Es casi imposible reponerse de los sentimientos cuando uno se encuentra en la aldea y más en plena romería. Todo es un sueño y nostalgia al mismo tiempo. Todo se enlaza entre la emoción, el ambiente y el momento. El aquí y el ahora. Una tradición y una fe que no entiende de fronteras ante la Blanca Paloma. Con la aldea respirando a Rocío se celebró ayer por la tarde la primera parte de la presentación de hermandades ante la Patrona de Almonte.

Ningún peregrino se olvidará de este momento único e indescriptible que este año se eleva con más fuerza debido a las efemérides que rodean a la romería rociera. Cien años se cumplen de la coronación canónica de la Virgen del Rocío, y ayer miles de rocieros le presentaron sus respetos a las puertas del santuario. Una camino que comenzaron desde su sede canónica en buscar de ver la cara a esta reina del cielo que alumbra los corazones de miles y miles de personas que se echan a caminar por las arenas.

Rocieros y simpecados de las hermandades filiales más nuevas fueron los encargados ayer de saludar a la Virgen del Rocío, que se encontraba al fondo, en el altar mayor, a la espera de un nuevo Lunes de Pentecostés. A las puertas de la ermita se encontraba el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales, y el hermano mayor, José Manuel Medina, entre otros representantes. Desde El Viso del Alcor –filial número 121– hasta Mairena del Alcor –filial número 81–, discurrieron por riguroso orden antigüedad –de la más nueva a la más antigua– todas y cada una de las hermandades. Las filiales, cada una con su sello característico, su historia y su devoción particular saludaron a la Virgen del Rocío.

Los romeros se postran ante la Blanca Paloma.

Numerosas personas no quisieron perderse uno de los actos centrales de la romería que se fraguó entre una amalgama de colores a los pies de la marisma. La provincia de Huelva estuvo muy presente en la jornada de ayer en la aldea almonteña ya que hicieron su presentación oficial las hermandades filiales de Cartaya (filial número 118), Escacena del Campo (filial número 98), Manzanilla (filial número 93), Chucena (filial número 90) y Niebla (filial número 84).

Las nuevas hermandades filiales: Garrucha, Sabadell y Baeza hacen su presentación como filial junto a su madrinas: Murcia –ayer–, Emigrantes –hoy– y Jaén –hoy–, respectivamente.

Ya en la aldea no se para. El ambiente es único donde la fe rociera centra todas las miradas en una ermita que se abre de par en par a los corazones peregrinos. Allí no existe reloj, ni el tiempo se consume. Todo es un ir y venir de rocieros. Y de los simpecados, con su ritual camino hasta la ermita en busca de sus minutos para postrarse ante la Blanca Paloma y regresar de nuevo a sus casas de hermandad donde se esperan cantes, alegría y devoción.