. Se nota que año tras año se mejora, el Plan Romero se dota mejor de recursos. El trabajo que hacen estas personas desde la Administración, y sobre todo los funcionarios, va mucho más allá de lo que es el cumplimiento del deber como miembros de la función pública.

–Destaque de estos ocho años tres momentos importantes en lo personal.

–Para mí ha sido muy bonito las manifestaciones que hemos tenido dando un testimonio de fe y de auténtica raíz del Rocío. El Rocío del amor en Huelva, El Rocío de la fe en Córdoba, El Rocío de la Esperanza en Madrid, y el de la Misericordia en Toledo. El más íntimo y personal, conseguir que El Rocío tuviera una misa sencilla diaria; sólo había misa diaria los fines de semana y los jueves. Eso era insuficiente, no estaba a la altura de lo que necesitaba El Rocío, de a donde había llegado la devoción a la Virgen. Otros momentos que van a recordarse siempre son las dos procesiones extraordinarias que me ha tocado vivir y organizar como presidente de la hermandad, que van a tener trascendencia histórica. La del Bicentenario del Rocío Chico que fue preciosa, vimos a la Virgen como nunca la habíamos cuando procesionó exenta sin el palio con el conjunto de ráfaga plateada que rara vez la habíamos visto así, fue una ocasión muy bella. La del centenario de hace unos meses en septiembre, con esas bambalinas como tampoco la habíamos visto nunca y que agradaron muchísimo a todos. Y la apertura del Año Jubilar del Rocío y ahora el de esa romería.

–Cuando deje su cargo seguirán los actos del centenario y la Venida de la Virgen, ¿sentirá nostalgia?

–Sin duda, sé que pasaré por varias fases. Una primera en la que sentiré el descanso, alegría por dar el relevo y librarme del peso de la responsabilidad que es muy grande, descansar con mi familia. Pero al poco tiempo voy a sentir la nostalgia del día a día de lo que es estar en cada momento de la hermandad, lo que es impulsar la línea de trabajo. Siempre voy a estar vinculado a mi hermandad como hermano, como presidente formaré parte del consejo de presidencia y estaré en los cultos, en las actividades y al servicio de la junta en lo que de mí pueda necesitar.

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